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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acá“Estoy en desacuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo” (atribuido a Voltaire por su biógrafa, Evelyn Hall).
“Promoverá la libertad civil y religiosa en toda su extensión imaginable” (Art. 3º de las Instrucciones del Año XIII).
No me gustaba Viglietti: para mí, era aburrido, monótono, repetitivo… y últimamente anacrónico. Su arte, más que canciones eran arengas de barricada, pero generó emociones y adhesiones incondicionales en aquella juventud de los 60 … Y lo subieron al Olimpo.
Tampoco me gusta Vigil: no disfruto sus libros, y tampoco me gustan sus declaraciones agresivas, temerarias y politizadas. Y se ha equivocado mucho. Pero vende bien, y la declararon Ciudadana Ilustre de Montevideo. Y ante un desafío en la red social otra vez Vigil se desubica, y vuelve a reaccionar pretendiendo descalificar a Viglietti, no por sus canciones, sino apuntando a su compromiso político.
Entonces, a alguien se le ocurre juntar firmas para que se le quite aquel título que le dio la Intendencia, porque ha cometido la herejía de hablar mal de un semidios…
Lamentable. Otra vez la intolerancia, el dogma, los guardianes de la fe sesentista pretenden callar voces distintas usando la fuerza del grupo en vez de escuchar y argumentar, mostrando dónde están los eventuales errores denunciados. No hace mucho también hubo presiones y marchas que consiguieron aprobar leyes claramente inconstitucionales porque había que “dar una señal” (¿?)… o lograron desconocer dos sentencias judiciales porque es más importante agitar banderas que preservar la intimidad de una niña (como tan bien dijo Hoenir Sarthou). Una costumbre preocupante.
Todavía guardo la esperanza de que lo de las firmas no prospere. Porque sería como aceptar aquel axioma fascista de que “el mejor enemigo es el enemigo muerto”. Si no les gusta lo que dice Vigil, enfréntenla honestamente, porque tiene derecho a expresar su pensamiento y a que se lo contradigan. Y si ofende a alguien hay mecanismos democráticos para dejarla en evidencia. Con argumentos, no con firmas patoteras.
Andrés Pfeiff Folle
CI 1.147.555-3