Cuando éramos chicos nos enseñaron que la Guerra del Paraguay o de la Triple Alianza fue una verdadera vergüenza. Cuando se tenía que poner un ejemplo de lo que jamás se debía hacer, esa ignominia histórica era el ejemplo perfecto.
Cuando éramos chicos nos enseñaron que la Guerra del Paraguay o de la Triple Alianza fue una verdadera vergüenza. Cuando se tenía que poner un ejemplo de lo que jamás se debía hacer, esa ignominia histórica era el ejemplo perfecto.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEl humilde y pequeño Paraguay salió en ayuda del incipiente Uruguay ante una nueva invasión de Brasil; pero Uruguay —previo cambio de gobernantes— se plegó a los gigantes agresores y violentos. Se plegó a los matones del barrio. Mucho más por cobardía que por estrategia geopolítica.
Las historias se repiten.
Todo el mundo sabe que en Paraguay no hubo ningún golpe de Estado. Lo saben las Naciones Unidas, lo sabe cualquiera que sepa leer la Constitución de Paraguay. Lo sabe hasta Insulza y su OEA que la semana pasada votó masivamente a favor de Paraguay, dejando al Mercosur y al inefable Ecuador en una posición lastimosa.
No parece haber sido por estrategia geopolítica la nueva traición a Paraguay. Más bien dio la impresión que a Mujica lo llevaron de la oreja a la dirección, le pasaron un rezongo y le dieron un papel para que firme y se calle. (Lo de callarse, sería bueno que lo aplique también en casa).
Hace mucho que intentamos comprarle electricidad a Paraguay (más que abundante recurso en ese país) pero… las muchachas no nos dejan. Leo en la prensa que Cristina y Dilma le compran la energía de Itaipú y Yaciretá al Paraguay en 20 y ese mismo megawatt o como se llame se lo venden a Uruguay en 300. ¡Eso es estrategia geopolítica! Y un poco de mala leche también. ¿Será que apoyar a Kirchner y a Rousseff en este aborto contra la naturaleza de meter a Venezuela por la ventana nos proporcionará el acceso a los kilowatts paraguayos? A juzgar por cómo nos pagan por cada inflexión, no parece que esta sea más valorada que todas las últimas.
Veo que ahora, “desesperadamente”, quiere el gobierno uruguayo firmar con Argentina el tratado de intercambio de información tributaria. (¿Espera dádivas?)
Sería buenísimo que el próximo gobierno (porque de este ya se puede esperar muy poco) vuelva a tener una política exterior de Estado o consensuada; uruguaya, no frenteamplista o colorada o blanca.
Y también que sea un poco más seria.
José García Arocena
CI 1.240.037-1