Sangre de dos orillas

escribe Silvana Tanzi 
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Florecían las lunas de enero / Y la calle Fray Bentos olía a jazmín, / Madera sonora en la radio / Isolina Núñez hablaba de amor. Estos versos pertenecen a Interiores, una preciosa canción de Rubén Olivera que evoca a ritmo de vals un ritual popular que se siguió durante décadas en los hogares uruguayos: escuchar todos los días un episodio de algún radioteatro. Esa tradición se fue consolidando en torno a figuras como la de Isolina Núñez, que hacía llorar con sus melodramas, y proyectó a otras figuras hacia la escena nacional. Historias de amor o desamor, policiales o gauchescas formaban parte del repertorio que a diferentes horas del día convocaron a generaciones de los años 40, 50 y 60 en torno a la radio.

El formato fue decayendo a medida que aumentaba la popularidad de la televisión y los últimos radioteatros se emitieron hacia fines de los años 70, con algunas experiencias posteriores. En 2020, Radio Uruguay incluyó en su programación el espacio Radioteatro de archivo y se volvieron a escuchar aquellas voces que tanto éxito habían tenido en el pasado.

Este año, nuevamente por Radio Uruguay, a partir del viernes 21 a las 22.30, y todos los viernes hasta el 11 de marzo, se emitirán capítulos de un ciclo que tiene sus raíces en los radioteatros tradicionales. Su título es ilustrativo: Crímenes. Femicidios del siglo XX en el Río de la Plata. En ocho episodios de 25 minutos de duración, se recrean ocho historias que fueron reales, violentas y crueles, ocurridas en la primera mitad del siglo XX, que tuvieron como víctimas a mujeres. Este radioteatro, pensado con la tecnología del siglo XXI, fue estrenado el pasado noviembre en el programa Espíritu libre que conduce Gustavo Rey en Radio Cultura y próximamente será subido a distintas plataformas en el formato podcast.

Este es un proyecto que se originó en la pandemia. En 2020, con los teatros cerrados y con mucha incertidumbre para quienes trabajan en el medio teatral, el Fondo de Cooperación Iberescena, el más importante para el teatro iberoamericano, abrió un llamado para presentar proyectos de radioteatros en formatos virtuales, al que se presentó un equipo de coproducción uruguayo-argentino y salió seleccionado.

“Fue un reconocimiento súper importante porque se concursa en todo el ámbito iberoamericano, y en plena pandemia fueron cantidad los proyectos presentados en esta propuesta que no se hacía desde mucho tiempo atrás”, explicó a Búsqueda Daniela Pauletti, a cargo de la producción general de Crímenes. Gestora cultural y con experiencia de muchos años en el teatro independiente, especialmente en El Galpón, Pauletti es además diseñadora de vestuarios y trabaja en TV Ciudad.

El equipo de Crímenes estuvo integrado por los actores argentinos Gonzalo Rotavería y Guillermo Arengo, el uruguayo Carlos García, a cargo del diseño de sonido y de la música original, y por cinco actrices uruguayas de larga trayectoria que interpretaron y dirigieron los capítulos: Margarita Musto, Cecilia Baranda, Isabel Legarra, María Varela y Pelusa Vidal.

Otras dos figuras fundamentales para este proyecto fueron las de Hugo Fontana, escritor y periodista fallecido recientemente, el martes 11, y Gabriel Calderón, director designado de la Comedia Nacional (asumirá en febrero), responsable de la dramaturgia. “El trabajo de ambos fue importantísimo para cerrar la etapa creativa. La investigación de Fontana fue impresionante. Nos gustaría poder subir a la página web los relatos que elaboró con toda la recreación de época para que la gente pueda leerlos. Es tremenda investigación”, comentó Pauletti. Al trabajo del equipo también se sumó el ilustrador Jorge Faruelo, que creó una obra para cada capítulo.

Para los actores el desafío no solo estuvo en indagar en un nuevo formato, sino en tener que ensayar vía Zoom en momentos en que cada uno estaba en sus casas por la pandemia. Fue un trabajo actoral a distancia que implicó adaptar la voz a una nueva experiencia sin abandonar la gestualidad corporal.

