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Un ex comandante en jefe de la Armada reconoce que cambió el objeto de las licitaciones, pero asegura que lo hizo para “salvar vidas”
Afirma que siente “profunda indignación” y “dolor” por la actitud de un oficial que pasó información a la Justicia a cambio de obtener un trato más favorable
imagen de Un ex comandante en jefe de la Armada reconoce que cambió el objeto de las licitaciones, pero asegura que lo hizo para “salvar vidas”
Hugo Viglietti fue comandante en jefe de la Armada por apenas veinte días, en los que le tocó lidiar con una de las peores crisis de la historia de esa institución, en el marco de una investigación judicial por casos de corrupción vinculada a compras fraudulentas y licitaciones irregulares, que terminó con tres oficiales procesados con prisión.
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Afirma que se sintió “sorprendido” el día que se enteró de que la fiscal Mónica Ferrero solicitó su procesamiento por un delito continuado de fraude junto al de seis oficiales y 13 proveedores. Reconoce que autorizó en dos oportunidades el cambio de objeto en las licitaciones, pero asegura que tomó esa decisión para “cuidar los bienes” de la administración y para “salvar vidas”. Más aún, sostiene que ni siquiera cometió omisión porque en su caso esa conducta hubiera sido permitir que los barcos zarparan en las malas condiciones en las que se encontraban.
Dice que en su caso se vio involucrado porque el oficial Danilo Damonte, quien colaboró con la Justicia a cambio de un trato más favorable, creó “una enorme burbuja” en la que “mezcló” diversos escenarios.
Lo que sigue es un resumen de la entrevista que Búsqueda le realizó a Viglietti.
—¿Qué sintió cuando se enteró que sobre usted pesaba un pedido de procesamiento por fraude?
—Nos sorprendió mucho a mi abogado y a mí, porque mi tema estaba totalmente alejado de los casos de corrupción que se estaban manejando. Explico: a mí me investigaron por tres compras durante mi gestión en la flota. Una estaba perfecta y en las otras dos yo autoricé a que se hiciese un cambio en el objeto del gasto. Esto es, que en vez de venir los repuestos originalmente encargados vinieran otros que eran más necesarios por las emergencias que fueron surgiendo en los viejos barcos y aviones que yo comandaba. Así de simple, eso fue todo.
—Usted reconoce que autorizó el cambio en el objeto de las licitaciones. ¿Eso no implica una conducta delictiva?
—No, porque para que exista fraude tienen que darse tres cosas. La primera que se actúe con engaño. En mi caso no se dio, pues lejos de querer engañar a nadie, por el contrario cuando yo autoricé el cambio, di la orden estricta de documentar. Y eso me permitió presentar en el Juzgado una completa documentación donde consta dónde está el material que compramos y hasta la firma del tripulante que en cada barco recibió el material. O sea, nada de compras fantasmas, fueron compras reales, todas reales. En segundo lugar, para que haya fraude debe haber un beneficio. Y ninguno de mis subordinados, ni yo por supuesto, tocó un solo peso. En estos casos cobraron los proveedores que vendieron el material. Y por último la tercera figura que se debe dar para que se tipifique fraude, es que haya un daño a la administración. Y aquí no solo no hubo daño, sino que por el contrario lo que se hizo, se hizo justamente para cuidar los bienes y lo que es más importante las vidas de la administración. Entonces esto lo vemos alejadísimo de un delito, como decía mi abogado, los anaqueles de la administración pública están repletos de casos.
—En la vista fiscal se describe un escenario de “corrupción institucionalizada en la Armada”. ¿Usted dice que no vio ni sospechó nada de eso? ¿No tiene responsabilidad al menos por la omisión de controlar estos aspectos?
-En mi caso no hubo omisión. Podría haberla habido desde el punto de vista militar si yo hubiera dispuesto que un buque zarpase a un área peligrosa como puede ser la Antártida o el Caribe en épocas de huracanes o a una misión de búsqueda y rescate que suelen ser en momentos de tormenta, sin los mínimos repuestos de máquinas o de seguridad. Podría haberla habido si yo me hubiese negado a cumplir una misión de estas en las que el Estado tiene compromisos internacionales. Pero omisión en mi cargo no tuve, pues el mío era un cargo estrictamente operativo. Otras áreas ajenas a mí eran quienes tenían funciones de control administrativo. Y por cierto, en las escasas tres semanas que estuve de manera interina al frente de la Institución, allí estuvimos todo el tiempo dedicados a investigaciones administrativas para intentar desvirtuar las falsedades de las denuncias anónimas que aparecían y tanto daño hacían a la institución.
—Gran parte de esta investigación se sustenta en el acuerdo que hizo con el Ministerio Público Danilo Damonte, quien obtuvo un trato más favorable de la Justicia a cambio de proporcionar información. ¿Qué opina al respecto?
—Eso me causó una profunda indignación y un dolor grande a nivel profesional e institucional. Ese señor lo que hizo fue dibujar una enorme burbuja de supuesta corrupción para que de alguna manera se diluyeran responsabilidades. No tuvo ningún impedimento en involucrar gente y escenarios absolutamente distintos que él sabía que eran diferentes y que por lo tanto estaban lejos de ser delitos.
—¿Dice que lo hizo para llenarle el ojo a la Justicia?
—Lo hizo para mostrar un supuesto escenario de corrupción institucionalizada, que no era tal porque mezcló cosas dañando a la institución y a las personas. Cuando todo esto termine van a quedar claras las diferencias y cada uno va a vivir con lo que su conciencia le indique.
—La Justicia está investigando presuntas cuentas en Suiza de los proveedores de la Armada. ¿Usted tiene alguna cuenta en el exterior?
—Por supuesto que no.
—¿Conoce a los hermanos Trocki, que eran grandes proveedores de la Armada y se fueron del país cuando comenzó esta indagatoria?
—No solo no los conocía sino que jamás tuve trato con ellos. La mía era una función operativa y no administrativa. Los he sentido nombrar en alguna oportunidad, pero nada más.
—El pedido de procesamiento en su caso tiene más de un año. ¿Qué opina del trámite que ha seguido este caso a nivel judicial?
—A nivel judicial el problema son los miles de folios que conforman esta causa. Yo estoy involucrado en una de estas causas pero me consta que hay muchas más. Producto de eso y de recursos que otros actores han presentado, esa es la razón por la cual todo esto se viene dilatando. En mi caso es muy desagradable para mí y para mi familia convivir tanto tiempo con mi nombre asociado a estos escenarios, siendo que no he tenido nada que ver con fraudes ni con compras fantasma alguna.