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En diciembre, la Presidencia de la República envió al Parlamento un proyecto de ley que busca atraer trabajadores calificados del exterior para el sector de tecnologías de la información y la comunicación. La iniciativa, que incluye ventajas impositivas, había sido anunciada el mes previo por el mandatario Luis Lacalle Pou, en el marco del foro Test & Invest Uruguay Business Summit, en Punta del Este: la idea es captar “talentos” y posicionar al país como un “hub tecnológico” regional.
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El texto fue elaborado por el Poder Ejecutivo en diálogo con la Cámara Uruguaya de Tecnología de Innovación (CUTI). Sin embargo, algunos empresarios del sector son cautos acerca de su utilidad real.
El presidente de esa asociación empresarial, Carlos Acle, dijo a Búsqueda que el proyecto es “una herramienta dentro de un conjunto de otros atributos que tiene vivir en Uruguay”, como su estabilidad política y social, respecto de otros países de la región. Consideró que puede ser favorable no solo para las empresas ya operativas, sino también para aquellas del exterior que están evaluando instalarse en Uruguay “para poder relocalizar talento desde otros países”.
La iniciativa le permite al trabajador que llegue del extranjero para emplearse en el sector TIC nacional optar por no realizar aportes jubilatorios en Uruguay y tributar el Impuesto a las Rentas de los No Residentes (IRNR). Esa alternativa de pagar el IRNR deberá efectuarse al inicio de la primera vinculación laboral; de aprobarse la ley, se podrá realizar por única vez y será de aplicación para el año civil en que se verifique y durante los cuatro siguientes. En caso de desvinculación, el trabajador continuará teniendo derecho al uso de esta modalidad en los plazos mencionados. Según el proyecto, esta modalidad regirá para aquellos contratos laborales iniciados hasta el 28 de febrero de 2025.
Matías Reina y Fabián Baptista, dos de los fundadores de la empresa Abstracta, señalaron en una respuesta por escrito a Búsqueda que no esperan que reduzca los costos de contratación a partir de esta eventual ley porque la “demanda de personal seguirá tremendamente desequilibrada a pesar de tener una mejor oferta”.
A pesar de eso, creen que “el impacto va a ser positivo para el ecosistema por la diversidad cultural, los contactos y la globalización”. Agregaron que el mayor valor para ofrecer a los trabajadores del exterior es la calidad de vida, la estabilidad social y los valores de la sociedad uruguaya.
Fabiana Hernández, integrante de la Comisión Talento de la CUTI, aclaró que el proyecto de ley “no cambia la contratación a nivel local”. Agregó: “Se necesitan personas en todas las etapas del proceso, personas que lideren equipos de trabajo y ante la falta de estas personas, traer talento del exterior es necesario”. Según dijo, los programas de formación generan una masa de “perfiles junior, para que entren a la industria y se sigan formando”, pero en ese proceso se necesitan “líderes de equipos y mentores. Es una inversión de la empresa que se tiene que hacer sí o sí, y a veces implica quitar personas muy valiosas de otros proyectos”.
Puerta de entrada
En el sector de Tecnología de Información (TI) en Uruguay, la falta de trabajadores especializados es una problemática que lleva años buscando superar —junto al gobierno— a través de programas de capacitación como Jóvenes a Programar, Anima, Bootcamps, entre otros, y acciones en conjunto con las universidades Tecnológica y de la República procurando disminuir la brecha entre oferta y demanda. Sin embargo, a pesar de que existe consenso en que saber hablar inglés y tener los conocimientos técnicos para desempeñarse en TI son herramientas indispensables, las visiones entre consultores y ejecutivos del rubro difieren respecto a cuáles son los requerimientos necesarios para tener una primera experiencia de empleo en empresas del sector.
Para Ana Miguel, socia en Búsquedas IT, la falta de experiencia es la principal barrera de entrada, si bien eso se puede suplir de forma autodidacta. “El mercado pide experiencia, pero no te toman si no la tenés. Ahí es donde entra (en juego) ser autodidacta, permite que generes tus propias experiencias, tus propios proyectos, y podés hacerlo desde tu casa mientras buscás trabajo”, explicó.
Afirmó que las personas que se están formando en IT “van armando su repositorio” en GitHub, una red social donde desarrolladores publican sus códigos y se genera conocimiento colectivo a través de la comunidad. Allí un desarrollador encuentra un problema, hace una pregunta y alguien que ya se enfrentó a la misma situación le comparte la solución. Eso, en su opinión, es “una ventaja del sector”.
Otra forma de entrar a las empresas TI como trabajador es a través del rol de Aseguramiento de Calidad (QA en inglés), que se encarga de realizar el testeo funcional de los programas informáticos. Para este tipo de tareas “lo ideal es alguien con conocimientos en tecnología que pueda corroborar los cálculos del software, por ejemplo, un programa de liquidación de sueldos y alguien con conocimientos en ciencias económicas”, explicó Miguel en diálogo con Búsqueda. “El QA desarrolla profesionalmente” y permite que la persona se inicie en el sector y siga aprendiendo, especializándose para realizar otros roles”, agregó.
Para Hernandez, de la CUTI, las habilidades técnicas son la base, pero una persona se destaca frente a las empresas por tener conocimientos en inglés y por sus habilidades blandas, como saber comunicarse correctamente o trabajo en equipo, o no tener miedo a equivocarse, por ejemplo. “Si tenés todas estas aptitudes, a pesar de no tener un nivel académico alto la empresa está dispuesta a ayudarte en tu desarrollo personal y a que sigas estudiando”, aseveró. “Si un candidato es técnicamente brillante pero no se comunica de forma adecuada, no acepta correcciones de parte de sus compañeros, no es seleccionado. Porque las empresas valoran que el equipo funcione”, remarcó. Una persona que técnicamente no es “tan buena”, pero tiene iniciativa, pregunta y es resolutiva, es seleccionada porque lo demás se le enseña, insistió.
Al igual que Miguel, la ejecutiva de la CUTI destacó que la industria de TI está abierta a integrar a personas que ya han trabajado y que tengan otra formación, porque esa experiencia se puede aprovechar en tareas de testeo funcional.
Mariasol Elizalde, responsable de Recursos Humanos de Onetree, dijo que en este sector se trabaja mucho en equipo, lo que hace a las habilidades blandas tan importantes como las técnicas. “Hay muchas fuentes de generación de conocimiento, entonces las habilidades blandas son un diferencial”, afirmó a Búsqueda. Pero debe haber un equilibrio entre ambas, dijo.
Elizalde resaltó el rol de las empresas a la hora de brindar primeras oportunidades. “El conocimiento está muy ligado a la experiencia, ahí está el desafío de las empresas; si pedimos experiencia necesitamos también generar esa puerta de entrada”. Pero después está ligada a la especialización, a la actualización de los conocimientos, a las oportunidades de promoción interna o de proyección de carrera que la persona va teniendo en su trabajo, detalló.
Indicó que si bien las empresas buscan que las personas tengan los conocimientos técnicos, sepan hablar inglés y cuenten con habilidades blandas, el interés genuino y la voluntad de aprender son necesarios, más cuando el sector está abierto a recibir trabajadores que aún no están calificados.