—La fuerza política tiene la obligación de señalar aquellos aspectos que le parecen bien e impulsar que sean sostenidos y apoyados de la manera más decidida posible, pero también debe señalar insuficiencias y errores. La Presidencia del Frente Amplio no es el eco del presidente de la República. De todos modos, no estoy satisfecha con el apoyo que como fuerza política le hemos dado a nuestros dos gobiernos. No quiero culminar este período con la misma reflexión del anterior, en el que reconocimos todos que no habíamos dado ese apoyo imprescindible. Hay que dar el apoyo y señalar los errores. Nosotros, el Frente Amplio, no fuimos buenos sostenedores de nuestras políticas, muchas veces tuvimos problemas para debatir nuestros errores en el gobierno y tampoco hemos tenido el señalamiento de algunas insuficiencias. Es importante que en esa campaña nos hayamos puesto de acuerdo en muchas cosas para que el 28 no haya excusas para transformar estas realidades.
—Al comenzar la campaña habló de confrontar ideas, pero no se ven grandes diferencias. ¿Eso no provoca menos entusiasmo de la gente en votar?
—Hasta hemos convocado a votar por cualquiera de nosotros. He dicho confrontemos ideas, reivindiquemos nuestras diferencias porque creo que hay que hacerlo con fraternidad. Creo que nos hemos aproximado. Básicamente nuestro funcionamiento no ha variado —y en las variantes ha sido para peor— entre el 71 y ahora. Allá éramos el 17% de los votantes, hoy somos un millón doscientos mil y el mundo cambió. Si el mundo cambió tanto, ¿el Frente no debe adecuarse? Creo que sí. ¿Por qué dejamos de funcionar entre la gente? Hay que ir a hablar con los indignados, compañeros frenteamplistas que se sienten de izquierda y dicen que van a votar en blanco. Los quiero adentro y dando su postura, que se expresen.
—Usted dice que el Frente Amplio no tiene llegada entre la gente. Pero a la vez tiene un importate respaldo electoral. ¿Eso no es contradictorio?
—Somos exigentes porque somos de izquierda. Nuestro funcionamiento dista de otros partidos pero hay que mirarse en el espejo. Algunos de ellos pasaron de ser durante un siglo institucionales a ser una representación minoritaria dentro del Parlamento. ¿Cuál era la clave? El desmoronamiento de la estructura del partido. No quiero darme cuenta dentro de 100 años que se me está vaciando la estructura política. Nos hemos dado cuenta y ahora hay que actuar. Propongo salir a trabajar y buscar a la gente. Además de las redes, están los jóvenes, las mujeres, la gente del interior. Tampoco ellos han tenido la inclusión en el Frente Amplio.
—Si llega a ganar, ¿ha pensando en qué temas le diría a Mujica “por acá no”?
—De antemano no. Están todos los temas arriba de la mesa. A veces me preocupa que no resolvemos las demandas en los tiempos que se requieren.
—¿Cómo se imagina la relación con el presidente Mujica?
—En primer término plantearle que la fuerza política tiene estas cosas y anticiparnos, por lo tanto, a los pasos que el gobierno da. Pero después la fuerza política tiene una agenda propia.
—¿Usted plantea pedirle al presidente no enterarse de determinados asuntos de gobierno por vías no oficiales?
—Esa es una de las posibilidades. A veces la fuerza política no es comunicada en tiempo y forma. Es un problema a subsanar. Frente a cada hecho político tenemos que tener una prédica y un debate de valores. Hay muchas cosas que nos están pasando como sociedad que nos llevan a no reconocernos a nosotros mismos. La violencia, el consumismo. En cada acción política gubernamental tiene que haber la correspondiente acción partidaria y el debate social de los valores que eso involucra.
—¿Quiere decir que el oficialismo es renuente a dar los debates políticos con la fuerza necesaria, que no hay mística?
—Se perdió acción entre la ciudadanía.
—¿Están lejos de sus propios electores?
—Sí. Hay que ir hacia la gente. Hemos enfriado el vínculo con el frenteamplista. Hay que ir a buscarlo, desplegarse por todo el país, contagiar a la gente. Hay que fundir política y ética, política y valores. Nosotros lo hemos disociado. Capaz que hemos derrotado las ideas liberales económicamente pero no culturalmente.
—Eso es llamativo, ya que los partidos de la oposición dicen que precisamente es en lo cultural donde el Frente Amplio más se ha impuesto.
—Pero depende con qué es la comparación. Me siento satisfecha por la pelea que dimos por las empresas públicas. Por eso no quiero llegar a situaciones de irreversibilidad. Hoy el Frente Amplio es la estructura más democrática y más participativa pero una decisión tomada fuera de esa cercanía genera un voto castigo.
