“La sociedad uruguaya no se ha caracterizado por carecer de una alta cuota de muerte, violencia, miseria y sufrimiento, no ha sido en verdad una sociedad de bajas tensiones, aunque no haya sido de tensiones extremas”.
Durante el período batllista se consolidó el rasgo amortiguador del Uruguay. Creó la clase media y al hacerlo propició esa mentalidad amortiguadora en vastos segmentos de la sociedad.”Emergió una sociedad urbana de mediana entidad numérica, de mediano ingreso, de mediano nivel de logros, de medianas aspiraciones”.”De ella saldrá el discutido pero inderogado Uruguay conservador, compuesto por gentes que ya habían conseguido algo y aún bastante, en el que buena parte de ese conjunto suponía que ya era suficiente”. En diferentes etapas de la historia nacional, se procuró desarrollar un empresariado nacional, que tampoco se consolidó. En conclusión, según Real de Azúa, “la mayoría de la población uruguaya está marcada por el conformismo y la tibieza”. (Pacheco, Carlos, 2018. Pensadores Uruguayos, Ediciones B Uruguay S. A.: Uruguay, p. 146).
El marco geográfico político señala el “algodón entre dos cristales” y “Estado amortiguador” (buffer estate). Brasil hoy liderado por Lula, en un “progresismo” menos lavajato, con alianza hecha con Fernando Enrique Cardozo, para impedir que triunfara Bolsonaro, quién sólo hizo todos los méritos para perder.
En el otro país Milei, “libertario” quien, gracias a la incapacidad de Alberto Fernández y su paradigma de corrupción holística, se hizo presidente. Milei introduce en la región ideas y temas infrecuentes en los debates políticos de esta zona del Río de la Plata.
Uruguay mantiene su lógica. Los candidatos de los tres partidos mayoritarios (FA, PN, PC) a las elecciones internas, con pequeñas excepciones y solo en algunos aspectos, relativos a las posiciones extremas, confirman el carácter amortiguador de la sociedad uruguaya. Expresan las creencias que se ubican en la esfera de lo motivacional, que tiene que ver con gratificaciones, sentimientos y temores. Pues, para influir en las conductas humanas, “la emoción decide y la razón justifica” un relato que más allá de ciertas cosas, genera esperanzas adormecidas, mitos comunes que se crean en la imaginación colectiva de los grupos.
En las elecciones internas votan mayoritariamente los más comprometidos. El FA siempre se ha caracterizado por ser un partido con una gran militancia, por lo que se piensa que, en las elecciones internas, con una alta competencia entre dos candidatos, va a tener una buena votación.
El Ec. Mario Bergara, un Berkeley boy´s, seleccionado por el Ec. Ernesto Talvi a una beca gestionada por los Dres. Ramón Díaz e Ignacio de Posadas frente al Banco Mundial (Pacheco, Carlos, 2018. Pensadores Uruguayos. Ediciones B Uruguay S. A., pág. 181) y antes integrante del Partido Comunista del Uruguay, tiene el perfil para liderar el sector “amortiguador” (seregnismo) del FA. En un escenario interno de alta polarización, dada su inocuidad, no compite por nada relevante.
Ese lugar hoy lo lidera el MPP. Bien se puede pensar que afirmar que “los tupas son la posición centrista del FA es un oxímoron”. Es tradición de los grupos políticos con vocación hegemónica (populista) el transfigurarse a las ideologías, pensamientos, doctrinas de moda en cada momento, si con ello logran el poder, “el fin justifica los medios”, como bien dijo Nicolás Maquiavelo,
En la región se tienen varios ejemplos de este proceder populista. El PRI de México pasó en pocos mandatos de castrista a neoliberal y el ejemplo más cercano es el Partido Justicialista (peronista) en Argentina, que con Menem tuvo relaciones carnales con Bush y en pocos años las relaciones carnales de los K fueron con Fidel y Chávez.
Por lo que hoy no puede extrañar que, de terroristas y secuestradores, mantengan “posiciones amortiguadoras” en busca de los votos del centro político. Lo que importa es ganar la elección nacional. La interna está complicada, pues la “barra” que es la que vota, mucha se ve seducida por la “magia” del plebiscito por quedarse con la plata de las AFAPS y las posiciones extremas que lidera Cosse, quien como diosa Hybris, según el Dr. Peter Garrard, seduce a los zurdos con su chavismo en carne viva.
Una vez más se equivoca el que dice que la cuestión es entre el herrerismo y el progresismo. La cuestión es por quién representa mejor la “sociedad amortiguadora” que los uruguayos tanto aman. Sociedad amortiguadora que no es exactamente igual para todos, unos le sacan, otros le ponen, pero sociedad amortiguadora al fin.
