¡Hola !

En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
$ Al año*
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

¡Hola !

En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
$ por 3 meses*
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
* A partir del cuarto mes por al mes. Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
stopper description + stopper description

Tu aporte contribuye a la Búsqueda de la verdad

Suscribite ahora y obtené acceso ilimitado a los contenidos de Búsqueda y Galería.

Suscribite a Búsqueda
DESDE

UYU

299

/mes*

* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

¡Hola !

El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá

Lenny Kravitz: un repaso por la vida del ministro más ecléctico del rock que llega en diciembre

Con 60 años muy bien llevados, el neoyorquino “mitad negro y mitad judío” que no lleva una vida de rockstar se presenta en el Estadio Centenario

El pequeño Leonard, Lenny, cursaba su primer año de secundaria en Santa Mónica, California. Es una localidad al oeste de Los Ángeles, bañada por el océano Pacífico, que en los años 70 era un lugar tranquilo para crecer. Tranquilo y hippie. El futuro Lenny Kravitz estaba con dos amigos, dos niños como él, a punto de hacerse adulto.

El pasaje de la niñez a la adultez —a veces sin ese punto intermedio llamado adolescencia— tiene muchas formas. En su caso, tuvo forma de marihuana y rock 'n' roll, según contó en su biografía Let Role Rules, de 2020. Shannon y Derek eran dos amigos suyos a los que su madre, una actriz afroamericana de ascendencia panameña llamada Roxie Roker, consideraba inocentes y adorables. El papá de Derek, sin embargo, era un hippie que solía juntarse a fumarse un porro con Brian Wilson, el cerebro de los Beach Boys. Y no tenía ningún problema con que su hijo siguiera el mismo camino.

“Tomé una bocanada y exhalé. Shannon me dijo que lo aguantara más. Lo hice. Al mismo tiempo, Derek deslizó un casete en su radiocasete y esta vez algo cambió (...). El cielo se abrió. El mundo se hizo más grande y más hermoso”. Ni Bob Marley hubiese escrito una apología a la marihuana más hermosa que esta de Lenny Kravitz, hoy establecido hace más de tres décadas como una estrella musical y sex symbol, que el 1 de diciembre tocará por primera vez en Uruguay, en el Estadio Centenario. Hoy tiene 60 años, pero en ese momento que comparó con perder la virginidad alcanzó el clímax cuando sus amigos musicalizaron el evento. Sonaba Black Dog de Led Zeppelin. Pocas canciones mejores para iniciarse en el rock.

Rock variado

Con una carrera pública de 35 años, desde que editara su disco debut Let Love Rule, en 1989, el músico que viene a Montevideo es mucho más que el que hizo ruido en los tabloides con su confesión en mayo a The Guardian de que hacía nueve años que practicaba la abstinencia sexual. Para empezar, su último trabajo, Blue Electric Light, de este 2024, es considerado el mejor de su cosecha en mucho tiempo.

Y eso no es poco decir. Kravitz nació en Nueva York el 26 de mayo de 1964. A su ciudad natal le dedicó la tremenda New York City (2014), una canción que logra sobresalir entre las muchas que homenajean a la Gran Manzana (¡tampoco es poco!). A los 10 años se mudó con su familia a Los Ángeles siguiendo una oportunidad actoral de su madre en la serie The Jeffersons. El mundo del espectáculo lo traía desde la cuna, ya que su padre era un productor televisivo de raíces judeoucranianas llamado Sy Kravitz. La mezcolanza de sangres se vería luego reflejada en su música: mientras pateó las calles angelinas en busca de una oportunidad, lo que se sucedió durante casi toda la década de 1980, la respuesta negativa de los empresarios era casi siempre la misma: su música no era ni suficientemente negra para el público negro ni suficientemente blanca para el público blanco.

Embed

Por ese entonces, Lenny todavía no era Lenny sino Romeo Blue, un seudónimo artístico inspirado en su admirado Prince, otro dios del eclecticismo musical. Las puertas seguían cerradas. Los Ángeles es vendida como una de las cunas del American Dream, pero lo cierto es que es una ciudad tremendamente hostil para la gran mayoría de los aspirantes a estrellas.

Antes de querer ser estrella, Lenny quiso ser músico. Desde muy niño aprendió a tocar batería y guitarra. Hoy toca todos los instrumentos y los que no conoce los aprende. Su padre conocía a todos los grandes del jazz, como Miles Davies, Ella Fitzgerald y Count Basie. No todos los chicos pueden decir que cuando cumplieron los cinco años Duke Ellington les cantó el Happy Birthday; él, sí. Ya en Los Ángeles se unió al California Boys Choir, donde perfeccionó su técnica de canto. Definitivamente había algo en el ambiente: en el college de Beverly Hills al que asistía compartió aula con Nicholas Cage, que por entonces todavía era conocido como Nicholas Coppola, y con Saul Hudson, un mulato como él que más tarde se haría famoso como Slash.

