Simón está en su casa, sentado junto a la Colo, mirando videos de cuando él era niño. Tendría tres, cuatro años. “De chiquito no movías la cabeza”, observa ella, y se lo dice. “No, eso vino de más grande, con la medicación”, contesta él.
Kiara Supini y Lorenzo Ferro protagonizan el filme, merecedor del Gran Premio de la Semana de la Crítica en el Festival de Cine de Cannes
Simón está en su casa, sentado junto a la Colo, mirando videos de cuando él era niño. Tendría tres, cuatro años. “De chiquito no movías la cabeza”, observa ella, y se lo dice. “No, eso vino de más grande, con la medicación”, contesta él.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáLa Colo (personaje interpretado por Kiara Supini, de 21 años) tiene síndrome de Down e integra un grupo, una especie de club, conformado por personas con discapacidad. Simón (Lorenzo Ferro) tiene la misma edad, pero no tiene discapacidad. Él vive en la montaña. De allí el nombre de la película: Simón de la montaña, dirigida por el argentino Federico Luis, recién estrenada en Uruguay. Aunque parezca irónico, su vida en una localidad sobre la cordillera de los Andes es plana. Vive en una rutina regida por la monotonía, convive con su madre y la pareja de ella, trabaja como asistente de mudanzas y no parece tener amigos.
Simón y la Colo se conocen cuando él, un día, caminando por la montaña, se encuentra con Pehuén Pedre (interpretado por el actor que lleva el mismo nombre) y entablan una conversación. Esa conversación se transforma en el inicio de una amistad, y esa amistad deriva en la idea de Simón de fingir una discapacidad para integrarse a ese grupo al que pertenecen Pehuén, la Colo y muchos otros hombres y mujeres de su edad. Entre Simón y la Colo se establece un vínculo que llega a sobrepasar los límites de la amistad.
Lorenzo Ferro (que dio su salto a la fama tras encarnar al personaje de Carlos Robledo Puch en la película El ángel, en 2018, y que actuó también en la serie El marginal y en Narcos: México) adopta un movimiento cortito con su cabeza hacia el costado, como si fuera un tic nervioso. Quiebra un poco su mandíbula y habla algo resbaloso. Arrastra las palabras, emite los sonidos de sus palabras más bien hacia adentro y acumula bastante saliva. Además, consigue prestado un audífono para un oído. Así, Lorenzo se convierte en Simón, y Simón en un chico con discapacidad, con la sola intención de pertenecer y de cambiar su vida. Hace amigos, vive todo tipo de aventuras y hasta intenta beneficiarse de la pensión que otorga el Estado a quienes tienen discapacidades reales.
En el caso de Supini, es su primera experiencia como actriz. La joven estudió comedia musical en la Escuela de Artes para Personas con Discapacidad, que dirige la argentina Tamara Garzón. Fue allí donde Federico Luis la descubrió, mientras visitaba el lugar y presenciaba una clase de baile. Luis ya tenía pronto el proyecto de su película y, al ver a Supini, se convenció de que ella podía ser la Colo, según contó la actriz a Galería.
Luis invitó a Supini a su casa y le comentó que estaba trabajando en un cortometraje universitario y quería probarla. La joven hizo el casting y, al final, se enteró de que se trataba de Simón de la montaña, una película que se exhibiría en salas de cine de todo el mundo. “Tenía piel de gallina, no lo podía creer”, dijo Supini.
Antes de viajar a Mendoza, donde se filmaría la película, Supini asistió a varios ensayos en un teatro bonaerense. Allí conoció a Ferro, su coprotagonista. Desde el primer momento, el vínculo fue “increíble”, contó ella. “Me divertí mucho”, agregó. A eso siguieron los rodajes, para los que Supini se trasladó con su padre y todo el equipo del filme a la región fronteriza del oeste argentino.
La actriz que da vida a la Colo contó que durante las jornadas de filmación se sintió muy cuidada. Fue en pleno julio, bajo un frío que acalambraba los músculos. Pero a Supini, el equipo de producción siempre le acercaba una manta o un té caliente.
Para ella, haber participado en su primera película es “un sueño hecho realidad”. Cuando la vio por primera vez, se convenció de que se trata de un “peliculón” y, aunque sea una opinión subjetiva, sí es cierto que el filme ya cosechó varios éxitos. El más importante: el Gran Premio de la Semana de la Crítica en el pasado Festival de Cannes.
Simón de la montaña le dio, además, a Supini su primer sueldo, que todavía tiene guardado. La joven espera que este sea el inicio de una larga carrera como actriz. Pero, además, sueña con incursionar en un rubro muy distinto al audiovisual: el del café. Ser camarera, servir café y poder tener su propia cafetería es otro de los grandes sueños de su vida, contó.
Siempre tuvo el apoyo de su familia, de la que se siente “muy orgullosa”. Y en los ojos de su padre, que la acompaña en cada paso y en cada entrevista, se puede ver que el sentimiento es recíproco. “Me siento muy honrada, feliz y ojalá que haya Simón de la montaña para rato y la Colo para rato”, dijo la actriz.