En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
Su nombre real es Theodore Kaczynski (1942) y fue condenado a “cuatro cadenas perpetuas”, una figura legal literalmente imposible de cumplir pero que significa púdrete en prisión. De ascendencia polaca, el amigo Theodore fue en su momento el hombre más buscado de todos antes de que apareciera un tal Bin Laden, y quien insumió la cacería más costosa en la historia del FBI. Filósofo y matemático graduado en la Universidad de Harvard, enviaba cartas-bomba a tecnócratas (mató a tres e hirió a más de veinte) desde una cabaña sin agua y sin luz en Montana. Conocido como “Unabomber” (University and Airline Bomber), es el paradigma del terrorista solitario que combate contra el sistema a secas. Su hermano lo delató en 1995 al reconocer su estilo en el manifiesto “La sociedad industrial y su futuro”, donde el tirabombas se despachaba de forma muy inteligente y también muy loca contra la sociedad contemporánea.
¡Registrate gratis o inicia sesión!
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
Hasta aquí la amarga vida real, que siempre es más descabellada e incontrolable que la más fantasiosa de las ficciones. (Ni a Godzilla se le ocurrió romper las Torres Gemelas.)
El argentino Ricardo Piglia, que es dos años mayor que Unabomber, debe haber quedado fascinado con el caso. Y no es para menos porque tiene todos los ingredientes para la mejor literatura policíaca: genio retraído de niño, brillante profesor universitario y consumado terrorista de grande, retirado en una cabaña en el medio de un bosque, con un extenso y detallado postulado sobre los nuevos valores que deben imperar y los caducos que deben caer. La soledad, la paranoia y la sorpresa asesina en cartas y paquetes al portador.
Piglia (“Plata quemada”, “Respiración artificial” y “Nombre falso”, entre otras novelas y libros de cuentos) es profesor de literatura en la Universidad de Princeton. Su alter ego Emilio Renzi también. Y en El camino de Ida (Anagrama, 2013) se enamora de una catedrática norteamericana, de esas que son sensuales, inteligentes y bien de izquierdas, una mezcla que —lo concluye Piglia, no yo— termina siendo siniestra porque en su camino se cruza un tal Thomas Munk, que es precisamente la figura de clara inspiración en Unabomber.
La novela tiene una rigurosa construcción y un ritmo sostenido, infatigable, muy cinematográfico, donde desfilan además del protagonista y su novia, personajes como el homeless Orion, el ex combatiente en Corea y profesor D’Amato (que tiene un acuario con tiburones en su casa), un implacable sabueso chicano y varios alumnos brillantes y expertos en W.H. Hudson y su visión de los gauchos purpúreos.
En todo el asunto hay un aire a Paul Auster y más concretamente a su novela “Leviatán”. Piglia es un poco más frío pero igualmente eficaz para atrapar al lector. Y además están el tirabombas polaco y varias referencias literarias (a Conrad, a Thoreau, a Tolstoi) y cinéfilas, desde los colores oscuros en las películas de Tarkovski hasta “Johnny Guitar” de Nicholas Ray y la tienda de mascotas que aparece en “Los pájaros” de Hitchcock.