La encuesta fue realizada a 925 estudiantes de entre 12 y 18 años de 27 centros educativos, en su mayoría privados, pero también públicos, informó a Búsqueda Adrián Dall’Asta, director del Programa de Prevención de Fundación Manantiales. Los liceales respondieron de forma anónima y voluntaria un cuestionario online entre el 28 de agosto y el 6 de octubre de 2024. Ante la pregunta “con qué frecuencia utilizás el celular en clase, sin fines académicos”, 27% respondió que “siempre” o “frecuentemente” y 38% dijo que “a veces”. Además, 77% contestó que el uso de celular afecta su capacidad de concentración, por lo que “perjudica el nivel académico”, alertó Dall’Asta.
Por otra parte, 20% dijo haber sufrido ciberacoso y 41% declaró dormir menos por el uso de dispositivos. La Fundación Manantiales recibe en Uruguay cada día más casos por adicciones comportamentales, en particular por tecnoadicciones, y entre ellas por uso excesivo de celular, particularmente desde la pandemia. Las consultas por tecnoadicciones pasaron de ser 12% del total en 2019 a 21% en 2025. Dall’Asta, licenciado en Humanidades y Ciencias Sociales por la Universidad Nacional de Quilmes, opinó que “urge ordenar el uso del celular en horario escolar y reforzar la prevención de riesgos online”.
Varios países han dado pasos en esa dirección. El Senado de Chile aprobó en general la semana pasada un proyecto que prohíbe el uso de celulares en jardines y escuelas y establece regulaciones para el uso adecuado en niveles más avanzados. En Uruguay, la Comisión de Educación de la Cámara de Representantes estudia una iniciativa del diputado colorado Maximiliano Campo que prohíbe “el uso de dispositivos electrónicos portátiles personales por parte de los estudiantes durante las clases, el recreo y los intervalos entre clases en todas las instituciones de educación inicial, primaria y media dependientes de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP)”. Propone que, “en el aula, el uso de estos dispositivos estará permitido únicamente con fines pedagógicos o didácticos, bajo la orientación del docente a cargo”. La iniciativa exceptúa de la prohibición “aquellas situaciones en que el dispositivo sea necesario para garantizar la accesibilidad, la inclusión o responder a cuestiones de salud del estudiante”.
El debate parlamentario
Al presentar su proyecto en la Comisión de Educación de Diputados, el diputado de Vamos Uruguay dijo el 16 de julio que “el ciberacoso es un tema común para quienes tienen hijos de 10 o 12 años en los colegios o escuelas de nuestro país” y agregó que “ahora las bromas pesadas y demás también involucran inteligencia artificial, videos falsos, imágenes creadas que generan problemas graves en niños y adolescentes”, en particular, en su salud mental. “Por su inocencia natural”, agregó, niños y adolescentes están expuestos a “muchos peligros”, como “la pornografía infantil, el uso de sus datos o no saber con quién están interactuando”.
Campo, de 31 años, dijo que “Francia fue la pionera de Europa al votar, en el año 2018, una ley de pausa digital prácticamente por unanimidad en el Parlamento que combatió el sobreuso de pantallas y sobre todo la adicción al juego online en menores de edad” y subrayó que “años después tuvieron mejores resultados en la educación”, por lo que extendió la restricción. Remarcó que la regulación vigente en ANEP al respecto es “insuficiente”, en alusión al reglamento de uso de celulares por parte de docentes y alumnos en los centros educativos de Inicial y Primaria aprobado por el Codicen en 2011, que establece que “durante los períodos de clase los teléfonos celulares de maestros y alumnos deben permanecer apagados” y permite su encendido “en el horario de recreo para los alumnos por si familiares tienen urgencia en realizar alguna comunicación”. La circular agrega que “los teléfonos de línea de las direcciones escolares deberán estar a disposición de los interesados, alumnos o familiares, para comunicar asuntos de urgencia en todo el horario escolar”.
El diputado reconoció que pueden existir “visiones distintas” sobre “la autonomía técnica de la ANEP” en este asunto y sostuvo que “si no se logra una ley, sería muy importante que la ANEP dispusiera algo sobre esto”. Además, reclamó “generar conciencia en alumnos, padres y docentes y formar”. El diputado colorado Felipe Schipani acotó entonces que “hay un tema de salud pública que está por encima de cualquier autonomía”.
Por su parte, el presidente de la Comisión de Educación de Diputados, Agustín Mazzini, del Frente Amplio, aseguró que “la evidencia no es tan congruente en todos los casos, pero es un tema que preocupa a la sociedad y a la comunidad educativa”.
Cuestionan evidencia
Kids Online Uruguay forma parte de un proyecto internacional que busca elaborar “una base rigurosa de evidencia comparativa sobre cómo niñas, niños y adolescentes usan internet, las oportunidades y los peligros a los que se exponen“. Unicef, Unesco, Ceibal, la Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información y la Universidad Católica del Uruguay integran el grupo. Una delegación de esta organización visitó la Comisión de Educación de Diputados el 4 de junio para hablar del proyecto de Campo.