Era talentoso, no lo dudaba nadie. También era tozudo. Era imposible clasificarlo estilísticamente, algo que con el tiempo quedó claro. Podía ser más rockero que nadie (Are You Gonna Go My Way, 1993), un baladista consumado (It Ain't Over Till It's Over, 1991), funkie al mejor estilo negro (Mr. Cab Driver, 1989), un pop-soul ideal para el paladar blanco (Heaven Help, 1993) o bucear en el mundo del synth dance (Black Velveteen, 1998). Además de componer su propio material, era capaz de tomar éxitos muy conocidos de artistas anteriores y volverlos propios (American Woman, 1998).

Embed

Esto, que hoy es visto como su principal característica, no lo era percibido como tal en los 80. Los productores que le cerraban las puertas se las entreabrían solo si aceptaba convertirse en una estrella pop bien definida, aprovechando su notorio atractivo físico. Decidido a triunfar con la mixtura de ideas que traía consigo, entró a la industria musical por la ventana, oficiando de productor y compositor para otros artistas. Un año después de que Virgin se decidiera a darle la oportunidad de sacar su álbum debut, Lenny fue coautor de Justify My Love, de Madonna, para esa misma discográfica.

El disco Let Love Rule no fue un suceso comercial apabullante, pero llamó la atención sobre este tipo pintún de rastas largas que tocaba prácticamente todos los instrumentos en todas las canciones y que era autor de todo su material; se destacaban la canción que daba título al trabajo (con la que ha estado cerrando los conciertos de la gira que lo trae a Montevideo) y la ya citada Mr. Cab Driver. Solo había unas letras escritas por su esposa Lisa Bonet, una de las hijas de ficción de Bill Cosby en The Bill Cosby Show, a quien conoció siendo un desconocido en 1985, con quien se casó en 1987, de quien se separó en 1991 y se divorció (en aparentes buenos términos) en 1993. Con ella tuvo a su hija mayor, Zoë, hoy actriz y cantante como sus padres, nacida en 1988.

El éxito sí llegaría, como en cascada, en los cuatro discos siguientes: Mama Said (1991), Are You Gonna Go My Way (1993), Circus (1995) y 5 (1998). Sin necesidad de repetir canciones ya señaladas líneas arriba, acá se sucedieron Always On The Run (con su viejo compañero de aulas Slash), Stand By My Woman, Believe, Rock And Roll Is Dead, Can't Get You Off My Mind, I Belong To You y Fly Away. Estos primeros álbumes todavía hoy alimentan la mitad de repertorio en vivo del músico en su Blue Electric Light Tour 2024, ayudaron a que el debut Let Love Rule aumentara considerablemente sus ventas y elevaron a Kravitz a un estatus de estrella del que no bajaría más, más allá de las críticas dispares de trabajos como el compilado Greatest Hits (2000), Lenny (2001), Baptism (2004) o Is It A Time For a Love Revolution (2008), con el que cerró su etapa en Virgin, que incluía temas como Again, Stillness Of Heart, California, Minister Of Rock And Roll y I'll Be Waiting. Tiene una marca difícilmente superable: entre 1999 a 2002 ganó cuatro veces al hilo el Grammy a Mejor Intérprete de Rock Masculino.

Luego siguieron tres discos más, con Strut (2014) como el más digno de elogio, editado bajo su propio sello, Roxie Records (un homenaje a su madre), hasta el trabajo de este año, el que supone una saludable vuelta a sus fueros.

Embed

Un no rockstar en Montevideo

El interés por la marihuana, luego extendido a otras drogas, fue cortado de raíz por Lenny más o menos a sus 35 años. El envidiable estado físico que tiene, que hace difícil que alguien piense que ya llegó a los 60, se consigue con mucho ejercicio y vida sana. Se ha dicho que practica una dieta crudivegana, lo que contrastó bastante con unas imágenes divulgadas en abril en las que se lo vio entrando a un local de comida al paso (chatarra, bah) en las calles de México. La industria es consciente de su atractivo y le ha permitido ser cara de firmas como GAP, Dom Perignon, Yves Saint Laurent, Levi's o incursionar en el cine (desde Zoolander a Los juegos del hambre).

Es un rockstar que no tiene vida de rockstar. No se le conocen grandes escándalos, habitaciones de hotel destrozadas ni se le acumulan reclamos por paternidad. Si bien tiene una fortuna estimada en 80 millones de dólares, según publicaron distintos medios en 2021, no es un tipo de gustos excéntricos: por casi veinte años manejó un Jeep USV de Chrysler que le costó “apenas” 30.000 dólares. Eso sí: tiene casa en Bahamas, Los Ángeles, Nueva York, París (de cuatro plantas) y una granja cerca de Río de Janeiro.

Lenny se ha autodefinido como “mitad negro y mitad judío”. Lo religioso no le es ajeno y la búsqueda de mejorar espiritualmente es el argumento esgrimido para explicar cómo un hombre que podría tener la pareja que desee (y eso incluye haber estado con Kate Moss, Kylie Minogue, Natalie Imbruglia, Vanessa Paradis, Adriana Lima o Nicole Kidman) lleva nueve años sin relaciones sexuales. Esto último, quizá la noticia más notoria relacionada con él en mucho tiempo, revela lo morbosa que puede ser la gente y oculta lo verdaderamente importante: el artista que viene a Uruguay por primera vez es un grosso de verdad y, según publicó El Observador, el día mismo en que comenzó la venta online de entradas a su recital en el Centenario ya se agotaron algunos sectores. No vale dormirse.