La opción de inversión parece muy favorable si se tiene en cuenta que en 2013, según datos del Banco Central, la tasa para depósitos en esa divisa en la plaza local se situó en 0,3% anual, en promedio.
En el fideicomiso, que tiene una legislación compleja, los animales son consignados a la empresa y eso significa que solamente se mueven con su autorización mediante la guía de tránsito correspondiente y además eso se ve facilitado porque los animales pueden ser seguidos mediante el Sistema Nacional de Identificación Ganadera.
Conexión Ganadera asegura a los inversores que los productores que se hacen cargo de los vacunos fueron elegidos entre los más idóneos, pero además garantiza que si el engorde no se produce como promete la firma, el dinero invertido al menos se mantendrá, ya que aun “en las condiciones más pobres de crianza” cada uno gana 8 kilos al mes, lo que significa 50% al año.
Según esa empresa, los animales manejados por los productores seleccionados obtienen en promedio una ganancia de 15 kilos mensuales y como reaseguro, el contrato indica que cuanto menor es el engorde menos gana el productor y más el inversor, además de que los vacunos son controlados y pesados cada 90 días. La mortandad esperada es de 3%, pero Conexión Ganadera garantiza el cobro efectivo de las muertes por parte del inversor. Lo mismo ocurre en el caso de robo de ganado, lo que se considera una negligencia por parte del engordador.
La inversión mínima gira en torno a los U$S 15.000, que equivale a la cantidad de animales que entran en un camión. La empresa promete al inversor la posibilidad de controlar la marcha del negocio todo el tiempo a través de Internet.
Los intermediaros entre el engordador y el inversor sostienen que existe un riesgo mínimo de default y que el mayor es haber hecho una mala compra.
Otra de las empresas referentes de este tipo de inversiones, Berrutti Negocios Rurales, obtuvo una renta anual de 11,44% en la temporada 2011-2012 con 78 campos de capitalización. Es un resultado considerado “muy bueno” por sus ejecutivos, tanto si se lo compara con el resto de la actividad ganadera como con otras posibilidades de inversión en los diversos sectores de la economía. El promedio de inversión de los clientes de esa firma fue de U$S 32.067, con un mínimo de U$S 10.000.
La propiedad fiduciaria del ganado es una forma imperfecta de propiedad que supone que el productor cede a un tercero su propiedad fiduciaria del ganado, explica el Programa Ganadería Tres Millones (GTM). Este tercero es el llamado fiduciario, que en este caso lo único que puede hacer es venderlo en las condiciones que establece el productor, quien mantiene la tenencia del mismo. Un productor puede entonces incrementar la productividad de todo su rodeo, optimizando sus recursos y cancelando el crédito con la venta del ganado fideicomitido o cuando el productor lo desee, como una apuesta al financiamiento de la productividad.
Inversión en Salto
Monteclaro Agroinversiones, una pequeña empresa radicada en Salto, ofrece una propuesta de inversión ganadera que consiste en la participación en un pool ganadero en Paraguay, Uruguay y Argentina para cría o engorde a campo natural o con terminación en feed lot.
En su página web se indica que “Uruguay, Paraguay y Argentina tienen una vasta tradición ganadera con probada experiencia con razas británicas (Hereford, Angus, Shorton) y cruzas con cebú Brahman o Nelore (Braford, Brangus, Santa Gertrudis)”, y que la selección de los vacunos se hace en función de las mejores oportunidades de precio y calidad que se ofrecen para cada campaña teniendo en cuenta la ubicación de los campos y las perspectivas comerciales y tendencias de los precios”.
El ingeniero Nicolás Böcking, director de operaciones e integrante del equipo de administración de Monteclaro, dijo a Campo que la empresa comenzó con fideicomisos en agricultura hace más de 16 años, y que luego se extendió con éxito a la ganadería —un negocio más seguro— y a la agricultura con riego.
