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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEl Frente Amplio se agravia porque la Coalición Republicana utiliza el caso Venezuela en la competencia electoral. ¿Qué pretende? ¿Que sus adversarios le sigan el juego de las escondidas? Ya lo hacen con su candidato, que deben ocultarlo para que su confusión argumental no quede de manifiesto. También quieren encubrir la inquebrantable adhesión de la izquierda a un tirano violador de los derechos humanos como Maduro, quien ostenta el antecedente del uso del poder para interferir en la transparencia de los procesos electorales precedentes. El Estado venezolano era quien debía conducir el proceso y era quien debía dar toda la información, parcial, total, por circunscripción, por ciudades, por estados, etc. Tenía los instrumentos para hacerlo y no lo hizo.
El escrutinio nunca se interrumpió, siguió procesándose en toda Venezuela y el centro de cómputos recibió la información del 100%. ¿O alguien cree la cómica patraña de un embustero empedernido de que hubo un jaqueo desde Macedonia? Lo que nunca se hizo fue la publicación de los resultados, porque estos exhibían una paliza que recibía el oficialismo. Las actas están y la oposición tiene un 83% de los originales obtenidos en los centros de votación, firmados por los integrantes de cada mesa y expedidos por las mismas máquinas que envían otro original idéntico al centro de cómputos, del Consejo Nacional Electoral (CNE). Estos originales muestran una diferencia a favor de la oposición de 70% a 30% aproximadamente.
El lunes el presidente del Frente Amplio manifestó: “Es tan irresponsable decir que hubo fraude, del que no se tiene elemento ninguno que lo pruebe, como que la elección está certificada”. El Sr. Pereyra ensaya con esta frase una defensa de Maduro, en un intento de que todo quede en esa ambigüedad, que nunca podrá aclararse si se espera que el tirano publique su derrota. El CNE ya había comunicado un resultado imposible desde el punto de vista matemático, lo hizo sin publicar desagregación de votos alguna y proclamó a Maduro como ganador de las elecciones. Poco después este se autoproclamó presidente.
Como todo tirano, su corte está compuesta por el cien por ciento de alcahuetes paniaguados y eso lo aparta de una adecuada percepción de la realidad y se siente omnipotente. Acordó un canje de un acto electoral por el levantamiento de algunas sanciones. Entonces diseñó un camino electoral plagado de obstáculos antidemocráticos para la oposición: 1) proscripciones; 2) minimizar casi a cero los votos seguramente hostiles de los emigrados; 3) propaganda oficial avasallante a su favor a través de los medios solventada con gasto público; 4) permitir solo una paupérrima difusión del mensaje opositor; 5) como si fuera poco, introdujo a último momento el terror y pronosticó un baño de sangre si ganaba la oposición.
Todo esto dejaba en claro que lo inexplicable e irresponsable para Pereyra tenía una clara y única explicación: había existido un fraude intelectual en el acto eleccionario, al que el tirano se vio obligado a echar mano por haber subestimado el grado de desesperación que embargaba a su pueblo, decidido a hacer cumplir su triunfo popular o morir en la demanda. Los que no quisieron ver el fraude cuando todo esto había ocurrido es porque tienen una venda en los ojos que su ideología les ha colocado y ellos la han aceptado, allá ellos.
Pero lo importante es que el pueblo uruguayo que va a votar próximamente no lo haga con los ojos vendados. Es una obligación de la Coalición Republicana, sobre todo en momentos electorales, mostrar diáfanamente quién defiende a la democracia, allá donde se encuentre, como un fin en sí mismo, y denunciar a quienes la defiende solo desde un punto de vista táctico, como enseña la praxis marxista-leninista, hoy nos sirve, mañana no, acá sí, allá no.
El Frente Amplio ha dado y continúa dando pruebas de su acatamiento de este mandato marxista. Apoya y defiende a las dictaduras de Nicaragua, Venezuela y Cuba y se abstiene de condenarlas, aun cuando todas ellas son violadoras de los derechos humanos. El ciudadano uruguayo debería tener cuidado. Chávez, el factótum de toda esta terrible tragedia venezolana, ya tenía un historial golpista, encabezando sin éxito un golpe de Estado contra una democracia. Pasados pocos años el pueblo, dejándose llevar por el canto de sirenas típico de la izquierda, lo llevó al poder con su voto y olvidó sus antecedentes. Cuando el pueblo venezolano se dio cuenta de que había estado jugando con fuego y se vio encerrado en el corral comunista, ya era tarde.
Pablo Arocena