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El desarrollo máximo del ser humano solo puede darse en un marco de libertad, donde la persona, utilizando sus máximas capacidades y virtudes, desarrolle sus valores, intelecto y acciones.
Un pensamiento y acción libres como principio —cuando esa acción se traduce en un comportamiento, que repetido en el tiempo se transforma en hábito— estructuran el carácter de una persona que marca el destino. Inculcar hábitos y valores fundamentales a una persona dentro de la familia y, fundamentalmente, en los primeros años de vida del niño es el secreto del progreso. La institución familiar fuerte es el mejor Mides que la sociedad puede tener.
No se debería discutir que la nación debe crear oportunidades en un marco de libertad para que el ser humano se desarrolle a su máxima potencia en familia y sociedad. El “hacer piecito”, en palabras de nuestro presidente. No se precisa asistencialismo, se precisan oportunidades. No se precisa lucha de clases, se precisa ayuda de clases.
Igualdad, educación, vivienda, salud, todo logrado por el esfuerzo del trabajo en un marco de justicia social. Esto debe asegurar el Estado. Todos los demás inventos ineficientes que se hagan se traducen en impuestos.
En otras palabras: “La familia es la base de nuestra sociedad. El Estado velará por su estabilidad moral y material, para la mejor formación de los hijos dentro de la sociedad”, artículo 40 de la Constitución de la República, desde 1952. O artículo 39 de la Constitución de 1934: “El Estado velará por el fomento social de la familia”. Estas incorporaciones a la Carta Magna vinieron de la mano de la filosofía batllista. Coinciden temporalmente con el sinfín de normas de protección social y moral de vanguardia que caracterizó al Uruguay batllista, sin renegar de los aportes valiosísimos de los demás.
“Mirar al cielo y decir que es celeste es decir que Uruguay es batllista”, decía el Carlos el Pibe Maggi. Don Pepe ganó.
Si lo traducimos a la política partidaria, el concepto de batllismo tal vez hasta no sea atractivo porque nos retrotrae al siglo XX cuando debemos estar hablando de futuro, de inteligencia artificial y otros temas más atractivos a los tiempos de hoy. Y somos conscientes de que los 140 caracteres de la red social X son enemigos de este texto desde el segundo párrafo.
Pero como decía Claudio Paolillo en sus clases de la Escuela de Periodismo, “Búsqueda la leen los tomadores de decisiones en este país”. Es importante entonces aquí también manifestar estas ideas.
