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Claramente, Maduro es un dictador. Los requisitos básicos para conformar una dictadura los ha cumplido y con sobradas muestras en Venezuela. El respeto por los derechos humanos fue avasallado, la separación de poderes es inexistente. Por supuesto, persecución a quienes piensan distinto con detenciones arbitrarias, juicios sin el debido proceso, proscripciones, exilio, torturas y presos políticos lo han convertido en normal. Censuras y limitantes a la libertad de expresión y otros derechos, ¡también! Por eso, en Uruguay el verdadero golpe de Estado fue en el conocido “febrero amargo” y no unos meses después, en junio de 1973. Solo a los “Tribilines” les puede convenir afirmar que no comenzó la dictadura en ese “febrero amargo" con ya todos los ítems que la definen como dictadura ¡cumplidos!
Mientras en Venezuela, ¿qué podría tener de “distinto” para no configurar una dictadura?, ¿que se dieron elecciones si sabido es que fueron totalmente condicionadas para que ganara el gobierno y, si además de esto, pierden y ponen en práctica un burdo fraude para que no se reconozca al opositor Edmundo González como legítimo presidente electo? ¿Qué tiene de “distinto”?, ¿que a medias se permita cierta oposición con restricciones y un proceso electoral con serio recorte de libertades si además no se termina reconociendo el resultado en las urnas pronunciado en votos? ¿Qué tiene de “distinto” que el dictador Maduro se aferre mesiánicamente a esa pantalla dibujada de democrática si en la liga no reconoce que perdió ni admite que debe entregar el gobierno y en cambio la respuesta es más represión para los que piensan distinto, llevándose ofuscado la pelota para su casa?
Pero aún más preocupantes fueron las “salidas” que propusieron los gobernantes de Brasil y Colombia. Lula y Petro procuraron la realización de nuevas elecciones. ¿Hasta que gane el dictador? Partiendo de que sería desoír la voluntad popular claramente expresada con el voto en favor de Edmundo como presidente. Lo que propusieron esos dos presidentes fue deslegitimar el mecanismo de elecciones. Claramente las elecciones no solo acontecen en las democracias… Venezuela, Cuba, Nicaragua y otras dictaduras también las ponen en práctica. Pero las elecciones son sí o sí la única forma y el único método por el cual se accede al poder y se distribuye este en las democracias. De ahí, su fundamental importancia.
Pero, si se toma por bueno que con posterior fraude un legítimo vencedor en las urnas no accede al poder, el mecanismo de elecciones cae en descrédito y el mal ejemplo se puede replicar en otros países en los cuales algún presidente no esté dispuesto a ceder el poder y pretenda transformarse en un dictador. Así, de tal gravedad es lo que propusieron los presidentes de izquierda Lula y Petro. Así de rotunda debe seguir siendo la respuesta: ante el fraude de Maduro para no hacer públicas las actas y los resultados contrarios a él, se debe reconocer como presidente al opositor Edmundo González.
Este reconocimiento al nuevo presidente electo debe sumar país a país que entienda todo lo que se está jugando en Venezuela y en el mundo. El sistema electoral, una vez puesto en escena, debe ser respetado, así como el proceso y sobre todo el resultado. El grave momento institucional mundial no da para medias tintas de “Tribilines” y “Cantinflas”, o directamente cómplices silencios… El lado de la democracia y del respeto de todos los ítems que representa es uno solo. En tanto, del otro lado se suman quienes siguen con discursos poco claros llamando a las cosas por otros nombres, sin fuertes condenas al dictador socialista y su dictadura, o directamente los que sin disimular lo apoyan, mas todos estos van dejando pasar el tiempo y logrando que la dictadura se afiance sostenida del fraude.
Ojalá sigamos siendo muchos más los que entendemos la democracia como un bien en sí mismo, muchos más de los que les encanta decir “gre gre” para decir “Gregorio”, y nos manifestemos en cada lugar que se pueda, intentando aportar un granito de arena en la pila que tiene que ser para fortalecer la democracia y su método día a día, ante esta intentona de avance de ideas nada democráticas que triste y peligrosamente esta vez buscan hoy consolidación de la dictadura desde el socialismo y la izquierda.