Pauletti recordó que en los medios públicos los radioteatros estuvieron al aire hasta los años 70 y que contaron con grandes actores de la Comedia Nacional o del teatro independiente. “Soy amiga de Juan Jones y él fue actor de radioteatros. Esa experiencia se perdió y de alguna manera se trata de recomponerla de manera digital con otro tipo de calidad y sonido. Hay una tecnología que permite que se transmitan las historias de forma más realista de lo que se hacía antes”.

Las primeras ideas de esta propuesta surgieron de Pauletti junto con las actrices Musto y Vidal. Ellas querían llevar al radioteatro crímenes reales, al estilo de la novela negra. “Empezamos a investigar lo que se llamaban ‘crímenes pasionales’, que en realidad eran femicidios, aunque cuando se habían cometido no existía ese concepto. Entonces fuimos poniendo énfasis en los crímenes de mujeres en el ámbito familiar, una problemática social que siempre existió y que hemos visto agravarse durante la pandemia. Los confinamientos incitan más a la violencia intrafamiliar, y es algo que como sociedad no hemos podido frenar. Nos pareció bueno poner sobre la mesa el concepto de femicidio y hacer una contraposición de situaciones del siglo XX con las del siglo XXI. A pesar de que son historias terribles, queríamos que fueran disfrutables para quienes las escuchan”.

Con un lenguaje arrabalero y muy de época se cuentan historias que en su momento causaron escalofríos en el Río de la Plata. El primer capítulo lleva por título La degollada de la Rambla Wilson, un relato que “suena” en los relatos orales de los montevideanos, aunque poco se conocen sus pormenores. A fines de abril de 1923, a la altura de la Rambla del Parque Rodó se encontró el cadáver de una mujer joven que resultó ser la argentina Petrona López. Su marido, Javier Vega, la había degollado y después había huido a Brasil con una amante. El tipo fue condenado y, después de seis años preso, intentó huir y terminó muerto de un balazo por un guardia.

Otro capítulo es La tragedia del Hotel del Prado. Su trama se remonta a 1904 e implica a figuras patricias y de peso político de la época. El protagonista fue el teniente Adolfo Latorre, quien mató a balazos a su esposa de 19 años, Celia Rodríguez, que le había sido infiel con Luis Alberto de Herrera. Pero el drama no terminó allí porque el abogado de la familia de Celia, Teófilo Díaz, se presentó apenas se supo del asesinato en el Hotel del Prado y mató de varios tiros a Latorre. Por allí también aparece la figura de José Batlle y Ordóñez quien conocía la relación entre los amantes.

Los otros títulos son Los crímenes de la calle Yerbal, ocurrido en 1928 en un prostíbulo de la Ciudad Vieja; El crimen de La Ternera, un asesinato rural por encargo; El sátiro de Pocitos, una historia más familiar por su proximidad en el tiempo, sobre un ladrón y violador que en 1964 atacaba a mujeres que vivían solas; El crimen de la calle Gallo, que ocurrió en Buenos Aires en 1914 y cuenta las implicancias en torno al asesinato de Frank Carlos Livingston; El descuartizador de Barracas, otra historia bonaerense de 1955 por demás truculenta, con el cadáver de una mujer despedazado y esparcido por la ciudad; Raúl Barón Biza y sus dos esposas: otra vez la ciudad es Buenos Aires, pero en 1964, y otra vez una historia con protagonistas de la clase poderosa y un final de horror.

“Nos encantaría seguir investigando y hacer una segunda parte. Hay un montón de estos crímenes en la historia del Río de la Plata de ese período”, comenta Pauletti. “Hasta ahora hemos tenido una muy buena recepción del público, pero cuando lo subamos a las plataformas, se va a poder escuchar y replicar mucho más. El formato podcast atrae también a un público más joven”.

Por el momento, hay que sintonizar por la noche, durante ocho viernes, Radio Uruguay y dejarse transportar por la magia de la voz que despierta la imaginación y revive un viejo ritual.

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2022-01-19T17:26:00