En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
Montevideo, 15 de octubre de 2023. (De nuestras agencias). Algo más de un año ha transcurrido desde aquella publicitada reunión entre los líderes de los partidos políticos uruguayos en procura de tratar “algunos temas de interés general de mediano plazo”, aunque con el fin implícito de “bajar la pelota al piso” en medio de un clima cada vez más crispado de reproches, calificativos, ataques y rispideces a través de cualquier medio, con especial consideración de las benditas redes sociales.
¡Registrate gratis o inicia sesión!
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
El convocante fue el moderado y constructivo dirigente del Frente Amplio, Fernando Pereira, otrora en su niñez monaguillo en la parroquia de la Virgen del Divino Trancazo, y quien más adelante, cuando finalizó su actuación como líder sindical en el PIT-CNT, fue ascendido por el Foro de San Pablo al cargo de presidente del Frente Amplio.
Con el ánimo de sosegar los espíritus, Pereira convocó al secretario del Partido Colorado, Julio María Sanguinetti, al presidente del Directorio del Partido Nacional, Pablo Iturralde, al presidente del Partido Independiente, Pablo Mieres, y al presidente de Cabildo Abierto, Guillermo Domenech. Cuando Pereira preguntó por el presidente del Partido de la Gente, sus invitados le informaron que don Edgardo Novick no había podido venir porque estaba justo firmando un contrato con Adidas para la importación de una nueva gama de equipos deportivos, pero que les había dicho que lo que ellos resolvieran estaba bien para él también.
El diálogo en aquella reunión original fue razonablemente cordial y, más allá de tratar temas como la reforma previsional, la Rendición de Cuentas y la reforma educativa, no faltaron algunos pases de facturas, tales como “no me vas a decir que las pintadas en las fachadas de los liceos o en la casa de Robert Silva son ejercicios de la libertad de expresión” o “ustedes no pueden decirles cretina a Graciela o terraja a Da Silva cuando no se bancan que le digamos bandido a Sendic”.
La reunión terminó a los abrazos, con promesas de discreción y buen comportamiento, procurando no incendiar las praderas de la penillanura levemente ondulada en la que, como sea, mal que bien, convivimos todos.
Un par de meses después, cuando ya se había registrado el incendio del IPA, la grafiteada del Palacio Legislativo con leyendas tales como “Vayan a robar a los caminos”, el enfrentamiento en redes sociales entre la senadora Bianchi y la intendenta Cosse, en la que se cruzaron epítetos tales como “bruja”, “chorra”, “atorranta”, y estímulos a acciones como “andá a limpiar tu casa igual que limpiás la ciudad” o “dejá de comer bizcochos en la sesión del Senado, por eso estás así de gorda, que no te podés mover ni para levantar la mano y votar”, Pereira volvió a convocar a la Comisión para la Paz Ciudadana, como ellos mismos habían decidido llamar al grupo.
El clima ya no fue tan amigable y los temas no fueron ni la reforma educativa, ni la Rendición de Cuentas ni la reforma de la previsión social. Iturralde le gritó a Pereira que era un hipócrita porque no podía, o no quería, parar la mano con las agresiones del Frente a la coalición, y este le replicó que si el senador Da Silva seguía insultando al Frente, iba a mandar a los grafiteros del IPA a que le robaran unos corderos en la estancia para hacer una olla popular que por una vez fuera financiada por la oligarquía y no por los fondos que el pueblo aporta para que coman los pobres, a pesar de la miseria en la que viven, como consecuencia del desprecio neoliberal y de la estafa de los estancieros, que mandan toda la plata de la soja y de la carne a los bancos suizos mientras los asentamientos siguen tan campantes, llenos de niños pobres que comen pasto. Domenech le criticó a Pereira que hubiera permitido que los comités de base pusieran pasacalles en sus locales con frases tales como “Porompompón, porompompón, Pacheco y Manini, un solo corazón”, y Mieres se quejó de que en la sede de su partido había aparecido un cartel con una imagen del ministro colocado en un cepo medieval con la leyenda “El rey del cepo salarial, con él todo anda mal”. Sanguinetti a su vez se mostró muy molesto con el hecho de que a Robert Silva le hubieran incendiado la camioneta mientras estaba en un cara a cara con los estudiantes de educación en Casavalle, por más que Pereira le replicara que no se había encontrado todavía a los culpables, igual que con los homicidios entre narcos por ajustes de cuentas, lo que probaba que la política de seguridad era una vergüenza.
La reunión terminó con un nuevo estímulo colectivo para procurar una disminución de la violencia en el relacionamiento entre los grupos políticos, pero los asistentes no pudieron salir por la puerta principal de la Sala Ramírez del Palacio Legislativo, donde se venían reuniendo desde el comienzo de los encuentros, porque un grupo de revoltosos había incendiado unas cubiertas, el fuego se había extendido hasta la puerta del recinto parlamentario y estaban trabajando los bomberos. Salieron por una puerta lateral, donde otro violento contingente de desconocidos los esperaba y les arrojó huevos y frascos de un líquido amarillento aún no determinado. Afortunadamente no hubo lesionados, pero sí muchos disgustados.
Ha habido un par de reuniones más con la positiva inspiración de la del comienzo, pero sus fines parecen frustrarse por la incomprensión de los ciudadanos, que siguen haciendo oídos sordos a tan generosa y constructiva iniciativa.
Es que no hay peor sordo que el que no quiere oír…