El ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Tabaré Aguerre, anunció a principios de mes que será la última vez que el gobierno indemnice por excesos de lluvia. Sin embargo, el único seguro disponible contra esta eventualidad climática se reduce a una experiencia piloto que culmina en abril, y que fue cuestionada por algunas gremiales por su accesibilidad y “poca difusión”.
En diciembre de 2013, el MGAP lanzó junto con el Banco de Seguros del Estado (BSE) y el Banco Interamericano de Desarrollo —que financió el proyecto— el primer seguro contra exceso hídrico en Uruguay. La herramienta estuvo disponible desde principios de este año. Pero como se trató de un plan piloto, solo abarcó a los horticultores de Canelones y los rubros de cebolla (temprana y tardía), tomate, zanahoria (de invierno y verano), boniato y zapallo kabutiá.
“Históricamente, los seguros que se utilizan son contra granizo e incendios”, dijo a Campo el subsecretario del MGAP, Enzo Benech. La directora general de la Granja, Zulma Gabard, destacó que Uruguay es el primer país de Sudamérica en disponer de un instrumento de este tipo, que solo existe en México y España.
Hasta el año pasado, la granja contaba con dos instrumentos de políticas públicas. El primero son los subsidios al costo de la prima a cargo del Estado, que fue modificado a partir del evento del 24 de enero de 2013 —cuando se registraron fuertes granizadas— “para favorecer el acceso al seguro de los productores dedicados a esta actividad”, recordó el especialista en seguros Fernando Vila. El otro instrumento, que está ligado a los subsidios, es “el Fondo de Emergencia, el cual está destinado a indemnizar a los productores que hayan sufrido pérdidas por la ocurrencia de un evento catastrófico, para los que no existan coberturas, como ha sucedido en la actualidad”, apuntó este técnico.
Luego de las precipitaciones registradas en los últimos días de enero y los primeros de febrero, el gobierno declaró, en una conferencia de prensa el 12 de febrero, la “emergencia agropecuaria” para el sur del país. En esa instancia, Aguerre indicó que se invertirían U$S 8 millones para asistir a los granjeros afectados por las lluvias. A la vez, reafirmó que será la última vez que el Estado subsidiará a los productores por los daños causados por las precipitaciones, algo que ya había adelantado una semana antes, cuando dijo: “No siempre que tiene que haber un fenómeno climático adverso, tiene que existir una indemnización”.
En esa oportunidad, el ministro recordó la existencia del seguro hídrico que fue lanzado a fines del 2013.
El dirigente de la Asociación de Productores Agrícolas de Canelones, Antonio González, valoró que hubo “poca difusión” de la herramienta por parte de las autoridades. Los productores no tienen “conocimiento cabal” de “cómo funciona” el seguro de exceso hídrico, aseguró en diálogo con Campo.
En tanto, el presidente de la Confederación Granjera del Uruguay, Remo di Leonardi, expresó una opinión similar: “No podemos aventurar que esa herramienta funcione rápidamente”, dijo en una entrevista con Radio El Espectador. Y sentenció: “Seguramente este tipo de medidas para los productores pequeños son inaccesibles”.
Un informe de la Oficina de Programación y Política Agropecuaria (Opypa) publicado en 2013 reconoció que “en algunas actividades agropecuarias la penetración es aún incipiente y no están disponibles todas las coberturas de riesgos necesarias para el productor”.
Según informaron desde el BSE, ningún productor compró este seguro en enero y solo cuatro lo adquirieron en febrero.
El secretario de la Comisión Nacional de Fomento Rural, Fernando López, reconoció en diálogo con Campo que “mucha gente” todavía desconoce el instrumento y que todavía no se sabe “si la fórmula va a ser la definitiva”. No obstante, enfatizó que desde las gremiales y del MGAP “se va a trabajar para que cuanto antes haya un seguro” hídrico “de alcance nacional”.
Un seguro estatal
En los países en que funcionan este tipo de seguros, el “Estado asume un rol protagónico”, ya sea contratando directamente los seguros, como en México, o con “fuertes subsidios a las primas”, al igual que España, explicó a Campo el ingeniero Vila.
Mauricio Rotundo, suscriptor de riesgo de Berkley Seguros —una de las 5 empresas que ofrecen este servicio para la agropecuaria en Uruguay—, apuntó que las empresas aseguradoras cuentan con “un soporte de una aseguradora extranjera que en el caso de mucha siniestralidad proporciona un paraguas” económico. Dijo que en el caso del seguro para exceso hídrico estas empresas no “acompañan” el servicio por el nivel de riesgo que supone.
El seguro por exceso hídrico que el BSE ofrecerá hasta abril de este año se basa en cupones con un valor de U$S 500 por hectárea. El productor puede comprar hasta cuatro cupones, y si el nivel de lluvia supera determinada cantidad de milímetros en un período de 10 días, puede cobrar hasta un máximo de U$S 2.000.
A su vez, el nivel de lluvia es registrado por pluviómetros instalados en la zona de Canelones. Cada uno de los pluviómetros tiene un costo aproximado de U$S 1.300 y cubre un área de 10 kilómetros, según dijo el director del Instituto Uruguayo de Meteorología, Mario Bidegain.
Si se quiere “extender” la experiencia hay que colocar “más pluviómetros” en el territorio, dijo a Campo el técnico del BSE, Jorge Musanti, pero indicó que no sería un costo significativo.
Para cubrir la superficie del sur del país, que comprende las principales áreas de la producción hortícola y una apenas superior a 6.000 hectáreas —según la Dirección de Estadísticas Agropecuarias del MGAP— es necesario colocar la misma cantidad de pluviómetros, lo que supone una inversión de U$S 7,8 millones.
“Hay que tener en cuenta que también es un aporte a la Dirección Nacional de Meteorología”, resaltó Musanti.
Para el próximo trimestre, en el sur del río Negro se esperan precipitaciones “por encima de lo normal”, según pronosticó el último informe de perspectivas publicado por el Instituto Uruguayo de Meteorología.
El cambio
climático
En 2014 su cumplen 100 años del primer seguro agrícola en el país. En el contexto de Latinoamérica, “Uruguay es uno de los países con mayor desarrollo en seguros” de este tipo, aseguró Vila.
La Opypa destacó este mismo punto. “El nivel de penetración del seguro en el sector agropecuario y el número de aseguradoras que ofrecen estos productos, se encuentran dentro de los rangos superiores tanto respecto a la región latinoamericana como a nivel mundial”, aseguró esta dependencia del MGAP en su informe.
“El nivel de penetración en lo que a agricultura extensiva de secano se refiere, se ubica en el eje del 60-65% del área sembrada”, indicó Vila. Y señaló como un hecho de importancia la ley aprobada en el año 1993, “por medio de la cual se desmonopolizó el mercado de los seguros” y permitió el ingreso de “nuevas compañías” que “dinamizaron el mercado”.
Vila dijo que el cambio climático está “instalado” y advirtió que en la actividad agropecuaria —realizada a cielo abierto— “la gestión de riesgos adquiere una singular relevancia”.
El informe anual de la Opypa realizó un diagnóstico similar: “El riesgo climático es uno de los factores que generan mayores pérdidas en el sector agropecuario” y “sus efectos se trasladan al resto de la economía”.
En este contexto, Vila recomendó “recurrir” a los seguros como forma de “mitigar las consecuencias negativas” que las adversidades climáticas pueden tener en “la producción y en las finanzas”.