—¿Habla de las intendencias?
—Claro que sí. ¿Pero tenemos que esperar que esa gente ya no vote en blanco dentro del lema y vaya a otro lugar? No estoy dispuesta. Entonces, no quiero naturalizar como el desgaste inherente al ejercicio del gobierno las cosas que le pueden estar pasando al Frente Amplio.
—¿Cuáles son los principales planes que piensa instrumentar de ganar el próximo 27?
—En primer término conformar el equipo de la Presidencia, que es una negociación ida y vuelta. Mi idea sería un equipo de Presidencia que permita un funcionamiento en grandes áreas de trabajo y que tenga la representación de esa inclusión que quiero lograr. Hay que funcionar descentralizadamente, abrir las ventanas a las nuevas formas de participación. Quiero utilizar los métodos electrónicos para que entre más gente. Me enojo cuando en tiempo de instantaneidad no tenemos los medios electrónicos a nuestra disposición.
—En declaraciones a radio El Espectador, el senador Ernesto Agazzi se preguntó por qué todos se jubilan a los 65 años y los políticos siguen después y planteó que también tendrían que tener un tope para retirarse. ¿Qué opina?
—Que empiece. Arrancá. Yo estoy para hacer una sucesión donde no desaparezcan generaciones.
—En una entrevista con el sitio 180.com, usted dijo que el MPP no encontró las “claves para desarrollar al Frente Amplio”. ¿A qué se refiere con eso?
—Cada una de las fuerzas que fue mayoritaria en diferentes períodos de la construcción permanente, que es el Frente Amplio, trató de trabajar en el desarrollo de la fuerza política. Siento que esta mayoría del MPP por dos períodos consecutivos estuvo prisionera de la gestión de gobierno y el resultado ha sido que no ha habido más Frente Amplio y en eso no me quito responsabilidades pero señalo que siempre fue una responsabilidad adicional de quien tuviese la mayoría.
—¿Ellos no supieron mandar?
—No se trata de mandar, se trata de conducir. No es lo mismo. Creo que no han encontrado las claves para una conducción que desarrollara de la mejor forma la fuerza política. Hay que conducir, hay que buscar el consenso.
—El 8 de enero de 2010, durante las “Tolderías Socialistas”, planteó que hay una disputa por la hegemonía del Frente y que había que preguntarse si todos tienen el mismo proyecto, en alusión al MPP. ¿Considera que el proyecto del MPP es frenteamplista?
—Como fuerza política tiene diversidad dentro de sí mismo. Y esas diversidades internas son las que han impedido encontrar estas claves de desarrollo frenteamplista. Cuando uno escucha expresiones de diferentes dirigentes de importante peso en su interna, uno ve significativos matices. Creo que tienen un frente adentro. El Frente Amplio no ha tenido un modelo de acumulación social. Con excelentes gestiones, teniendo más votación, igual perdimos gobiernos. Entonces, en algún lado se nos corta el cable. Y la hegemonía ideológica también está en debate y a eso no le tengo miedo. También está nuestra historia. Por ejemplo, nos hemos opuesto a la teoría de los dos demonios porque no refleja la historia. Es una diferencia clara y de fondo.
—¿Ser mujer y madre soltera es un activo para esta campaña?
—Madre sola. Soy muy respetuosa de mi frente interno. Estas realidades existen. Eso no lo exploto ni a favor ni en contra, es una cosa de mi vida. Ser mujer le puede dar a la Presidencia del Frente Amplio, estando comprometida con la situación de postergación de las mujeres, una incorporación a la agenda política de temáticas que cuesta incluirlas. Pero que nadie se confunda, no soy solo una defensora de los derechos de las mujeres ni voy a tirar por la borda la agenda política en general. No soy de las que llego y me transformo.
Despenalización del aborto y María Auxiliadora Delgado
—Al mismo tiempo que el Frente Amplio realizaba un acto callejero frente a la Intendencia de Montevideo el 26 de marzo, en la plaza Libertad, María Auxiliadora Delgado, esposa del ex presidente Tabaré Vázquez, participó en un acto en defensa de la vida y en contra de la despenalización del aborto. ¿Qué opina de eso?
—La libertad es libre. Este es un tema de mucha polémica. Quisiera que finalmente superemos ese debate tan maniqueo. Yo habría ido a decirles: dos mujeres volvieron a fallecer por no tener un marco legal, que no será el que yo propongo, pero algo hay que lograr. Esas dos muertes fueron evitables. No podemos estar rehenes de dos legisladores en 66 y con una decisión tomada en un ámbito democrático y por amplísima mayoría.