El plan de producción, explicó Böcking, pasa por tres etapas: a fines del otoño se compran terneros de destete de entre 160 y 200 kilos, que son suplementados parcialmente durante el invierno en el campo con ración a base de sorgo molido y núcleo proteico. En una segunda etapa los novillos son engordados a campo natural, y en la fase final, durante el segundo invierno, los novillos son suplementados otra vez con sorgo molido y núcleo proteico; durante la primavera son terminados a campo natural antes de ser llevados a los frigoríficos, completando un período de 18 a 24 meses.
El próximo fideicomiso organizado por Monteclaro ofrece 1.500 cabezas en un área de 1.700 hectáreas en un plazo de 18 a 24 meses y una colocación mínima de U$S 25.000. Espera manejar inversiones por U$S 1,2 millones.
El fantasma de la aftosa
Berrutti United Breeders & Packers dice en su sitio web que si bien la aftosa es uno de los riesgos que tiene la participación en los portafolios de capitalización ganadera por las “consecuencias nefastas” que acarrea para el rubro, “sigue siendo menos dañino que una colocación bancaria cuando un banco quiebra o es intervenido”. Y recuerda que los depositantes de varias entidades financieras de la plaza local que cerraron en 2002 “aún disputan sin esperanza alguna la devolución de sus ahorros”.
En un trabajo realizado en la Facultad de Derecho en 2004, la investigadora María Jimena Rodríguez Schettini se ocupó de estudiar el fideicomiso de inversión y administración en el sector agropecuario y expuso algunos de los problemas más comunes.
“La unión de capitales de inversión aumenta el entusiasmo y fortifica el cumplimiento de la estrategia, la que se verá devastada con el acaecimiento de factores meteorológicos, o enfermedades mortales que impliquen la destrucción del capital, sea por causa de la naturaleza o producto de la mano del hombre (como ocurrió en el año 2001 con la aparición de la aftosa, la obligatoriedad de aplicar el rifle sanitario, y la prevención de su propagación), si bien la ley dispone indemnización por parte del Fondo Permanente de Indemnización” y la contratación de seguros, explicó.
También advirtió que “el fideicomiso podría volverse una amenaza para el fiduciario si el fiduciante no actuara con la debida cautela, incumpliendo sus obligaciones, y defraudando al fisco. Los bienes que responden ante tales incumplimientos son los que conforman el patrimonio fideicomitido. En esta hipótesis hay una clara ruptura fundada en la confianza entre fiduciante y fiduciario, y estos con respecto al fisco”.
Según Rodríguez Schettini, el aumento de la faena de ganado es una preocupación de las autoridades porque “si la misma se efectúa en forma desmedida, producirá una carencia de novillos con relación a tiempos venideros”.
“Zoológico de inversores”
Una de las empresas que se dedican al negocio de los fideicomisos ganaderos promete a sus clientes de la ciudad “combinar la inversión con el disfrute de la vida del campo con su familia” para encontrar “mejores sensaciones que la especulación financiera”.
El director de Berrutti, Alejandro Berrutti, dijo a Campo que le gusta definir el universo de sus clientes como “un zoológico de inversores”, porque se trata de personas que provienen de las más diversas actividades, la mayoría citadinas, pero también productores que deciden invertir en una actividad que conocen.
Agregó que se trata de un sector en el cual existen ciertas normas de reserva impuestas por las auditoras, pero indicó que los inversores promedio colocan entre U$S 10.000 y U$S 100.000 buscando mejor rentabilidad.
“En su mayor parte son citadinos que llegan corridos por los malos precios de los bancos y la buena prensa del sector agropecuario”, explicó ese ejecutivo. También señaló que el producto “no se vende como un tiempo compartido” sino que se le obliga al inversor a leer con calma el contrato.
La nueva modalidad de fideicomiso de administración, que no cotiza en bolsa, se diferencia de otro producto, Portafolio, que ofrecía la empresa, para inversiones individuales. Debido a la gran demanda se comenzó con este nuevo sistema, en el cual el inversor no es dueño de un rodeo en especial sino de una parte de un lote mayor.
De todas formas, explicó Berrutti, la capacidad está casi al límite de lo que determinan los auditores, porque se ubica en alrededor de 96% ya colocada. De otra forma se produciría inflación, señaló.