Lo paradójico será si ganan las elecciones, de acuerdo a su propia esencia, alguno de la barra quiere prenderle velas al socialismo (nacionalizaciones, estatizaciones, etc.), otros quieren recordar fantasías repugnantes como lo que la mafia fabula como “la toma de Pando”.
El Partido Nacional como líder de la coalición “multicolor” ya tiene su sector “mayoritario” (Delgado) del centro, con un “discurso amortiguador”. Se aleja de las posiciones más extremas en lo económico y en lo social. La política laboral seguirá pautada por ideas del siglo XIX del PIT–CNT, no es de esperar grandes cambios económicos, en cuanto a la reforma del Estado, desregular la economía, consejos de salarios, etc., etc.
Muy cerca del “wilsonismo”, incluso con algunas de sus figuras. Discurso de continuismo de la gran habilidad de Lacalle Pou de alejarse de las posturas más liberales de su padre, achican severamente las posibilidades electorales del “wilsonista” Jorge Gandini, quien desesperadamente procura rasgos diferenciales.
Para el herrerismo, en términos históricos, será “como un alto de Viera” con respecto a lo que podía esperarse si Lacalle Pou continuara.
El “ala” liberal de Laura Raffo, apoyada naturalmente por el “herrerismo histórico”, construyó una alianza con “restos” del grupo de Larrañaga, por lo que tampoco se puede esperar que, pese a las ideas de Raffo, se separe mucho del “centro amortiguador”.
Tampoco se pueden esperar grandes sorpresas en el Partido Colorado. El Dr. Robert Lima, siguiendo la línea del Ec. Ernesto Talvi, tiene como propósito fascinar a los sectores jóvenes medios y medios altos con su discurso batllista moderno y eficiente. No obstante, si se observa su discurso, desde lo emocional, nunca reivindicó ideas liberales extremas, apela más al modelo de José Batlle y Ordoñez y a su carácter de hijo del interior de clase media. Hay otras fuerzas batllistas, Tabaré Viera representa al Dr. Julio Mª Sanguinetti y este ya sabemos cómo piensa: monopolio de A.N.C.A.P., etc., etc. Los demás grupos batllistas (Ojeda, Zubía, etc.) han puesto énfasis en la seguridad, se desconocen sus demás propuestas, si es que las tienen.
Las propuestas del Ing. Gabriel Gurméndez también son batllistas, pero de Jorge. Con un sólido equipo económico, el uruguayo medio las percibe un tanto disruptivas, mucho realismo y practicidad. “Escapan” al medio igualitario, ¿será tan fácil ahorrar tanto dinero y que llegue a la gente? El relato carece de los mitos que busca el electorado.
De los resultados de estas elecciones internas no puede esperarse una definición clara en las dos elecciones que quedan por delante. La evolución de la economía y la sumatoria de múltiples factores menores darán las credenciales para plasmar quién es el verdadero intérprete del relato “común” que prefiere la mayoría de los uruguayos: “una sociedad amortiguadora”, que oscila para un lado u otro, sin sacarle o ponerle mucho, no sea que no nos reconozcamos.
Lo paradójico le sucede al Dr. Pablo Mieres, ya que, usando sus estereotipos sencillos, los “wilsonistas, los seregnistas y los batllistas” son mayoría en cada uno de sus partidos respectivos. Estos votantes, atados a sus pasados, militan en partidos diferentes y hacen que el Dr. Mieres con creencias “similares” pertenezca a un partido político cada vez más chico.
Rafael Rubio
CI 1.267.677- 8
Dr. Peter Garrard es investigador de neurociencias en la Universidad de Londres y director del Centro de investigación de accidentes cerebrovasculares y demencia en la Escuela de Medicina del Hospital St. George. Dirige el laboratorio de investigación de ciencias moleculares y clínicas del Reino Unido. Dicha condición, combina una permanente práctica clínica con una investigación focalizada en el lenguaje y la demencia. Ha publicado más de cien trabajos y trece libros, incluido The Leadership Hubris Epidemic: Biological Roots and Strategies for Prevention (Palgrave Mcmillan). Se trata de una investigación detallada y un análisis sistémico del deterioro que produce el síndrome de hybris que padecen los líderes y sus seguidores. El síndrome de hybris es también conocido como la enfermedad del poder. En la antigua Grecia se conocía como hibris o hybris a la desmesura, al desprecio por el espacio de los demás, unido a un descontrol visceral, que lleva a actitudes impulsivas, irracionales, desequilibradas, en las que la furia y el orgullo van de la mano. “El poder es dulce, es como una droga y el hábito incrementa su deseo. El poder intoxica”. Con estas palabras definió el poder el filósofo Bertrand Russell y precisamente sobre esa intoxicación, hoy identificada por los médicos como síndrome de hybris.
