La producción de carne vacuna es uno de los principales rubros de la economía uruguaya, específicamente en cuanto a ingresos originados por las exportaciones y la actividad laboral vinculada a la industria frigorífica, sin dejar de considerar los servicios de transporte y venta de insumos.
En momentos de crisis mundial por la pandemia Covid-19, ese sector de la agropecuaria uruguaya sintió el golpe de la menor demanda de los principales mercados, como es el caso de China, que fue el destino de casi la mitad del volumen exportado de carne vacuna este año, pero con una baja de 37% respecto a 2019, según datos del Instituto Nacional de Carnes (Inac).
Y la reciente confirmación de un caso de coronavirus en un trabajador del frigorífico Carrasco puso en alerta a las autoridades del Poder Ejecutivo relacionadas a esa actividad. En los meses anteriores hubo algunos casos sospechosos en otras plantas de faena, pero los resultados dieron negativos al igual que los test realizados a 17 obreros de esa misma empresa, que fue suspendida por 14 días para exportar al mercado chino.
Con el objetivo de “mantener el Covid-19 fuera de la cadena”, la secretaría de Estado convocó para hoy (jueves 6) a los dirigentes de la Federación de Obreros de la Industria Cárnica (Foica) para mantener una reunión, según supo Búsqueda. “Luego del reciente evento de Covid-19 ocurrido con un empleado del frigorífico Carrasco, les proponemos reunirnos para analizar lo sucedido y estudiar juntos posibles mejoras al sistema de prevención”, indica el mensaje de texto enviado vía WhatsApp desde el MGAP a la Foica.
Este año el gobierno chino suspendió a varios frigoríficos exportadores de Estados Unidos, Brasil, Argentina y algunos países europeos debido a la confirmación de casos de coronavirus entre empleados de las industrias cárnicas de esas naciones proveedoras.
Atendiendo a la concentración de las exportaciones de carne vacuna, pero también de carne ovina, de menudencias y de otros productos derivados cárnicos en el gigante asiático, el sector debe priorizar la atención en el cuidado de la salud de los operarios y garantizar la inocuidad de la producción. Es por eso que el MGAP coordina con actores de la cadena cárnica y el Ministerio de Salud Pública las medidas necesarias con ese propósito.
Más joven y criador
Otro factor relevante para el funcionamiento de la producción de carnes local es la oferta de vacunos para la faena y para el desarrollo de las distintas categorías en el campo.
En esa línea, el técnico del Instituto Plan Agropecuario (IPA), Esteban Montes, realizó una proyección del stock vacuno al 30 de junio de este año en la que prevé un incremento de unas 530.000 cabezas (+4,8%), lo que implica un cambio en la tendencia a la baja que se registraba desde 2017.
El rodeo ganadero uruguayo llegaría a 11.695.211 reses, calculó.
Analizó que “la categoría de vacas totales se mantendría prácticamente constante, o sea que la máquina de producción (vacas de cría entoradas) no se vería resentida”.
Y “la cantidad de novillos adultos se mantendría en niveles similares a los del año pasado”, y “aunque esos valores son históricamente bajos, el número proyectado de 900.000 cabezas es suficiente para satisfacer las 600.000 que se faenan todos los años”, indicó Montes en un artículo publicado en la revista del IPA.
Detalló que los novillos más jóvenes (1 a 2 años) mostrarían un aumento importante (32%), volviendo a niveles similares a los de los años 2012 a 2016, cercanos a 1,2 millones de cabezas.
Las vaquillonas se mantienen en niveles similares a los del año pasado o pueden tener algún aumento a pesar de estar con cifras récord de faena, señaló.
Uno de los datos más destacados y optimistas para el futuro cercano del sector que planteó es que “el número de terneros registraría una cifra nunca antes alcanzada de 2,9 millones de cabezas, debido a un aumento de 6,2%” respecto a junio de 2019.
Al argumentar esas proyecciones, el técnico mencionó que los menores niveles de faena y de exportación en pie durante el segundo semestre de 2019 e inicios de 2020 explican este comportamiento.
Las vaquillonas totales se mantienen a pesar de que su participación en la faena está en niveles históricamente elevados y de haber aumentado el número de vaquillonas que ingresan a servicio, consideró.
Planteó que “el total de vacas (cría más invernada) prácticamente se mantendrían o mostrarían un pequeño aumento”.
Respecto a los novillos adultos (2 a 3 y más de 3 años), que estaban en valores “muy bajos” históricamente, “se mantendrían en los mismos valores”, y “puede darse que los de más de 3 años disminuyan y los de 2 a 3 aumenten, mostrando un rejuvenecimiento de los novillos adultos”, sostuvo Montes.
Explicó que “eso depende en buena medida de la forma como se contabilizan esos animales al momento de la declaración jurada o al momento del embarque”.
“Los novillos de 18 y 30 meses están teniendo niveles de faena importantes en estos últimos años y, sin embargo, no se han visto reflejados en una disminución en las existencias de esta categoría”, advirtió.
En la faena, el técnico estimó un promedio de 40.000 reses semanales para lo que resta desde el último reporte de Inac (23 de mayo) hasta el 30 de junio, lo que haría que la faena total del período 1º de julio 2019 al 30 de junio de 2020 sea inferior a los 2 millones de cabezas.
Otra variable que analizó Montes para las proyecciones del Plan Agropecuario es la exportación de ganado en pie. “La situación actual de la pandemia terminó de paralizar lo poco que se venía realizando”, señaló
Según datos publicados por el MGAP, en enero hubo un embarque de algo más de 23.000 cabezas de terneros a Turquía y dos embarques en el entorno de 5 mil terneros cada uno a Jordania e Irak. Luego hubo dos embarques de vaquillonas Holando a China (marzo y abril) y uno a Emiratos Árabes Unidos (abril), que en conjunto no llegan a 9.000 cabezas.
“Asumiendo que pueda salir algún barco más”, el técnico calculó que el total exportado en pie para el período 1o de julio de 2019 al 30 de junio de 2020 superaría algo más de 120.000 cabezas.
La exportación de vacunos en pie no llegó a las 140.000 cabezas en 2019, frente a algo más de 420.000 de 2018 y las más de 330.000 de 2017.
“Precios más competitivos en la región, entre otros factores, justifican esa disminución”, indicó.
El IPA evaluó que en Uruguay hay “un stock vacuno que se encuentra en proceso de reajuste, con mayor proporción de vacas de cría y menor proporción de vacas de invernada y de novillos, sobre todo los adultos”, lo que supone un rodeo “más criador y más joven”.
