¿Por ahí está la clave?
Sí, absolutamente. No solo porteras adentro sino porteras afuera. Se puede haber construido competitividad si se gestionó el financiamiento con tasas fijas a largo plazo cuando estaban bajas; se puede haber construido competitividad por varios aspectos, desde la mirada de largo plazo hasta el rol de las personas. Si no tenemos un buen ambiente de trabajo y el personal no está entusiasmado y preparado, de nada sirve. Es importante el valor de cada persona de la organización, que esté realmente enfocada y aprovechando al máximo las oportunidades.
Hoy no tenemos competitividad en el tipo de cambio, en la inflación en dólares. Hay cosas que más vale aceptarlas a pensar que te las van a cambiar para vos. En Uruguay el tipo de cambio siempre le pega al exportador, o sea en la mayor parte del tiempo lo está desfavoreciendo.
Por eso son importantes las inversiones realizadas en maquinaria, en plantas de silos más eficientes, en logística, en el diseño del negocio y los sistemas a largo plazo, manejando los niveles de fertilización y el uso de los fertilizantes de acuerdo a los precios, sobre todo el potasio y el fósforo. Corrección de pH, disminuir la presión de malezas para bajar los costos de herbicidas, rentas a largo plazo para una mejor planificación, la eficiencia en el consumo de combustible. Hay una sucesión de cosas que se van perfeccionando y que brindan más resultados.
También existen cosas que nos ayudan, como la seguridad jurídica que brinda el país, créditos a largo plazo en dólares, el diseño de la política impositiva que permite invertir y descontar de las ganancias las inversiones realizadas. Son cosas que ayudan y en cierta medida contrarrestan los problemas estructurales de costos y burocracia que tiene el país.
Con respecto a la competitividad porteras afuera, y en función de la inversión en infraestructura vial realizada por el país, ¿los bitrenes pueden ser una oportunidad para el transporte de granos como lo es para la forestación?
Estuve en Brasil durante la última cosecha de soja y la mayoría del transporte que pude ver en Mato Grosso eran bitrenes, incluso entraban a las chacras y transitaban en peores condiciones de las que tiene Uruguay.
Acá hay posiciones con otros puntos de vista y se oponen. Pero si el sistema no se moderniza y se hace más eficiente, nos golpea a todos. Nos pasa en las empresas, vemos que hay zonas donde el negocio es muy eficiente y otras donde no lo es, lo que ensucia el resultado.
Es un tema de adaptación de los jugadores y de números. Los costos se tienen que ir ajustando. Si Uruguay quiere estar en el negocio de commodities, tiene que ser campeón mundial de costos bajos por tonelada producida. El negocio de las especialidades tiene otro diseño. En Uruguay producimos commodities y cuando los queremos pasar a la fase industrial es difícil agregar valor por el exceso de regulaciones y otros aspectos.
Si vemos la pizarra de precios a nivel mundial y podemos producir con esos valores, nadie nos saca del negocio. Pero tampoco vale que el sistema tenga cosas que progresan mucho aportando competitividad y otras que no. Hay que mejorar las eficiencias en el transporte, porque no es lo mismo llevar 45 toneladas que 30 toneladas. Cuando yo tenía 10 años los camiones llevaban 30 toneladas, todo lo demás ha mejorado.
¿Allí hay oportunidad de mejora para el aporte de competitividad?
Hay oportunidades de mejora en cada aspecto que se analice. Ese es uno que se demora por otras razones. Pero ves los camiones de madera con bitren o tritren y andan lo más bien. En agricultura no movemos palos, generamos granos que valen poco y tienen que llegar al puerto.
En la pasada edición de Agro de Búsqueda, el gerente de Cofco International Uruguay, Christian Nolte, planteó que el país debe diferenciarse de la soja brasileña y un camino puede ser ajustando el contrato Anec 41 y comercializar soja con 13,5% de humedad y menos grano dañado, ¿cómo observa ese tema?
Más humedad para el productor es una ayuda, pero no creo que sea dramático si comercialmente genera ventajas, por eso lo estudiaría.
