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Yo solo quería otra noche de rock (y una tarde de indie-pop-fusion): último día del Cosquín Rock Uruguay

Con El Plan de la Mariposa y El Kuelgue en la antesala de la noche, NTVG y La Vela Puerca cerraron otra edición del Cosquín Rock animados por una marea de gente

Redactora de Galería

"Amigo, ¿sabés a quién vine a ver yo? A El Zar", bromeó una distinta vestida de merchandising de La Vela Puerca al pasar frente a otra que, abstraída, miraba en su teléfono los vídeos que había tomado del dúo argentino al que a muchos molesta que otros consideren rock. Hacía tiempo que no escuchaba en vivo a un talibán de los riffs; esos puristas del rock que parecen seguir vivos solamente en redes sociales para boicotear los comentarios de las grillas de los eventos etiquetando qué es música (de verdad) y qué no. Los creía extintos, pero no, solo quedan pocos. El contador no llegaba a 10 y esa noche habían más de 25.000 personas.

Ya no tienen espacio, los propios artistas no los dejan. Me fijé más en aquel muchacho, el que llevaba arrastrando una bandera interminable de Once Tiros para proteger (guardarle el lugar) a los de su tribu, con la que cantó y bailó todas las canciones de El Plan de la Mariposa, y después, las de El Kuelgue hasta El Club de la Cumbia.

Los fundamentalistas son graciosos porque después resulta que no solamente van igual a los shows, sino que los disfrutan. Eso es un poco lo que nos está dejando la tendencia del featuring; esto de que ahora casi todas las bandas o solistas invitan a otro artista para participar en una canción, como El Zar hizo con Emi Brancciari en Parte de Mí, aunque no tengan nada que ver (o sí). Y hay combinaciones que sorprenden, como Luana con Julián Kartún, de El Kuelgue, y otras que son oro puro, como No Te Va A Gustar siguiendo la voz de Alejandro Spuntone, ex vocalista de La Trampa.

El Zar con Emi Brancciari de No Te Va A Gustar.jpg
El Zar y Emi brancciari (NTVG)

El Zar y Emi brancciari (NTVG)

El Cosquín Rock hace tiempo que dejó de ser un escenario de veneración exclusivo de este género para pasar a ser algo más importante: un altar de música en vivo, regional. La crisis de los géneros, lejos de hacerle perder identidad a cada cosa, vino a revolucionar y enriquecer la música. Al menos eso nos gusta creer a los melómanos más versátiles, que ya no se nos tilda tanto de haber vendido el alma a una industria musical que está cada vez más fusionada. Porque para los amantes del blanco y negro, todavía existe su rock, funk, plena y cumbia bien marcados, solo que con artistas más arriesgados, que por una cuestión de ampliar el mercado, o por eclécticos nomás, se animan a probar cosas que terminan encantando. La culpa es de los músicos.

En un fin de semana no tan frío de mayo, el Cosquín había agotado entradas. Un escenario alternativo le daba el espacio a artistas incipientes y otros más indies, como Flor Sakeo o Mixo Logia, con máximos musicales por parte de Eté y Los Problems y Slow Burnin. Después de este se desplegaban los dos escenarios principales con un público fluctuante y la ciclotimia como estandarte: allí echaron raíces la mayoría de los asistentes para ver cómo al pogo de Mota —que parece que tiene bajo vitrificación a esa eterna tribuna de Once Tiros— o al de El Plan... lo anestesiaba la propuesta de El Zar, que El Kuelgue luego supo convertir en baile con su base funk jazzera y, finalmente, al ritmo de su versión de Show Me Your Monkey, de Percy Filth, Julián encarnizado y acompañado de un fondo de vientos, le exigía a todo el mundo que "saque su mono".

Después de todo eso, la Rural se terminó de llenar. ¿A la espera de quién? De No Te Va A Gustar. Lo que hasta ahora eran primeras líneas de jóvenes, a partir de que tocaron Las Pastillas del Abuelo se convirtió en un mosaico perfectamente balanceado de público de todo tipo, que también estaba allí por La Vela Puerca. Algunas banderas de Uruguay emergían de aquel mar de gente y no se cansaron de agitar al son de esas dos históricas bandas de rock nacional.

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Piti Fernández de Las Pastillas del Abuelo

Piti Fernández de Las Pastillas del Abuelo

Con una dedicatoria especial: José (Mujica) sí sabía

Después de que el público calentara motores con el grupo de rap Dostrescinco, El Plan de la Mariposa irrumpió con su rock casi celta en una Rural que todavía tenía espacios vacíos, lagunas de tierra que poca presión infundían a los hermanos Andersen y mucho menos frenaban los mágicos bailes de su hada, Camila. Se autodefinen como rock psicodélico, mucha gente los conoce pero mucha otra los estaba conociendo esa tarde y tendrá tiempo de seguir indagando en su música antes de su próximo concierto en el Teatro de Verano en noviembre.

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Camila Andersen de El Plan de la Mariposa

Camila Andersen de El Plan de la Mariposa

El Plan gustó, pero además se llevó la ovación del público y hasta de los que recién estaban llegando cuando Sebastián, el vocalista, dedicó solemnemente su himno a la búsqueda de sentido, Es por ahí, a la vida de José Mujica, fallecido hace una semana.

Adrenalina y corazón al rumbo/

El amor para entregarlo todo/

A la libertad de la primera

Ese fuego que ilumina el mundo/

Nadie nunca va a vivir mi vida

Mucho menos a morir mi muerte/

Con el tiempo estaremos juntos/

Celebrando por ir a la fuente/

La fuerza de creer, que es por ahí

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La banda argentina comenzó así, pero no fueron los únicos en recordar al expresidente en sus intervenciones entre canciones. La Vela Puerca, que cerró la jornada de sábado con un show a puro pogo, grito y banderas, hizo una versión bien íntima, acústica (gran aporte a la vedette de la noche, la volubilidad) de José Sabía, muy parecida a la que performaron en sus últimos Antel Arena, pero ésta vez, con una dedicatoria especial: "José sí sabía". Solo que era mentira que fue feliz sin amor.

El Cosquín Rock dio para todo

Todas las bandas sin excepciones mostraron una muy buena onda con su público, haciéndolos participar y logrando enganchar a aquellos que no eran oyentes declarados. Sin embargo, en shows como en el de No Te Va A Gustar, la apuesta era a hablar lo menos posible para aprovechar ese tiempo en canciones. La banda uruguaya pudo hacer un recorrido que incluyó hasta los temas más inmortales, como Pensar y Fuera de Control, del disco Todo es tan inflamable, que ya tiene casi 20 años. Todavía celebrando su 30° aniversario es que anunciaron sobre el escenario una próxima fecha para un sinfónico en el Sodre en el mes de agosto.

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Julián Kartún y Luana Persíncula

Julián Kartún y Luana Persíncula

De los cantantes a la banda, de la banda al público y del público al escenario, también entre los artistas colaborando como Emi y Spuntone o Julián y Luana en Carta para no llorar, y también en cada abrazo entre los fanáticos... En todos lados había como una química de amor, de devoción, un afán entrañable en todos los gestos, que incluían los pasos prohibidos que tiraron Kartún y hasta los de La Vela con El Club de la Cumbia, y el tierno intento de los que más temprano hacían pogo, vaso (o lo que quedaba de vaso) en mano, intentando copiar las coreografías tropicales.