Una red enorme

En una sola semana hay varias fechas relevantes para señalar, empezando con el Día de la Discriminación Cero, que se celebró el 1º de marzo. La fecha refiere a todo tipo de discriminación entre personas. En 2023, el énfasis estuvo puesto en la derogación de leyes penales que todavía hoy, en algunas partes del mundo, atentan contra los derechos de las personas que viven con VIH.

El martes 7, en el marco del Día de la Visibilidad Lésbica que se celebra en Argentina, el movimiento lésbico organizado del departamento de Maldonado convocó a un “beso colectivo” en la plaza San Fernando para señalar la marginación que todavía enfrentan las identidades lésbicas en el espacio público a la hora de expresar algo tan simple como un gesto de amor.

Y cerrando una semana más que activa, finalmente, llegó el 8, Día Internacional de la Mujer: una fecha que desde hace ya varios años fue retomada por los movimientos de mujeres y disidencias en todo el mundo.

Como los colectivos son múltiples y sus énfasis son diferentes, el entramado en las calles es cada vez más rico: en Uruguay, los distintos grupos convocaron a juntarse y marchar a lo largo y ancho del país. En Montevideo, más allá de las movidas barriales, los recorridos propuestos para el Centro de la ciudad se entrecruzaron: mientras algunas colectivas subían desde la rambla hacia 18 de Julio, otras invitaron a marchar a lo largo de la principal avenida, y hay quienes mantuvieron una distancia de algunas cuadras con los demás grupos.

Lejos de creer que la multiplicidad de convocatorias debilita al movimiento, considero valioso que la identidad de los feminismos locales esté conformada por un conjunto diverso de organizaciones. A pesar de las diferencias, lo importante es seguir saliendo todas a las calles en defensa de los derechos conquistados y para señalar las injusticias que aún persisten. Porque no se puede estar de acuerdo en todo y no se puede estar en todos los frentes, y eso está bien.

Es por eso que, aunque se marcha en recorridos distintos, la marcha es juntas, sumando las voces desde distintos ángulos, conscientes de formar una red cada vez mayor, cada vez mejor.

Así, este 8 de marzo hay quienes salieron a las calles “contra el hambre y la opresión”, como expresó la Plataforma 8M, que concentró a las 18 horas para luego marchar desde la plaza Libertad hasta la explanada de la Universidad. Otras, nucleadas en la Coordinadora de Feminismos, se posicionaron “contra la violencia obstétrica y la explotación reproductiva”, mientras que las mujeres y disidencias del Tejido Feminista enfatizaron su postura “contra el saqueo patriarcal y extractivista” y convocaron a concentrar desde las 15.30 cerca de Ejido y la rambla para marchar después hacia 18 de Julio. En Isla de Flores y Redruello se congregó un grupo de afrofeministas antirracistas que decidió no unirse a la marcha por 18 e invitó a marchar por el antirracismo “no como un eslogan” sino como una práctica política y ética. Marcharon también las mujeres indígenas, que concentraron a las 17.30 en plaza del Entrevero junto con las del PIT-CNT y las mujeres que sostienen las ollas populares. Y marcharon también los miles de mujeres y disidencias que fueron llegando una a una con su cartel, con su voz, con su puño en alto, en nombre de nadie, simplemente para estar juntas, para no olvidar jamás que somos poderosas y que somos un montón.

Ahora sí, empezó el año.