Zelmira May, especialista en educación de la oficina de Unesco en Montevideo, explicó entonces “qué evidencia se está generando en Uruguay sobre este vínculo entre la tecnología y los entornos digitales en niños, niñas y adolescentes” y remarcó la importancia de que “la toma de decisiones y la generación de políticas se basen en evidencia, sobre todo si hay evidencia nacional y si esa evidencia también es generada desde el Estado”. Junto a ella estaban Mariana González, jefa del Departamento de Investigación, Evaluación y Monitoreo de Ceibal, y Matías Dodel, profesor asociado del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Católica, que se presentó como “la pata académica” de Kids Online Uruguay.
Dodel presentó el último informe que elaboraron, del año 2023, basado en una encuesta realizada a cerca de 8.000 niños, niñas y adolescentes de nueve a 17 años. “Es un estudio cuantitativo, pero también tenemos grupos focales: adolescentes y padres, padres por un lado y madres por el otro. Los niños, niñas y adolescentes ven en internet que hay cosas buenas para ellos. Parece novedad pero, si fuera todo malo, no estarían ahí. Eso crece con la edad. Un 60% a 70% está de acuerdo con que en internet hay cosas buenas para la gente de esa edad”, explicó. Por eso, “no se trata solamente de proteger; es proteger y asegurar otros derechos, como la Declaración de los Derechos del Niño”. En esa línea, “más de siete de cada 10 niños de nueve a 12 años dicen que usan” CREA, una red de Ceibal.
También hay de las otras cosas. “El riesgo más prevalente no parece ser el ciberbullying o el contacto con extraños, sino la exposición a contenidos quizás inadecuados para las edades: cuatro de cada 10 dice que buscó o estuvo expuesto a un contenido violento; 37%, a discriminatorio; uno de cada cuatro, a contenidos sobre maneras de lastimarse o herirse físicamente a uno mismo, que se da mucho más en las niñas y adolescentes que en los varones; y 21%, a contenidos que alentaban a utilizar o a conseguir drogas”, dijo Dodel.
Uno de cada dos adolescentes respondió que tuvo uno de estos tres problemas: haber dejado de comer o dormir por internet o por las redes sociales, problemas con la familia o amigos por el tiempo que pasa o tener bajas en sus notas. De todas maneras, Dodel expresó que “sobre el tema de la adicción o sobre el daño en salud mental la investigación y los datos no son contundentes”.
La última encuesta de Kids Online Uruguay no consultó sobre regulación de celulares en centros educativos ni las apuestas en línea, otro asunto que causa preocupación. La representante de Ceibal informó en la comisión que la organización está realizando, con base en datos de PISA e Icils (un estudio que evalúa la competencia digital), “cómo son las prácticas de regulación de dispositivos, concretamente de celulares, en los centros educativos”. Buscan así “empezar a recoger las voces de los centros educativos sobre cómo se trabaja esto”, “cómo eligen los centros autorregularse en torno a este tema”, principalmente porque “hay poca evidencia, hay pocas regulaciones todavía en el mundo”.
González agregó que “hay un consenso en todas las organizaciones en reeditar Kids Online 2026”, que sería la tercera, tras la de 2017 y la de 2022.
A propósito de la iniciativa de prohibir los celulares, la representante de Unesco advirtió que “no hay evidencia de cuáles son las medidas que funcionan, porque los países que han tomado medidas restrictivas no tienen aún resultados para mostrar que ese sea el camino correcto o que no lo sea”.
El presidente de la Comisión de Educación de Diputados dijo a Búsqueda que “Ceibal deberá resolver si seguir adelante con esta encuesta” y que, por lo que entiende, “están muy comprometidos en hacerlo”. Mazzini agregó que seguirán estudiando el tema en la comisión, que “seguramente algo puede llegar a salir”, porque “hay que dar alguna señal en cuanto al uso de celular, pero no en los términos de prohibición, sino de generar garantías para que la escuela y el liceo sean espacios para la formación digital”.
Si se prohíbe su uso, alertó Mazzini, se pierde “la oportunidad de debatir con los gurises sobre los riesgos que tiene el uso de celulares”. Comentó que “a veces se pierde perspectiva” de que “hay padres que pueden generar tiempo de calidad a sus hijos, pero hay familias que no enseñan cómo es el uso de las redes, y la institución educativa es un espacio privilegiado para la formación y el debate, para la educación en los riesgos que tiene el mundo digital”.
El diputado blanco Rodrigo Goñi recordó en la sesión del 4 de junio que en el período pasado el Parlamento abordó la problemática y también la regulación de la protección de entornos digitales para niños, niñas y adolescentes, que se aprobó en Diputados por unanimidad (aunque no prosperó en el Senado). “También tenemos claro, igual que ustedes, que es muy difícil proteger efectivamente, vía regulatoria, estos entornos sin arriesgar daños colaterales”, acotó.