¿Cómo viene el negocio ganadero de ADP?
Actualmente estamos con muy poco ganado en los corrales de engorde. Trabajábamos con BPU, que fue la única planta que confirmó el cambio de dueño. Todo el mercado está reestructurándose. Los precios de la carne afuera no parece que hubieran cambiado tanto, mientras que internamente han bajado mucho.
Para nosotros la ganadería es un agregado de valor dentro de una cadena que la comenzamos con los granos. La ganadería ha sido muy buena e interesante, pero no tiene sentido si no agrega valor, como sucede ahora por los precios del ganado. Si bien tenemos la estructura armada, hoy estamos viendo si aparecen señales.
¿Qué tipo de señales necesitarían?
Tener un precio hacia adelante, porque eso lleva a la ganadería a un estándar parecido al de la agricultura, donde una parte importante de la producción puede fijar precios, incluso antes de sembrar. En el ganado no pretendemos tanto, pero sí que cuando se encierre tengamos un valor y no una referencia con respecto a un mercado que no sabemos cómo va a operar.
¿Qué reflexión le merece la adopción del riego en los sistemas productivos?
Para mí es complementario, porque anualmente en el país llueven 1.200 milímetros (mm), lo que permite hacer dos cultivos buenos por año, aunque a veces eso no ocurre. El riego pasa a jugar un papel importante como complemento estratégico, por ejemplo, al lado de una producción intensiva, como un tambo o un feedlot, que necesitan sí o sí de una determinada cantidad de fibra.
Si se generaliza, al país le dará una productividad mayor y más seguridad frente a años secos. Pero se ingresa en una estructura de costos muy alta no sé si la productividad incremental pueda compensarla. En maíz probablemente sí, pero en otros cultivos no estoy tan seguro. La inversión es alta y a la vez depende de la disponibilidad de agua.
Si hay acceso a agua superficial se abarata bastante el costo de instalación y también el costo operativo. Aunque generalmente regar en Uruguay es caro. Hoy es muy difícil estar por debajo de US$ 1 o US$ 1,50 por milímetro aplicado. Si regamos 300 mm o 200 mm estamos agregando US$ 200 o US$ 300 por hectárea de costo directo al cultivo, sumado al impacto de la inversión que es grande, porque todos estamos tratando de colocar equipos y eso encarece todo. Probablemente sea una inversión estratégica, pero por el lado de los números puede ser cuestionable, sobre todo si el porcentaje de riego en el establecimiento es muy alto.
¿Y ve zonas donde el riego puede avanzar más rápido por la infraestructura existente?
Hacia el noreste y toda la zona arrocera hay una inversión de muchos años en riego, tienen represas para áreas interesantes donde es barato llevar el agua por gravedad. Hay buenos sistemas diseñados que hoy están usándose para regar arroz y otros que no se están utilizando. Es probable que allí surjan oportunidades mediante sistemas solares que podrían abaratar costos operativos frente a lo que pasa en otras zonas.
En la zona núcleo de la agricultura para generar una represa hay que inundar campos de altísimo valor que no van a producir granos, eso ya es una marcha atrás en el negocio. Hay que pensar muy bien la inversión. Se justifica si hay rentabilidad en la empresa y con un proyecto de inversión para descontar parte de ese proyecto del impuesto a la renta. Se mejora la infraestructura del negocio, pero a la hora de regar se debe hacer con mucho criterio, porque el costo de regar es alto.
Hoy la sostenibilidad de los procesos de producción está sobre la mesa, ¿qué lectura tiene sobre eso?
Sin dudas hay que apuntar a cosas sostenibles. A veces, desde mi punto de vista, se confunde porque se marca que ir por la productividad es ir contra la sostenibilidad. Hay un aspecto interesante, todo lo que capture más anhídrido carbónico vía fotosíntesis y de una manera correcta, con una fertilización balanceada y sin generar problemas nuevos, está aportando un beneficio ambiental.
La mayor productividad de una hectárea en biomasa, ya sea de cultivos o pasturas, también será muy bien vista desde el punto de vista ambiental y sobre todo en un país donde no hay problemas de deforestación, como Uruguay. Hoy lo ambiental se puede transformar en una palanca para apuntar a mayor productividad.
