Renzo Gatto: “La legalización de las drogas es la única herramienta efectiva para acabar con el narcotráfico”

—¿Qué principios guían al Movimiento Icemos del Partido Independiente?

—La reglamentación es muy restrictiva y eso genera que no se termine de legalizar todo el mercado. Hay consumidores que siguen yendo al mercado negro o al denominado mercado gris. Bajo un sistema de producción legalizada, la distribución es ilícita. ¿Por qué sucede esto? La demanda no está satisfecha porque no hay producción suficiente para nutrir a las farmacias; hasta hace muy poco las farmacias no ofrecían un producto atractivo para el mercado y hay quienes no quieren inscribirse en las listas para consumir, plantar o participar de un club cannábico. Hay mucha más gente que consume de la que está registrada. El orden jurídico debe reconocer esa realidad y se deben tomar medidas, como la ampliación de socios permitidos para los clubes cannábicos, la posibilidad de pedir marihuana a domicilio y habilitar el turismo cannábico.

—¿Existen temores respecto a presentar a Uruguay como destino cannábico?

—Hay que generar un nuevo paradigma. No se puede razonar el cannabis como si fuera la pasta base, sino que debería verse como al alcohol, aunque es una sustancia psicoactiva menos dañina. El vino, que no deja de ser un orgullo nacional, genera un importante movimiento turístico, con recorridas a bodegas, cenas y más. ¿Por qué no puede pasar lo mismo con el cannabis?

—¿Qué oportunidades podría generar el turismo cannábico?

—En primer lugar, grandes beneficios económicos. Desde lo filosófico, la oportunidad de mostrar a Uruguay como un país abierto que pregona la libertad individual. Pero, fuera de eso, hay una realidad y es que el consumo existe y sigue aumentando. El mercado no está 100% legalizado y hay que romper con eso. Cuando se rompa eso, se va a poder blanquear que no hay 50.000 consumidores, sino que hay 200.000 o 400.000. ¿Y por qué no se pagan impuestos con la venta de cannabis? El alcohol paga muchísimos impuestos.

Por otro lado, una de las grandes críticas a la legalización es el problema de las adicciones. Por supuesto que existe el consumo problemático, haya o no legalización, porque depende de situaciones base y no de la sustancia psicoactiva. El Estado tiene que actuar previniendo al que va a consumir y ofrecer tratamientos para el consumo problemático, y eso hoy no existe. Del propio mercado vinculado al cannabis deben salir los recursos para generar las herramientas de prevención y curación.

—¿Qué visión tiene la agrupación respecto a la legalización de otras drogas?

—Mi posición personal es que la legalización de las drogas es la única herramienta efectiva para terminar con el narcotráfico. Por supuesto que no puede darse de un día para el otro porque hay temas vinculares a nivel regional e internacional que hay que cuidar. Pero Uruguay tiene una gran ventaja y es que siempre fue pionero en generar grandes transformaciones de derechos: divorcio, aborto, las leyes laborales del Batllismo, la ley de marihuana. El país tiene una dimensión demográfica que permite que poco a poco se puedan hacer cambios e ir midiendo la efectividad.

Empezaría liberando las drogas psicodélicas, las que consumen los jóvenes en las fiestas electrónicas, y luego seguiría con la cocaína. Pero las metería dentro del sistema de control de medicamentos, para que sea una industria regulada y controlada.

—En materia de seguridad, ¿la principal preocupación pasa por el narcotráfico?

Sí. Además, hay una migración de los delitos comunes (rapiña, hurto) al narcotráfico porque es más redituable y menos riesgoso para los delincuentes. Por más que la sociedad lo percibe como algo lejano o encapsulado, el narcotráfico se impregna en todas las estructuras sociales como la Policía o el Poder Judicial. Creo que en la medida en que se le quite al narcotráfico su mercado, se evitan delitos, y por eso apostamos a la legalización.

—¿Qué propone Icemos en materia de educación y deporte?

—La educación es uno de nuestros pilares más importantes. Tenemos un proyecto muy específico que integra lo deportivo y lo cultural. Hoy los liceos públicos tienen poco arraigo, y ese bajo sentido de pertenencia de los estudiantes los termina desestimulando, generando abandono. Para motivarlos, apostamos a la competencia colectiva en deportes.

Estamos en reuniones con la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) para impulsar que en todos los liceos públicos se compita colectivamente en ligas de fútbol 11 y sala, tanto en hombres como mujeres. Formaríamos a los chicos con los propios profesores de Educación Física y entrenadores egresados de la AUF.

Por otro lado, quienes no tengan interés en el deporte tendrían la posibilidad de participar de talleres de artes escénicas. Si los liceos generan cuerpos estables de teatro, que preparen espectáculos y competencias de danza, se logra también sentido de pertenencia, compañerismo, formación personal.

Esto de las artes escénicas queremos, además, trasladarlo a las personas de la tercera edad, que muchas veces son estigmatizadas. Las artes escénicas pueden ser un gran mecanismo para la integración de los adultos mayores, para que socialicen con gente de su misma edad o incluso con jóvenes.