De la oveja a la soja.
“Si cierro los ojos y me imagino cómo se veían los campos hace unos 20 años atrás, veo miles de ovejas y vacunos pastando, pero hoy predominan las plantaciones de soja”, dijo un poblador del lugar.
Al ingresar al departamento por la ruta 3, para el lado que se mire pueden observarse cultivos de ese grano, que están más florecientes que nunca, favorecidos por las recientes lluvias.
Las empresas ya instaladas hace varios años, como la cooperativa Unión Rural de Flores, y otras del agro, se fueron expandiendo. Eso llevó a ampliar la frontera agrícola del litoral oeste hacia el centro del país, destacó Castaingdebat.
El área de cultivos agrícolas en Flores pasó de 5.300 hectáreas en 2000 a 133.000, en 2011, y el número de agricultores aumentó de 13 a 128 en esos años, según datos de los censos agropecuarios oficiales.
En contraste, la superficie destinada a la ganadería se redujo: la producción de bovinos pasó de 456.000 a 328.000 hectáreas, y la de ovinos lo hizo de 7.300 a 5.000 hectáreas.
Otro cambio significativo se dio en la forestación, que aumentó de 604 hectáreas a 55.000, de acuerdo a la información del Ministerio de Ganadería (MGAP). Ese crecimiento está asociado a la demanda de madera proyectada por la empresa Montes del Plata, que prevé empezar a operar este año en Colonia.
Originalmente Flores fue un departamento ganadero, con una gran predominancia de ovinos, y luego se transformó en agrícola. “La cría de ovejas no desapareció pero se ha ido corriendo hacia otros departamentos con menos perfil agrícola”, evaluó el jefe comunal.
Dijo que pese a esas transformaciones no disminuyó la cantidad de ganado, debido a la complementación entre los rubros en emprendimientos de producción intensiva de animales en corrales de engorde. Los datos del MGAP muestran que se mantiene el rodeo vacuno en unas 360.000 reses, pero en el caso de los ovinos el número de cabezas cayó de 338.000 a 193.000.
Hubo además un recambio de titulares de campos en el departamento, con una predominancia de argentinos, pero en años más recientes también ingresaron portugueses, brasileños, austríacos y alemanes, comentó. Como “novedad” destacó la llegada de inversores chilenos para la producción de soja en Flores.
En el departamento también opera alguna cooperativa lechera, y existen emprendimientos de argentinos que diversificaron su producción al hacer agricultura, ganadería y lechería.
Inversiones y empleo
Uno de los orgullos de los pobladores de Flores es contar con la Gruta del Palacio, declarado por la Unesco como uno de los 100 geoparques existentes en el mundo. Para el titular de la comuna eso abre un abanico de oportunidades para atraer turistas.
Entre otros proyectos considerados prometedores por Castaingdebat figura la producción de esturiones y caviar en la zona de los lagos del parque Andresito por parte de la empresa Esturiones del Palacio, de capitales de Estados Unidos y Puerto Rico. Ese proyecto implica unos U$S 3 millones de inversión, informó.
Mencionó igualmente algunos emprendimientos menores en la producción de olivos y de aceite.
Actualmente hay seis parques eólicos en construcción; son emprendimientos de empresas uruguayas y europeas.
“Hoy en día en Flores el que no trabaja es porque no quiere o porque pretende ser funcionario público”, dijo el intendente. Advirtió que el desempleo en los últimos ocho años bajó de casi 20% a cerca del 6%.
Acá “no hay gente pidiendo en las esquinas, no hay un solo asentamiento”, remarcó. Y dijo que “hay pobreza como en todos lados, pero se lleva de otra manera”, gracias a un serie de programas de fomento de actividades recreativas, culturales y deportivas en el departamento.
Un tema que preocupa a los empresarios floresinos y que fue reconcido por el gobierno departamental es que muchas empresas no encuentran empleados capacitados para las tareas que requieren.
“Tenemos una cantidad de jóvenes que vienen a buscar trabajo pero no saben redactar un currículum y ni siquiera terminaron el liceo”, se lamentó el gerente del Centro Comercial e Industrial de Flores, Raúl Montes de Oca.
Resaltó el movimiento en cuanto a la instalación de nuevos comercios y tiendas provenientes de Montevideo, principalmente en el rubro de vestimenta, farmacias, gastronomía y supermercados.
El problema es que “falta personal calificado y hay recambio de trabajadores, porque también pasa que algunos encuentran mejores oportunidades en empresas de servicios relacionados al agro”, contó.
Para ese dirigente empresarial, “el boom agrícola es lo que más mueve, porque casi no quedan fábricas que generen empleos en una cantidad importante”.
Lana “top”.
Además de un frigorífico de mediano porte, una de las pocas industrias que operan en el departamento es Lanas Trinidad, que en los años sesenta comenzó a trabajar como una planta de lavado de lana y en los ochenta avanzó en el procesamiento de esa materia prima al incorporar la peinaduría.
Actualmente industrializa 10.000 toneladas de lana peinada (tops) al año, que por volumen es la más grande del país y figura entre las mayores a nivel mundial, señaló a Búsqueda su director de planta, Marcelo Capeci.
Informó que la lana peinada es exportada principalmente a China y Europa, y recientemente concretó un negocio de venta de tops a Icebreaker, una reconocida empresa de ropas de lana de Nueva Zelanda.
Lanas Trinidad cerró en 2006 la fábrica que tenía en Montevideo y concentró su producción en la capital de Flores. Allí funciona “la máquina lavadora de lana sucia más grande del mundo”, y que por hora puede llegar a lavar 4.000 kilos, un volumen equivalente a la lana de 1.000 ovejas.
En forma directa emplea a unos 110 trabajadores en su planta, a lo que se suma el personal de talleres, transporte, mantenimiento, entre otros. Uno de los problemas que afronta la empresa es encontrar personal calificado, dijo Capeci.
Con el proceso de tratamiento de efluentes se reduce el impacto ambiental y a su vez se genera energía eléctrica, que se volcará a la red de UTE a fines de marzo. La planta autoabastecerá entre 40% y 50% de la energía que precisa (unos 5 millones de megavatios anuales).
El gerente detalló que el tratamiento de efluentes, la generación de biogás y la incorporación de generadores de energía, demandan una inversión de U$S 3,5 millones.
Cooperativa que crece.
Con unos 629 asociados y con una cifra creciente, la Unión Rural de Flores concentra gran parte de la producción del agro floresino; recientemente la gremial cruzó el límite departamental para captar agricultores y trabajadores de otros puntos del país, especialmente de San José.
Del total de productores asociados, unos 200 se dedican a la agricultura y abarcan un área de cultivos de verano de 54.000 hectáreas —principalmente soja y algo de maíz y sorgo—. Algunos de esos agricultores también realizan ganadería en sus campos, informó el coordinador técnico de esa cooperativa, Álvaro Núñez.
“El motor de la agricultura es la soja. Desde 2003 Unión Rural de Flores registra un aumento de 30% en el área de cultivos de verano”, específicamente de ese grano, señaló.
Las plantaciones de cereales como el trigo, que se desarrollan en el invierno, crecieron de 12.000 hectáreas, en los ochenta, a unas 30.000 en 2013, detalló.
“En los ochenta el rubro lanar era el principal ingreso del productor y hoy hubo un cambio radical; la producción agrícola pasó al primer lugar y la ganadería cedió terreno”, dijo el vicepresidente de la cooperativa, Felipe Sanguinetti.