Precios y demanda
Sin embargo, los precios siguen siendo un punto de preocupación. En particular, la demanda de lanas finas, que históricamente ha sido importante para la industria, últimamente no ha sido tan fuerte como en otros momentos. “Europa, que es el principal comprador de lanas finas, ha tenido dificultades para mantener altos niveles de demanda en los últimos años. Esto ha afectado los precios, que hoy están por debajo de lo que nos gustaría ver”, explicó Fros.
Un cambio importante en el mercado es la modificación de la oferta y demanda a nivel global. A propósito, el presidente del SUL destacó que China, un comprador tradicional de lana gruesa y media, ha comenzado a concentrarse también en las lanas finas, lo que ha alterado las dinámicas comerciales a nivel mundial. “China sigue siendo un comprador clave, pero con un mercado mucho más variado, que ahora incluye la lana fina. Esto ha generado una transformación significativa en las tendencias globales de demanda”, indicó.
No obstante, resaltó un factor positivo dentro del actual contexto: “estamos viendo que, a pesar de los precios bajos, la lana se sigue vendiendo”, dijo Fros. Agregó que los operadores, tanto nacionales como internacionales, están validando los valores del mercado, lo que “garantiza que los productores puedan vender su lana, aunque no a los precios que esperaban”.
Con todo esto, la adaptabilidad y flexibilidad del productor uruguayo se han convertido en un factor clave para entender la evolución del mercado. “El productor, al ver que los valores de la lana no están subiendo como esperaba, ha tenido que adaptarse. La venta de lotes con varias zafras guardadas ha sido una de las principales características de este período. Cuando el productor se dio cuenta de que los valores no iban a subir, no tuvo más opción que vender”, analizó el presidente del SUL.
El mercado actual está lejos de ser ideal pero, a pesar de las dificultades, sigue siendo un mercado de venta activa. Los precios son más bajos de lo que se desearía, pero la venta de la lana, especialmente hacia destinos como China y Europa, sigue siendo una constante.
En términos de perspectivas futuras, Fros señaló que la situación podría mejorar si los mercados internacionales se reactivan y la demanda por lanas finas se fortalece. “El mercado es cíclico. Lo que tenemos que hacer es asegurarnos de mantener una oferta constante y competitiva, mientras seguimos buscando mejorar la calidad de nuestra lana. Si Europa y otros mercados comienzan a recuperar su demanda, podremos ver una mejora en los precios”, concluyó el presidente del SUL.
Balance de la zafra 2024-2025
El presidente de la Unión de Consignatarios y Rematadores de Lana del Uruguay, e integrante del Departamento de Lanas de Zambrano y Cía, Santiago Onandi, analizó el cierre de la zafra lanera 2024-2025 con una lectura doble: “una demanda que sorprendió por su constancia, y unos valores que, en muchos casos, dejaron gusto a poco”.
“Lo más destacable de la zafra es, sin duda, la demanda. Ya veníamos de un ciclo anterior donde las lanas gruesas, como las de 28 micras, comenzaron a recuperar valor. En esta temporada esa tendencia se consolidó: las lanas que en su momento no tenían precio, hoy llegan a valer US$ 1 e incluso lo superan, dependiendo de su certificación y acondicionamiento”, explicó Onandi.
“Pero también hay que decir que los valores en general estuvieron por debajo de las zafras anteriores. Eso deja una sensación amarga”, agregó.
Con alrededor de un mes de remates por delante, la actividad se encamina hacia el final del ciclo, y el mercado internacional ha mostrado cierta estabilidad. El Indicador de Mercados del Este, en Australia, abrió la semana pasada a US$ 7,79 por kilo base limpia, ajustando apenas algunos centavos respecto a la semana anterior.
En ese contexto, Onandi señaló que la calidad de la oferta comienza a resentirse. “Los mejores lotes ya se colocaron, y lo que queda responde más a una posición vendedora que a un diferencial de calidad”, analizó.
A pesar de eso, el mercado mantuvo su ritmo. Australia, como referencia, cerró semanas con niveles de colocación superiores al 90%. “Incluso la semana previa al receso de Pascuas, con una oferta voluminosa de 42.000 fardos, logró vender más del 83%. Eso habla de un mercado activo”, remarcó.
