Nº 2265 - 22 al 28 de Febrero de 2024
Nº 2265 - 22 al 28 de Febrero de 2024
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáA ocho meses de las elecciones nacionales de octubre ninguno de los precandidatos presidenciales ni sus partidos han planteado temas de fondo destinados a originar cambios en la sociedad. Nada hay sobre las cuestiones que más pueden influir en los electores, porque los cambios que eventualmente propusieran serán los que deberían asumir cuando lleguen al poder. Resulta obvio que eso no siempre ocurre, porque el doble y el triple discurso están a la orden del día y son multipartidarios. Todos son responsables. Deberían ser un compromiso a rajatabla, pero suelen ser palabras que se lleva el viento.
Por ahora, cerca de las elecciones internas de junio, todos le sacan el culo a la jeringa y han transformado lo que deberían ser debates de fondo en intervenciones pueriles, casi infantiles, o en batallitas para exhibir su “ingenio” para el retruque o para embestir a los eventuales rivales. La política transformada en melodrama con pésimos guiones.
Cierto es que pocas veces las propuestas de fondo son del interés de la mayoría. La historia demuestra que, como en una disputa deportiva, el ciudadano opta por respaldar pasionalmente a sus partidos para descalificar a sus rivales, como si por ese camino fueran a cambiar aspectos esenciales de sus vidas. Eso solo podrá ocurrir mediante innovaciones legislativas o decisiones administrativas radicales y si fuera posible por consenso.
De esa fatuidad hay varios ejemplos que rompen los ojos. Por ejemplo, Gustavo Zubía, el diputado colorado y precandidato presidencial, trata de hacer equilibrio en el cuesta abajo del tobogán en el que se desliza su partido. Para acentuar el sensacionalismo el exfiscal penal sostuvo en el programa Desayunos informales de Canal 12 que “en determinadas circunstancias, sobre todo en las violaciones ope legis, la mujer tiene 12 años y está contentísima de tener relaciones con el (hombre) de 26. Yo he visto situaciones de enamoramiento”.
Aclaró que la víctima puede legalmente dar su consentimiento a esa relación sexual, pero de todas formas es una violación, aunque no hay violencia ni engaño. Hay violencia moral, dijo.
Le llovieron cuestionamientos académicos y por su estilo, en un abanico que fue desde la Sociedad de Pediatría hasta el exfiscal de Corte Jorge Díaz. Aunque Zubía trató de explicar jurídicamente sus dichos, en el fondo atribuyó los cuestionamientos a la “mala fe”. Lo cierto es que en el votante de a pie quedó prendida su afirmación, especialmente por su condición de jurista y exfiscal, de que las menores que son víctimas de violación resultan “contentísimas” cuando tienen relaciones sexuales con una persona mayor. Los argumentos legales que expuso a casi nadie le importan y la mayoría no los entiende.
Otro tema que parece tener gran importancia tanto para el oficialismo como para la oposición son los viajes oficiales a la Antártida. Después del traslado del presidente Luis Lacalle Pou, a quien acompañaron sus hijos y el novio de su hija, todos pasan la pelota por encima de la red y el oficialismo presentó una lista de familiares y amigos viajeros durante los gobiernos del Frente Amplio.
El más reciente reproche es la multa de US$ 30 millones (más intereses) que el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones del Banco Mundial determinó contra el Estado uruguayo en una sentencia no apelable. Lo encontró culpable por la caída de la empresa aérea estatal durante el gobierno del expresidente José Mujica. El Estado fue condenado a pagar ese monto, que seguramente deberá afrontar la próxima administración.
“Pluna estaba muerta hacía una década”, se justificó y reprochó Mujica mientras hacía campaña por el emepepista Yamandú Orsi en su carrera presidencial contra la comunista Carolina Cosse, pese a que tal vez terminen conformando la misma fórmula.
Hay más, pero ni los políticos ni los partidos pueden argumentar ignorancia sobre las principales preocupaciones o angustias de la sociedad, que el próximo gobierno tendrá que afrontar con medidas concretas que deberían ser propuestas al electorado. Tal vez lo hagan luego de las internas, pero entonces quedarán cuatro meses y poco se podrá debatir. Por ahora le dan la espalda al votante.
Las demandas ciudadanas son más que obvias. La más reciente encuesta de la empresa Factum, correspondiente al segundo bimestre de 2023, indica que para la mayoría de la población (37%) su mayor preocupación es la seguridad pública. El porcentaje es similar a otras encuestas de Equipos o de Cifra.
El director de Factum, Eduardo Bottinelli, subrayó que la actual preocupación por la seguridad pública es porcentualmente tres veces mayor que la que se registró en mayo de 2021. Las preocupaciones económicas, especialmente el desempleo, siguen presentes, aunque ocupan el segundo lugar con 34%. En tercer lugar, lejos de los dos primeros, está la preocupación por la educación, que registró el 10%, y a esta le siguen la salud y la corrupción con 2%.
Como puede verse, salvo que a los políticos les importe más pelear por una precandidatura presidencial o un lugar en las futuras listas de diputados o senadores, el requerimiento ciudadano pasa por otro lado, pero parecen considerarlos secundarios.
Así nos va.