Al pasar raya, ninguno considera las negociaciones un fracaso, a lo sumo se admiten pequeñas derrotas. El resultado de las votaciones dejó particularmente satisfechos a los dirigentes del Partido Comunista y del Movimiento de Participación Popular (MPP), que evalúan que el resultado se “ajusta” a la impronta de sus precandidatos presidenciales, Carolina Cosse y Yamandú Orsi, respectivamente, de acuerdo con las consultas de Búsqueda.
Fuerza Renovadora y sus aliados marcaron sus votos con posturas moderadas y en varias ocasiones quedaron del lado de la minoría. Sin embargo, las fuentes evaluaron que el sector que salió más “debilitado” del Congreso fue el bloque Izquierda y Libertad, la alianza entre el Partido Socialista, el Partido por la Victoria del Pueblo (PVP), Casa Grande y la Lista 5005. Su apuesta era la más elevada en términos programáticos, ya que habían realizado una vasta serie de propuestas para modificar el proyecto de programa y no lograron imponer demasiadas (Búsqueda N° 2.252).
Aquellas mociones que no habían conseguido los dos tercios en comisión, pero sí al menos 20% de respaldo, pasaron a ser discutidas en la sesión general. El debate de varios de esos puntos expuso las diferencias ideológicas y tácticas entre los sectores.
El capítulo de género no estuvo exento de polémica. Si bien la mayoría de las modificaciones fueron acordadas en la subcomisión y votadas en bloque, el plenario debió laudar sobre la propuesta de crear un Ministerio de la Igualdad en sustitución del Instituto de las Mujeres. La nueva secretaría de Estado tendría “capacidad rectora para jerarquizar las políticas públicas de igualdad de derechos, transversales en todo el territorio”, según la moción del Comité de Base L. Martínez y la Unidad Temática de Ciudadanas.
Dos militantes plantearon que la categoría ministerial permitiría “implementar políticas, planes y programas orientados a la igualdad de derechos en un combate efectivo y eficaz a la violencia de género”. Sostuvieron que “no es lo mismo tener un instituto de la mujer dependiente de otro organismo, que sentarse en pie de igualdad en el gabinete ministerial con categoría de ministerio”.
El discurso de las militantes cosechó muchos aplausos, pero también críticas. La encargada de confrontar la propuesta fue la diputada suplente del MPP Inés Cortés.
No creemos conveniente en el contexto actual crear nuevos ministerios. Por la sencilla razón de que las cosas hay que ponerlas en su contexto: no estamos creando un programa para un cuarto o quinto gobierno consecutivo. Estamos creando un programa para sacar a la derecha conservadora que gobierna hoy, y eso hay que hacerlo con claridad y estratégicamente. No podemos poner cosas en el programa que nos resten. Tenemos que convencer a todos los ciudadanos que hace cuatro años votaron a este gobierno y hoy queremos que nos voten a nosotros. No es necesario crear un ministerio para profundizar el compromiso y las políticas de género. Creemos que es inoportuno poner esto en nuestro programa y ya lo vimos en la prensa, cómo la prensa de derecha levantó esto para pegarnos.
Cortés argumentó que el hecho de crear una nueva institucionalidad “no asegura” una mejora en la calidad de vida de las mujeres. La moción de crear el nuevo ministerio fracasó.
El Congreso sí aprobó la creación de un Ministerio de Justicia, un punto que ya estaba incluido en el documento original de las bases programáticas de la fuerza política. También quedó en el texto un cambio de nombre del Ministerio de Educación y Cultura, que pasaría a llamarse Ministerio de las Culturas, las Artes, los Patrimonios y la Educación, algo que venía acordado de la comisión correspondiente por mayoría y se votó a tapas cerradas.
LUC y debate educativo
El capítulo de la educación ambientó uno de los debates más tensos. Una propuesta presentada por el grupo Izquierda y Libertad, que lidera el Partido Socialista, proponía agregar al programa derogar “en el menor plazo posible” todos los artículos de la LUC referidos a la educación, lo que permitiría la “restitución” de los consejos de la Administración Nacional de Educación Pública, la “representación docente” en esos organismos y el restablecimiento del Sistema Nacional de Educación Pública.
A favor de la moción argumentó Daniela Brandon, representante del Partido Socialista en la Mesa Política del Frente Amplio. “Si nos acompañan, esta moción tira por tierra todos los cambios nefastos que introdujo la LUC en el sistema educativo, absolutamente todos, en el menor tiempo posible, y recompone además todos los espacios de participación”. Además, dijo que se trataba de una “solución global”, en lugar de “ir emparchando” las cosas que había cambiado la ley aprobada a comienzo del gobierno.
