Sin dinero, el Frente Amplio apuesta a las “barriadas” como su estrategia para revertir las encuestas de cara al referéndum

Los dirigentes frenteamplistas recurren a estos dos episodios para mostrar cómo el trabajo militante y la estrategia de golpear puerta por puerta puede volver a ser determinante para que el Sí triunfe en el referéndum, pese a que las encuestas muestran un escenario complicado pero en disputa.

Ambas consultoras dan elementos que alientan a los defensores del Sí. Por un lado, la encuesta de Opción dice que el escenario “es abierto y competitivo”, aunque “con una ventaja potencial del No debido al efecto del voto en blanco y el perfil de los indecisos”. Por otro, Factum amplió su estudio sobre los indecisos y entre ese 22% discriminó: un 9% se inclina por el Sí, lo que elevaría a 39% el apoyo a la derogación, mientras que un 8% se vuelca al No, que llegaría a 49%.

La Fundación Siembra, vinculada al Movimiento de Participación Popular, contrató a Factum para que elabore un análisis más profundo del perfil de quienes no tienen su voto definido. Días atrás, el director de la consultora, Eduardo Botinelli, junto con referentes de Siembra presentaron sus resultados ante la Comisión por el Sí, según dijeron a Búsqueda fuentes frenteamplistas.

En esa instancia se mostró que la mayor parte de los indecisos están entre los jóvenes menores de 33 años y las personas de nivel socioeconómico bajo y medio bajo, en particular mujeres. También se explicó que son los de menor interés en la política y se ubican “alejados de los extremos ideológicos”.

Asimismo, el análisis refleja que hay “un cruce” entre lo que votaron en las últimas elecciones nacionales y su posición frente al referéndum. Votantes de Martínez se inclinarían a votar por el No y votantes de los partidos de la coalición de gobierno dicen que votarían por el Sí. Ese cambio de vereda, acorde al estudio, no sería relevante porque se compensan entre sí.

El Secretariado Ejecutivo del Frente Amplio y su Mesa Política están al tanto del estudio de Factum y es uno de los insumos con los que afinan su estrategia. La fuerza política no tiene margen económico para un cambio de rumbo. Ya invirtió el dinero del que disponía y el único gran evento de recaudación por delante es el espectáculo musical previsto para el sábado 19 en el Velódromo Municipal. Un dirigente de primera línea explicó a Búsqueda que a eso obedece la poca presencia del Sí en medios de comunicación, como contraposición al despliegue que realiza el No.

Intentado reducir esa asimetría, la Comisión por el Sí planteó a la Asociación Nacional de Broadcasters Uruguayos (Andebu) que destine minutos gratis en las tandas publicitarias para ambas campañas. El planteo todavía no tuvo respuesta. Al mismo tiempo, el presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira, pidió a los sectores “un esfuerzo” económico para alcanzar US$ 100.000.

Si bien el dinero condiciona el despliegue, desde la organización insisten en que la clave está en el acercamiento puerta por puerta. Por eso, apuestan a reforzar el trabajo militante con las recorridas por los barrios. Cada día se llevan a cabo al menos dos por cada departamento del interior y entre tres y cinco en Montevideo y Canelones, las cuales se focalizaron aún más en la zona periférica al incorporar los últimos datos de la encuesta.

En esas “barriadas” el foco está puesto en los indecisos. Una casa con una balconera rosada, explicaron las fuentes consultadas, no se visita porque es de alguien “ya convencido”. Según relataron, un 40% de los hogares que se visitan no responden, mientras entre el restante 60% la mitad acepta el material informativo que se ofrece y la otra entabla conversación con los militantes, que intentan encontrar sus temas de interés para que se inclinen por la derogación.

Según los informantes, uno de los puntos en los que encuentran más eco es el del mercado de combustibles y su relación con el aumento de los precios. También los cambios normativos relacionados a la política de vivienda, en particular los plazos de desalojo. En el interior encuentran en las “barriadas” mayor disposición a conversar sobre las modificaciones al Instituto de Colonización, mientras que en la zona metropolitana sucede algo similar con el debate sobre seguridad.