Productores tomaron decisiones
A nivel local “aún queda un volumen importante” de lana por vender, según Onandi. El presidente de la Unión de Consignatarios y Rematadores de Lana del Uruguay comentó que muchos productores acumulan lotes de varias zafras, sin espacio físico ni margen para seguir postergando ventas.
“La inminencia de las esquilas preparto, que comienzan entre fines de mayo y junio, ha obligado a tomar decisiones. Es una cuestión logística: los galpones están llenos y hay que dejar lugar para la nueva zafra”, explicó.
En ese proceso, el productor se ha visto estimulado por la valorización de lanas que no encontraban salida. “Vimos lotes de 27 y 28 micras, grifa verde, colocándose en el eje de US$ 1, cuando hace poco estaban en los US$ 0,70 u US$ 0,80”, recordó. Y aunque la diferencia no sea grande en términos absolutos, “psicológicamente es un cambio importante para el productor”, consideró.
Ese reacomodo del mercado vino acompañado de decisiones estratégicas. Muchos productores, según Onandi, “ya han tomado partido: o afinan la lana, o viran hacia la carne”. El consignatario destacó que “las cabañas han hecho un trabajo enorme en mejora genética, buscando afinar sin perder rusticidad. Se ve un camino claro: cruzamientos dentro de razas tradicionales o selección, pero siempre apuntando a una lana más fina”.
Tranquilidad e incertidumbres
Onandi proyectó que en mayo el mercado estará “más calmo”, por múltiples razones, como la calidad inferior de la lana que resta por venderse, el perfil de los lotes que llegan a plaza —muchos por necesidad, más que por oportunidad—, y el impacto de factores externos, como la guerra arancelaria que encabezan Estados Unidos y China, pero que también involucra a otros países.
“El mercado no va a dar grandes saltos, ni para arriba ni para abajo. Hay estabilidad, lo que es bueno para los exportadores, porque les permite operar con previsibilidad. El IME ronda los US$ 7,80 por kilo base limpia, muy cerca del promedio de la zafra pasada, que estuvo en US$ 7,55; ese dato es clave”, analizó.
En paralelo, señaló que “hay señales alentadoras desde el stock ovino global”, ya que los principales países productores están registrando descensos en sus existencias. “En un mundo donde siempre hubo más demanda que lana, todo indica que esa brecha se mantendrá, o incluso se amplificará. Eso debería sostener, o mejorar, los precios en el corto y mediano plazo”, sostuvo.
Por último, comentó que “la venta de reproductores fue buena, y eso es otra señal. El productor sigue apostando al ovino. Habrá que esperar los datos de Dicose, pero creemos que si bien puede haber algún ajuste, el stock se ha estabilizado”, concluyó.
Admisión temporaria sigue activa y “permite agregar valor”
El régimen de admisión temporaria permite importar lanas de otros países para su procesamiento en Uruguay, siempre que se reexporten tras su transformación. Este mecanismo, “lejos de ser un obstáculo para la lana local, puede ser una herramienta que la potencie”, consideró el presidente de la Unión de Consignatarios y Rematadores de Lana del Uruguay, Santiago Onandi.
“El precio de la lana lo marca el mercado internacional, no el nacional. Que entren lanas del exterior es bueno, porque permite realizar mezclas necesarias para cumplir con pedidos específicos del exterior. Hay usos industriales que exigen características –como el color– que algunas lanas uruguayas no tienen”, explicó.
En la práctica, esto ha permitido trabajar con lanas chilenas y peruanas que, aunque más finas y en algunos casos de calidad inferior, ayudan a descomprimir stocks y a atender nichos de demanda. “En momentos complicados, esto ha sido clave para destrabar negocios y darle al productor local una oportunidad de venta indirecta”, aseguró. Aunque la operativa es manejada por exportadores, los consignatarios “conectamos puntas, conseguimos la lana y vendemos el servicio de carga. La mayoría de las lanas importadas entran por admisión temporaria”, señaló.
El operador sostuvo que “las lanas uruguayas tienen calidad, los pedidos más exigentes siguen viniendo para esa fibra, pero cuando se trata de volumen, color o tipo, las mezclas permiten cumplir, mantener mercados y, en definitiva, beneficiar a toda la cadena”.