Nº 2275 - 9 al 15 de Mayo de 2024
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEl virus H5N1, llamado “gripe aviar”, rara vez infecta a los humanos. No hace mucho la presencia en aves silvestres en Uruguay causó justificada alarma por la devastación que podría causar en la avicultura, pero no pasó a mayores. Luego empezó a ocurrir en mamíferos. Lobos marinos aparecían muertos en las costas y generaban la advertencia de no acercamiento a los visitantes playeros. Por ahora los casos en humanos son raros.
Durante décadas circulando y provocando la muerte de decenas de millones de aves, se han comunicado unos 880 casos en humanos, generalmente con contacto muy cercano con aves.
La pregunta sobre si esta podría ser la próxima pandemia está planteada desde antes del Covid.
Cuando da el salto a los huéspedes humanos, lo que por ahora es poco frecuente, el H5N1 es peligroso: de 26 casos notificados desde 2022, siete murieron. Por eso causó alarma la noticia de la aparición del H5N1 en tambos de Estados Unidos, donde se encontró material genético del virus en una de cada cinco muestras de leche cruda en todo el país. La pasteurización mata el virus, por lo que la leche sigue siendo segura para beber.
El H5N1 se sigue propagando entre distintas especies de mamíferos, y dado que las vacas en los tambos están en contacto frecuente con los trabajadores, parece probable que el virus tenga muchas posibilidades de evolucionar para propagarse más fácilmente entre los humanos. Si lo hace, es posible que tengamos otra pandemia y a los aficionados a las conspiraciones adjudicando al hecho una causa política oculta.
Pero el virus tendría que mejorar su habilidad para colonizar humanos y lograr la capacidad de saltar y contagiar de un humano a otro para volverse realmente peligroso. Tal vez nunca lo haga.
Mientras la gripe aviar es una amenaza latente, para Uruguay la fiebre aftosa tiene antecedentes dramáticos. Brasil abandonó la vacunación, informó la semana pasada el vicepresidente Geraldo Alckmin. El país vecino se autoproclamó libre de fiebre aftosa sin vacunación, decisión que ahora deberá ser ratificada por la Organización Mundial de la Salud Animal (OMSA, antes OIE).
“En agosto someteremos nuestra decisión a la OMSA, que deberá verificar si erradicamos la enfermedad sin inmunización y anunciar, en mayo del próximo año si reconoce internacionalmente el nuevo estatus de Brasil”, dijo el ministro de Agricultura, Carlos Fávaro.
La decisión busca valorizar la carne brasileña y acelerar la apertura de mercados. Es un competidor directo de la carne uruguaya y tiene un riesgo mayor. Vale recordar que la aftosa sigue al menos en un país limítrofe de Brasil, Venezuela, que tiene una frontera incontrolada; y que el Congreso de Estados Unidos no aprobó la entrada de carne de Paraguay por considerar que es un país con riesgo de fiebre aftosa.
Para Uruguay es una decisión tan importante como difícil de tomar, porque ya dejó de vacunar en 1997 para volver a tener aftosa en el año 2000 y todo lo que eso trajo, los momentos más turbulentos y críticos de la historia reciente.
Además, es injusto que la carne uruguaya se considere de menor seguridad sanitaria o discriminada de forma alguna respecto a la brasileña. Más adelante este año la OMSA deberá decidir si sigue castigando comercialmente a países que vacunan. Algo que cada vez es más dudoso o directamente insostenible.
En ambos casos, el ser vivo más ínfimo, aquel que incluso se debate si debe considerar como un ser vivo o no, se mantiene como amenaza potencial a la economía, la salud y la vida cotidiana.