Sr. Director:
Sr. Director:
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acá
El pasado domingo 16 en la primera página del matutino El País se habla de un nuevo Parlamento y de 40 años de democracia, régimen político proveniente del platonismo y del aristotelismo y más o menos en traducción libre “gobierno del pueblo y para el pueblo”. Siempre hemos pensado que sí, que hay democracia en el Uruguay. Sin ingresar a conceptos profundos de derecho constitucional o de ciencia política, ¿podemos igualmente y de manera legítima preguntarnos si hay democracia en nuestro país ahora al menos? Y sí, la pregunta es absolutamente pertinente. Veamos.
Listas “sábanas” en donde, si el ciudadano quiere votar a un candidato, tiene que votar a otros que no desea o no conoce y que generalmente son la mayoría.
Enorme cantidad de diputados. ¿Quién es “su” diputado para el ciudadano de Montevideo o Canelones? En los departamentos del resto del país las cosas son un poco diferentes, hay mayor cercanía política, pero en los dos departamentos nombrados vota aproximadamente el 60% de los uruguayos habilitados.
Diputados electos por un determinado partido político que en mitad de la legislatura se declaran independientes o fuera de dicho partido o, peor aún, se pasan a otro lema político (¡!) con el argumento irreal de que la banca le pertenece a él. ¿Y los que lo votaron? Bien, gracias.
Legisladores suplentes que ingresan a la respectiva cámara porque el titular fue designado ministro o en otro cargo a veces durante toda la legislatura. Sí, estaban en la lista “sábana” pero nadie los conoce. ¿A quiénes representan realmente?
Elecciones departamentales en las que basta que un partido obtenga 10 votos más que el que le sigue para llevarse la mayoría automática en la Junta Departamental. Tremendo ejemplo de ausencia de representatividad.
Y quedan por el camino muchos más ejemplos. De manera que vaya si la pregunta sobre la existencia de la democracia en nuestro país es más que pertinente. Y la respuesta es: con buena voluntad, una democracia bastante renga.
Dr. Esc. César Eduardo Fontana