Y después también está la visión de la sustentabilidad, apuntando a lo social y a las personas. Estamos en un sector donde generamos alimentos mediante la utilización de recursos como la tierra y la lluvia. Y si podemos producir más, eso generará más impactos positivos para más personas. Para mí eso es más sostenible que bajar revoluciones y quedarnos con un sistema que produce menos, que invierte poco, porque seremos muy poquitos los que podremos vivir con esa clase de planteos.
Esa visión no es algo común de escuchar, por lo general se desconectan las cosas y eso creo que tiene mucho que ver también la sustentabilidad. Por supuesto que se tienen que hacer las cosas bien, evaluar, medir, para producir cada vez mejor. Pero también es tratar de que sea sustentable para más personas y atractivo para las nuevas generaciones, porque si te quedas solo y queda vacío tampoco será sustentable.
Hay que tener sistemas productivos pujantes, con más gente joven viviendo en el interior y no yéndose, para mí ese tema es un componente de la sustentabilidad.
En el componente de la sustentabilidad se plantea, por ejemplo, cuidar y limitar el uso del campo natural, ¿cómo evalúa esa iniciativa?
En todos los temas siempre hay puntos de vistas y visiones distintas. Creo que se debe tener la mayor cantidad de libertades posibles y no generar estructuras o enyesar las situaciones. Lo más importante es la gente, las actividades, las motivaciones y no tanto tal o cual especie de forraje.
No veo bien generar leyes para cada cosa que nos parece. Me juego por la libertad del productor de hacer lo que le parezca mejor y por supuesto puede estar el Estado controlando que no se hagan mal, pero no para decirte todo el tiempo que es lo que debes hacer. Hay un tremendo peligro de excedernos en un país que está lleno de regulaciones, porque cada cosa que se pone jamás se saca.
Nadie está dispuesto a trabajar para eliminar normativas que ya no tienen sentido ni agregan valor. Sería tan bueno que durante un quinquenio el Parlamento se dedicara a estudiar cuáles son las leyes y regulaciones que agregan valor para eliminar todas las otras que no lo hacen y simplificar, pero eso no pasará. Tampoco pasa con las instituciones que están creando todo el tiempo y nunca se apagan. Muchas se tendrían que cerrar y simplificar, porque la realidad cambió. Por eso estoy totalmente en contra de encorsetar o poner ordenanzas nuevas sobre cosas que no tienen demasiada relevancia.
¿Se puede llegar a tener un premio en los productos que surgen de los sistemas de producción del Uruguay?
No lo sé. Si eso llega o está la posibilidad se va a desarrollar rápido, porque se va invirtiendo para construir cosas nuevas. En el caso de ADP estamos haciendo un análisis del balance ambiental de la empresa, no porque tengamos un premio, en absoluto, sino porque vemos que nos ayuda a entender e interpretar las oportunidades de mejora y dónde no las hay.
Vas conduciendo hacia lo que se va demandando. Pero el mundo también pega sacudones fuertes. Durante la pandemia un montón de temas se olvidaron, porque había otras prioridades. La guerra de Ucrania alteró la oferta de gas natural y los países ricos siguen usando carbón, volvieron a las minas porque surgen otras prioridades.
Veo bien que Uruguay tenga lineamientos para el cuidado del ambiente, del ecosistema, tienen que ser cosas racionales y seguramente van a ir cambiando, porque todos los días se descubre algo nuevo, se aprende una cosa distinta, algo que antes nos parecía malo termina no siéndolo tanto y viceversa.
Hay que tener mucho cuidado de no generar sobre costos si no estás seguro de que hay valor, porque eso puede jugar muy en contra. Vendemos alimentos para el mundo, commodities, y ahí hay que ser muy competitivo. Si aparecen nichos y se puede salir de los commodities con premios, creo que en Uruguay será sencillo reordenar los sistemas y explotarlos, porque las cosas se están haciendo muy bien al compararnos con los más destacados y esa es una gran base.