N° 2047 - 21 al 27 de Noviembre de 2019
, regenerado3N° 2047 - 21 al 27 de Noviembre de 2019
, regenerado3Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáDesde 1989, cada 20 de noviembre el mundo recuerda un hito que cambió la historia y la de millones de niños y niñas alrededor del planeta. Este año celebramos 30 años de la firma de un acuerdo entre los líderes mundiales que por primera vez reconoció a los niños como sujetos de derechos: la Convención sobre los Derechos del Niño. La Convención, el tratado de derechos humanos más ratificado a escala global, reconoce legalmente que las niñas, niños y adolescentes tienen derechos, busca hacerlos valer, y da voz a los niños para que hablen por sí mismos.
Los principios rectores de la Convención —la no discriminación; el interés superior del niño; el derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo, y el derecho a la protección— han influido en numerosas constituciones, leyes, políticas y prácticas en todo el mundo. Pero, sobre todo, han llevado a que los Estados realicen grandes esfuerzos por transformarlos en una realidad para los niños y diseñen políticas para brindarles oportunidades más justas en la vida.
Gracias a la Convención cada vez hay más niños que viven mejor y más sanos. A lo largo de estas tres décadas la tasa mundial de mortalidad de menores de cinco años se ha reducido a más de la mitad y el número de personas que viven en la extrema pobreza en todo el mundo es casi la mitad de lo que era en la década de 1990.
En línea con su compromiso histórico con los derechos humanos, Uruguay fue uno de los primeros países en ratificar la Convención. A través de la adopción de nuevas leyes y el diseño de nuevas políticas o reformas de las existentes, a lo largo de estos 30 años Uruguay ha logrado avances significativos en relación con los derechos de sus niños. El país avanzó de manera notable en la reducción de la pobreza infantil y la mortalidad infantil; amplió sus políticas sociales de apoyo a la familia; generó y expandió las políticas de primera infancia; garantizó la atención de salud y vacunación para todos sus niños; amplió el acceso a la educación; aumentó la cobertura educativa para niños de 4 y 5 años; estableció un sistema de detección y atención de la violencia, y garantizó el acceso a las tecnologías. Estos innegables logros que se han producido en los últimos tres decenios a favor de la infancia demuestran que la voluntad y la determinación políticas, junto con el esfuerzo de toda la sociedad, tienen el poder de mejorar las vidas de los niños.
Sin perjuicio de los avances, este progreso no ha sido uniforme. En Uruguay el contexto social de los niños, su condición económica, su ascendencia racial o el hecho de tener alguna discapacidad aún tienen incidencia en su bienestar y sus oportunidades de desarrollo. El país debe fortalecer las políticas y los servicios para las familias con niños y adolescentes en situación de pobreza y exclusión social, especialmente las dirigidas a la atención a la primera infancia; promover nuevas políticas de apoyo a la lactancia materna y la reducción del sobrepeso y la obesidad infantil; asegurar el acceso, calidad y permanencia de todos los niños, niñas y adolescentes en el sistema educativo, y universalizar la educación inclusiva en todos los niveles, tal y como lo han solicitado distintas instancias internacionales. Además de esto, Uruguay debe fortalecer los mecanismos para la prevención, detección y atención de situaciones de violencia hacia niños, niñas y adolescentes; avanzar hacia la eliminación de la internación como forma de protección, extendiendo el apoyo a familias de origen y extensa, y profundizar el proceso de especialización del sistema penal juvenil, fortaleciendo la institucionalidad para la aplicación de penas no privativas de libertad. Desde Unicef abogamos también por la creación de una Defensoría independiente de Derechos Humanos de la Niñez que pueda ayudar a aquellos niños que, estando bajo la guarda del Estado, necesiten seguimiento individualizado.
En el mundo aún hoy millones de niños viven excluidos, sin recibir la atención médica, la educación y la alimentación a las que tienen derecho, o siguen desprotegidos ante la violencia. Los conflictos, las crisis y los desastres relacionados con el clima profundizan las privaciones e influyen de manera determinante en la supervivencia de los niños en todo el planeta.
Treinta años después de ese momento que cambió la historia de los niños para siempre, no podemos ser indiferentes a la deuda que aún tenemos con los niños y las niñas del mundo. Renovar la promesa de la Convención implica aceptar los nuevos desafíos que la infancia enfrenta en el siglo XXI, pero también reconocer los problemas que aún no hemos logrado abatir y generar nuevas estrategias para superar de manera definitiva las situaciones que aún impiden a muchos niños y adolescentes gozar de sus derechos humanos.
En el marco del inicio de un nuevo ciclo de gobierno en Uruguay, asumir este compromiso con la infancia adquiere especial relevancia, ya que implica decisiones políticas y medidas concretas que permitan avanzar en los desafíos pendientes con los niños, niñas y adolescentes. Unicef celebra que ambos candidatos a la presidencia hayan firmado el compromiso de dar prioridad a la agenda de infancia en el próximo gobierno. Con menos de 45.000 niños que nacen cada año, Uruguay tiene todas las condiciones para hacer realidad sus derechos. El creciente compromiso que la sociedad uruguaya ha manifestado con su colaboración a Unicef a lo largo de estos años es una clara señal del lugar preponderante que la infancia tiene para las personas en el país. Cuando una sociedad logra que todos y cada uno de sus niños, más allá de cualquier condición o atributo, tenga las mismas oportunidades para ejercer sus derechos, coloca los cimientos para una sociedad próspera e integrada.
Hoy es necesario que todos actuemos juntos, con audacia y creatividad. Unicef reitera su compromiso de acompañar los esfuerzos para que los derechos de los niños sean una realidad para todos los niños y niñas que viven en este hermoso país.
(*) Representante de Unicef en Uruguay