En “contraposición”, otra moción, más genérica, apuntaba a que el Frente Amplio se comprometa a dar “estricto cumplimiento” a los “principios básicos de la educación pública”, asegure su “carácter público, autónomo y cogobernado, libre de la injerencia política del Poder Ejecutivo”, y garantice la “participación docente en el centro de políticas como planes y programas de todos los niveles del sistema”.
Paola Beltrán, representante de bases y afiliada al Partido Comunista, argumentó por la redacción menos explícita sobre la LUC.
Hay una diferencia clara en relación a si tiene que estar explícito estar en el programa la derogación de los artículos de la LUC. Hay una amplia mayoría de compañeros y compañeras que entienden que eso no tiene que estar y otros que dicen que sí. Estamos de acuerdo con lo que dice la compañera del Partido Socialista en que tenemos que tirar abajo todo lo que retrocedimos con esta ley nefasta (…). Por eso nos parece importante que tengamos una resolución como congreso con una importante mayoría y una clara orientación a nuestro próximo gobierno de que tenemos que revertir los efectos de esta nefasta LUC, sin decirlo explícitamente (…). Hubo un referéndum, el principal objetivo en esta etapa es ganar las elecciones para cambiar las condiciones de vida de la mayoría de nuestro pueblo, y en este sentido es que los compañeros entienden que no sería conveniente (…). Hay una diferencia que tiene que ver con lo que decimos y no decimos, pero no con la intención que tenemos, porque todos acá tenemos la misma intención.
Tras la argumentación de Beltrán, y tras un pedido al grupo Izquierda y Libertad, la moción que no apuntaba directo a la LUC resultó aprobada por unanimidad.
Cambios económicos y estatales
El Congreso también aprobó una moción para “avanzar en la transformación del sistema tributario, reduciendo impuestos al consumo y fortaleciendo la imposición a la renta, el gran capital y el patrimonio con el criterio de progresividad”, tal como informó El Observador. La redacción incluyó, además, que se estudien formas para “incrementar el aporte fiscal por concepto de dividendos y utilidades, así como de los patrimonios y las transferencias patrimoniales de muy alto porte”, y una reducción del IVA a bienes y servicios de primera necesidad, “tendiendo a un IVA personalizado”.
También prosperó una moción para “impedir la expansión de las tercerizaciones e iniciar un proceso gradual de eliminación de las mismas”. La idea no fue acompañada por Convocatoria Seregnista Progresistas, que lidera el precandidato Mario Bergara.
En el capítulo económico, las diferencias ideológicas entre las alas frenteamplistas quedaron expuestas. Al plenario llegó una propuesta para que el programa de gobierno estableciera que la flota pesquera nacional, una idea incluida en el borrador, fuera de carácter “estatal”.
A favor argumentó el dirigente del sindicato del gas, el comunista Alejandro Acosta. “No significa que sea lo único que tiene que haber, pero sí que el Estado promueva como política de Estado un rubro que tenga que ver con la construcción naval y poder usar nuestras capacidades productivas para poder usar un recurso alimenticio que generalmente está mal utilizado y que pueda colaborar para paliar el déficit alimenticio de una parte de la población”, dijo.
La respuesta llegó del excoordinador del Programa de Inclusión Financiera del Ministerio de Economía Martín Vallcorba, que sostuvo que establecer que el Estado debería realizar una flota pesquera propia “no resulta conveniente en este momento, en la medida en que como Estado va a tener infinidad de necesidades que atender”. Afirmó que una alternativa posible era que esa flota fuera privada y regulada por el Estado. El voto en contra de Convocatoria Seregnista Progresista no fue suficiente para que la moción consiguiera las mayorías necesarias.
No hubo “derrota”
El secretario general del Partido Socialista, Gonzalo Civila, sostuvo que la estrategia de Izquierda y Libertad, que presentó muchas propuestas que no llegaron al documento final, fue un éxito.
Varios aportes “fueron aprobados o sintetizados con otras mociones, y los que no lo fueron igualmente alimentaron la discusión y la reflexión política” del Frente Amplio, escribió en la red social X. Destacó que las propuestas del bloque sirvieron para duplicar los fondos destinados a vivienda, para fortalecer la visión de la “autonomía” en educación y jerarquizar la cultura.
“Nosotros no hacemos una lectura de derrota: uno va con una cuestión de máxima sabiendo que tiene que negociar, y no quedamos solos en todo”, dijo a Búsqueda una fuente socialista.
De hecho, Izquierda y Libertad todavía empuja para que una de las propuestas que le valió criticas en las últimas semanas ingrese al programa del Frente Amplio. La eliminación de los liceos militares no pudo ser discutida por falta de tiempo y su futuro será laudado en un plenario previsto para febrero o marzo.