En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
A unos metros de la sala de cine de uno de los principales centros comerciales de Montevideo, se puede ver en una parada de ómnibus una publicidad de Visit Buenos Aires, organización de marketing y promoción turística internacional de la capital argentina.
¡Registrate gratis o inicia sesión!
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
La campaña gráfica muestra una fotografía de ensueño de Puerto Madero. Bajo un atardecer rosáceo y muy saturado, los rascacielos más ostentosos se imponen como gigantes en uno de los puntos más populares para los turistas.
Esta postal, sin personas a la vista, que no refleja la complejidad ni la vitalidad social de Buenos Aires y sacrifica identidad a cambio de una imagen aséptica y globalizada, tiene su correlato en Homo Argentum, la nueva película de Mariano Cohn y Gastón Duprat, directores de, entre otras, Competencia oficial (2021), Mi obra maestra (2018) y El ciudadano ilustre (2016).
Al igual que la campaña turística, la dupla de directores y guionistas construye desde el estereotipo. En este caso, en la concepción del argentino reducido, mayoritariamente, a la figura del porteño ventajero, resentido y ególatra. La película, planteada como una comedia coral donde su actor protagonista, Guillermo Francella, interpreta a 16 personajes principales, no solo decepciona con un humor poco confiado, sino también por su lenguaje audiovisual casi inexistente, más próximo a la lógica publicitaria, cargada de reiterada presencia de marcas y artificio, que al cine mismo.
Embed - HOMO ARGENTUM | Guillermo Francella
Homo Argentum es la película del momento. Su estreno desbordó de inmediato lo cinematográfico para instalarse en la polémica, un revuelo que acompañó su llegada a Uruguay, donde la cartelera local también le ha otorgado numerosas exhibiciones.
Durante su promoción, que incluyó una visita de sus directores y su protagonista a Montevideo el jueves 14, día de su estreno, en ambos lados del Río de la Plata, sobresalieron tres discursos.
En primer lugar, los directores, Cohn y Duprat, han dicho en entrevistas, incluida una brindada a Galería, que Homo Argentum es una obra fuera de lo convencional, que son “16 películas en una”, inspirada en el cine episódico italiano de las décadas de los 60 y los 70 y pensada para la gran pantalla. Su intención era volver a atraer al público a las salas tras la pandemia, algo que, a juzgar por los resultados en Argentina, donde ya superó los 300.000 espectadores, ya lograron.
La dupla también definió su película como una comedia de humor e ironía “políticamente incorrecta”, que busca provocar debate sobre un “recorte personal de lo argentino” y sus contradicciones invitando al espectador a completar la obra con su propia discusión posterior.
Uno de los primeros en expresarse fue el presidente Javier Milei, quien en su cuenta de X escribió: “La película de Guillermo Francella deja en evidencia muchos de los aspectos de la oscura e hipócrita agenda de los progres caviar (woke)”. Y agregó: “Les duele mucho la película porque les presenta un espejo en el cual sale a la luz todo lo que son”.
Por su parte, en una entrevista en el canal de streaming Olga, Francella dijo que no le gusta el cine “muy premiado, que le da la espalda al público”, aquel “al que van cuatro, ni la familia del director (va)”, y que está compuesto por “‘obras de arte’ que no tienen identificación, no representan a nadie”.
Pero Homo Argentum también le da la espalda a algo: al cine. Sin siquiera un plano que pueda considerarse memorable, la película recurre exclusivamente a depender del rostro y la figura de su indiscutida estrella, Francella, quien hoy es una de los pocos actores rioplatenses capaces de atraer gente a la sala por su presencia. Entre primeros planos y planos medios, la cámara vuelve una y otra vez a los personajes que él representa. Por nombrar algunos, aparecen un porteño de alto nivel adquisitivo, un arbolito de la calle Florida, un director de cine, un hombre que vive con su hijo de 40 años y otro que enfrenta la partida de su hija a España, por nombrar algunos.
Lo que parece reunir a la gran mayoría de estas historias, algunas de duración muy breve, algo que tampoco ayuda a generar conflicto o desarrollo en esta galería de argentinos “de raza”, es la hipocresía. En todas, el personaje principal se exhibe de una manera pero, ante el primer acorralamiento, revela su necesidad de autopreservación mediante engaños, trampas y el aprovechamiento personal.
Las transiciones entre historias pueden variar en fundidos o cortes abruptos, pero lo importante es no perder de foco a Francella, aquí caracterizado con exitosas capas de maquillaje y atuendos que no logran resolver el otro gran problema del filme. Si Cohn y Duprat apelaban a que el actor desplegara un talento camaleónico, el protagonista se ve, en cambio, muy limitado en lo que se le exige. Ni su mirada, uno de sus grandes y reconocibles recursos, alcanza para un guion en el que no solo muchas tramas carecen de un remate efectivo, como el de cualquier buen chiste, sino que dejan entrever que el intérprete parece manejar solo tres recursos actorales con los que dotar a esta galería de chantas: la puteada de hastío que explotó con el Pepe Argento en Casados con hijos, la expresión inocentona que lograba emocionar en El secreto de sus ojos y la celebrada y reciente muestra de malicia de su Eliseo en El encargado. Todos aparecen, todos se repiten, y si bien logra sacar alguna risa, ninguna sorprende del todo.
En un debate televisado reciente entre el crítico argentino Pablo Manzotti y Carlos Pirovano, titular del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), este último acudió a defender con vehemencia la película. Cuando Manzotti le preguntó directamente si la había visto, Pirovano reveló que no, que la había visto en TikTok, plataforma donde actualmente se puede encontrar, igual que en otras redes, un gran porcentaje del metraje. “Cuando vos ves mucho TikTok ves casi toda la película”, justificó. Al escabullirse quizás astutamente de la obligación de verla, resultó ser el más vivo de todos. Se perdió la película pero se ganó el título: el auténtico Homo Argentum.