En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
El domingo de mañana todavía no hacía mucho calor y la feria de Tristán Narvaja estaba particularmente colorida y desbordada de gente. Caminaba por la calle Galicia entre Minas y Magallanes, mirando distraídamente, cuando sentí un fuerte golpe en el costado izquierdo que me hizo trastabillar. Me aferré con fuerza al brazo que intentaba meter la mano en el bolsillo del pantalón y sentí la desagradable dureza, casi metálica, del brazo desnudo del ladrón. Sentí también su respiración, como un jadeo, al caerme al piso. Me incorporé enseguida pero no lo llegué a ver; la gente se apartó y se perdió en la multitud. Agitado, comprobé que lo único que me había robado era un paquete sin abrir, de pañuelos descartables. También que no tenía los lentes, que tenía los calzoncillos al aire y un ardor en el codo raspado. Un hombre me alcanzó los lentes, que por suerte estaban sanos, y una señora me preguntó qué me había robado.
¡Registrate gratis o inicia sesión!
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En esta, todavía y a pesar de todo, hermosa ciudad de Montevideo, hay que andarse con cuidado, porque, en una mañana de domingo, rodeado de muchísima gente, en su inmensa mayoría gente buena, se puede pasar un momento muy desagradable y con consecuencias imprevisibles, a causa de un paquete de pañuelos descartables, que un rapiñero pueda confundir con una billetera.