Los candidatos, sus comandos y sus apoyos evaluaron de manera positiva el resultado del debate, porque lograron sus objetivos, según dijeron luego del evento. Esto no quiere decir que haya tenido un impacto electoral visible.
A juzgar por las mediciones de Cifra, el debate “no movió la aguja”, dijo Mariana Pomiés a Búsqueda. En los tracking diarios de opinión pública que hace la consultora, preguntó, en los días posteriores al debate, qué candidato había ganado o salido mejor parado en el intercambio. Y encontró que la evaluación del desempeño de los candidatos “está muy atada al voto”. Es decir, quienes piensan votar al Frente Amplio opinaron que Orsi ganó el debate, mientras que quienes se inclinan por el candidato de la coalición afirmaron que Álvaro Delgado triunfó. Entre los votantes más tibios o indecisos, la opinión mayoritaria es que ninguno de los dos ganó.
De acuerdo a las mediciones de Cifra, poco más de un tercio (36%) de los consultados dijo que vio todo el debate, otro tercio dijo que vio una parte (29%), mientras que el 35% dijo que no lo miró.
“Ninguno cometió un error y ninguno metió un gran acierto, un golazo”, evaluó Pomiés. Por eso, “los propios de cada candidato los vieron bien” y entre los indecisos no causó mayor impacto.
Para la socióloga, Delgado se mostró “más punzante, más activo y tiró alguna piedrita”. Mientras que Orsi “parecía que no lo escuchaba, mantuvo su temple y se concentró en lo que él quería decir”. En definitiva, ambos se enfocaron en sus estrategias y salieron airosos, con “aciertos y pequeñas debilidades”.
El frenteamplista fue “más propositivo”, evaluó Pomiés, porque habló más de lo que quiere hacer, mientras que Delgado habló más de lo que hizo el gobierno. “Cada uno se agarró de lo que tenía”, consideró.
Un estudio posterior al debate elaborado por el comando del Frente Amplio indica que más votantes afines al oficialismo vieron el debate y que las opiniones que generó estuvieron más concentradas en “la oratoria” y no en las “propuestas”, dijeron fuentes políticas a Búsqueda.
“Los dos hicieron lo que tenían que hacer, Orsi mostrarse presidenciable, y Delgado arrear”, opinó Adolfo Garcé en Canal 12.
Para el sociólogo Eduardo Bottinelli fue “un debate no debate, sin sorpresas ni agravios personales ni salidas de tono”. Cada candidato “pasó su mensaje, en tono a lo que ha sido toda la campaña”, evaluó en un análisis posdebate en el canal VTV.
La seguridad
Las reglas de juego acordadas entre los comandos y la Corte Electoral daban poco margen a los errores. Cada candidato tenía minutos asignados para hablar sobre cinco ejes temáticos, no había espacio para intercambios directos entre los postulantes ni preguntas de los moderadores.
En el capítulo sobre seguridad, un tema que encabeza las preocupaciones de los uruguayos, ambos candidatos se reprocharon fracasos y prometieron mejorar la gestión en sus eventuales futuros gobiernos.
Delgado enfatizó que el actual gobierno tiene una estrategia distinta a la del Frente Amplio, y criticó que en las bases programáticas de la izquierda esté planteado el concepto de “desprisionalizar”; “abrir las puertas de las cárceles, ya lo hicieron y el resultado no fue bueno y eso me da mucho temor”, afirmó.
Orsi, por su parte, hizo foco en el impacto de la inseguridad en los niños, pidió “no naturalizar” los homicidios de menores y expresó preocupación porque en algunos barrios las maestras deban enseñar a los niños cómo protegerse de balaceras.
También subrayó la importancia de hacer foco en las oportunidades de trabajo y educación para los privados de libertad. Prometió ser “duro con el delito y sus causas”.
Economía, educación, impuestos
En el bloque sobre economía, ambos usaron el concepto de certeza para referirse a la importancia de garantizar la estabilidad macroeconómica.
Otra coincidencia fue sobre los impuestos. El candidato Orsi aseguró dos veces que no los aumentará si es presidente; su rival le recordó que las bases programáticas del Frente Amplio plantean algunas modificaciones tributarias.
Ambos candidatos hablaron de la importancia de que el costo de vida sea menor.
En el bloque sobre educación, Delgado hizo referencia a la administración de José Mujica: “¿Se acuerdan de aquello de ‘educación, educación, educación’?”, preguntó, para añadir que el expresidente “no pudo” reformar la enseñanza por la presión de los sindicatos.
“Nosotros nos animamos. Y lo hicimos”, aseguró. Destacó el aumento en la “retención” escolar. “Y tenemos que ir por más, por los quintiles más pobres”, reclamó. Dijo que es “clave” seguir con la transformación educativa liderada por Robert Silva, quien se tuvo que enfrentar a las “patotas de los sindicatos docentes”.
Orsi, por su parte, planteó la necesidad de generar “un pacto educativo de carácter nacional”, aunque descartó una reforma profunda si gana las elecciones. “No voy a plantear grandes reformas educativas; estoy un poco cansado de la reencarnación de Varela una y otra vez”, dijo. Además, cuestionó la “transformación educativa” desarrollada por el actual gobierno. “Se trata de una improvisación mes a mes”, subrayó.
Las jubilaciones y el mensaje final
Los candidatos también abordaron el área del trabajo y se enfocaron en el sistema de seguridad social, que estuvo en discusión a raíz del plebiscito impulsado por el PIT-CNT y algunos sectores del Frente Amplio.
“La ciudadanía laudó”, dijo Orsi en referencia al rechazo al plebiscito el pasado 27 de octubre: “No vamos a derogar las AFAP”, aseguró. Pero eso “no significa que no tengamos que revisar el funcionamiento” del sistema, añadió. Para ello, dijo que el Frente Amplio convocará a un diálogo social entre jubilados, trabajadores y empresarios “para resolver los problemas”.
“El Poder Ejecutivo está para tomar decisiones”, dijo Delgado, cuestionando la estrategia del diálogo social del Frente Amplio. “La gente quiere soluciones, no asambleas permanentes”.
En su mensaje final, Orsi sostuvo que el Partido Nacional representa “las promesas incumplidas” y el Frente Amplio, “los compromisos”. Y llamó a quienes no lo votaron a recuperar “la confianza y la fe” y pidió que lo acompañen quienes “añoran ese Uruguay batllista”.
Delgado apeló, en el cierre, a su experiencia de gobierno: “Que la gente compare quién está preparado, quién tiene programa”, dijo. El candidato oficialista volvió sobre la idea de que en el balotaje hay dos modelos en pugna: “Nuestro modelo es de certeza, con crecimiento económico y seguridad, con garantías y con libertad; el otro modelo es volver al pasado con mucha ideología, con más incertidumbres y, seguramente, con más impuestos”.