“El que diga que el problema de la basura es solo de la Intendencia, está diciendo un disparate”. Con esta frase el director de Alcoholes del Uruguay (Alur), Leonardo de León, explicó por qué esa empresa subsidiaria de la petrolera estatal Ancap está incursionando en un proyecto para el tratamiento de la basura.
Es con esta concepción que Alur (propiedad de Ancap en 93% y de la venezolana Pdvsa en 7%) ya está negociando con Presidencia, la Dirección de Energía y la Intendencia de Montevideo propuestas sobre clasificación y tratamiento de la basura del área metropolitana, con el fin de reducir la cantidad de residuos que se acumulan en los vertederos y producir energía eléctrica.
El gobierno está trabajando desde hace varios meses junto a las Intendencias para resolver qué hacer con los residuos en su disposición final —una vez que fueron recogidos de los hogares— y una de las alternativas que más seducen a las autoridades es la posibilidad de producir energía a partir de los desechos.
El Poder Ejecutivo ya recibió varias propuestas de empresas extranjeras para producir energía con los residuos, a las que se incorpora ahora la iniciativa de Alur.
“Lo fundamental es que iniciamos un proceso de formación de un cluster de organismos involucrados en este proceso. Así se podrá sacar adelante una propuesta conjunta que abarque a todos los interesados”, dijo a Búsqueda De León.
El jerarca informó que se reunió con el prosecretario de la Presidencia, Diego Cánepa, y un equipo de técnicos del Poder Ejecutivo, quienes dijeron que la propuesta “está alineada” con la política energética del gobierno.
Caracterización.
Para De León, “lo fundamental es hacer una caracterización de qué tipo de basura se tiene para establecer un contenido calórico y posibilidades ciertas de reciclaje”. Es por ello que se reunió con el director nacional de Energía, Ramón Méndez, e iniciaron el proceso para llamar a una empresa que realice esta caracterización.
Las propuestas de Alur son dos. La primera es la creación de una planta de recepción y clasificación de residuos por unos U$S 18 millones. Además se haría un relleno para captación de biogás con los residuos no reciclables. Los residuos no renovables y no utilizables en la producción de biogás se quemarían en una planta acondicionada para producir energía eléctrica.
También prevé el tratamiento primario de los neumáticos usados a modo de permitir su quema controlada en hornos de cemento.
“Todo esto evitaría el envío de cientos de toneladas al vertedero de Felipe Cardoso, que está llenándose rápidamente”, dijo De León.
Actualmente, según datos manejados por Alur, hay entre 1.500 y 1.800 toneladas de residuos sólidos urbanos que se vierten a diario en Felipe Cardoso. A eso se suman los residuos vegetativos (unas 100 toneladas diarias), los neumáticos (40 toneladas), los industriales (150 toneladas), los sanitarios (15 toneladas) y los de obras y construcción (unas 200 toneladas).
La propuesta es que esta planta vaya incrementando su capacidad hasta alcanzar al 100% de los residuos sólidos urbanos que se generan en el área metropolitana, además de los vegetativos y los neumáticos, lo cual reduciría sensiblemente la cantidad de basura que llega al vertedero.
La parte reciclable “será acondicionada y entregada a las Intendencias”.
Esta propuesta prevé que haya una producción estimada de energía eléctrica de unos 27 megavatios hora (MW/h) entre la planta de biogás y la incineradora.
El proyecto establece un “impacto social” con la inserción de 50 personas para realizar tareas de clasificación al inicio y con capacidad de alcanzar las 300 al procesar la totalidad de los residuos.
“La mayor parte de los cargos necesitarán una calificación del personal baja o media, lo que permitirá la inclusión de las personas que integran el sistema informal”, explicó De León.
Incineración.
La otra propuesta es la creación de una planta incineradora que, previo a una clasificación de los residuos entre renovables y no renovables, queme la mayoría de los residuos y genere energía eléctrica.
“Con esta propuesta se reduciría un 90% la cantidad de residuos, además de generar energía eléctrica”, dijo De León.
Este proyecto tiene dos alternativas: la primera es la quema tradicional de los residuos mediante la utilización de una caldera. El calor de los residuos vaporiza agua y pone en funcionamiento una turbina a vapor. Esta planta produciría unos 147.000 MW/h al año con un rendimiento neto del 27%.
La otra alternativa es la construcción de una incineradora que funcione con gas natural licuado. Tiene un proceso similar a la tradicional, pero con un rendimiento neto del 43%, mejor eficiencia y una producción de energía eléctrica en el entorno de los 760.000 MW/h al año. Utiliza, además, una turbina de gas.
“Esta idea va asociada a la instalación de una planta regasificadora, ya que contribuiría al uso de unos 360.000 metros cúbicos al día”, dijo De León, que adelantó que se reunirán con UTE “porque tiene que estar dentro del cluster de empresas”.
“Encontrar sinergias”.
Consultado por Búsqueda, el director de Desarrollo Ambiental de la Intendencia de Montevideo (IMM), Juan Canessa, dijo que la comuna “viene trabajando y conversando con Alur y con Ancap desde hace más de un año, con personal técnico de ambas partes, en la posibilidad de encontrar sinergias en lo que es el trabajo y los bienes de la Intendencia y las necesidades y capacidades de Ancap”.
“Una de las cosas que vimos con Ancap fue la posibilidad de generar energía eléctrica a partir del biogás capturado en el sitio de disposición final”, contó Canessa. La Intendencia inauguró en junio una planta de captura de biogás para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que provienen del sitio de disposición final. Además de los efectos ambientales positivos, la IMM venderá al Banco Mundial créditos de carbono —bonos que obtienen los países que capturan el gas metano y por el que reciben una contrapartida económica—.
Ese mecanismo también habilita que se pueda producir energía a través del gas capturado. Pero en el momento de construir la planta, la Intendencia evaluó que “en principio no era rentable hacer la inversión para generar energía, que además no está dentro de las competencias de la IMM”, explicó Canessa.
“Ahora bien, una vez que se estudie y se vea que la inversión es rentable para Ancap, en ese caso lo que estábamos viendo con ellos es la posibilidad de que hagan la inversión tomando el gas. En vez de quemarse todo, solo una pequeña porción se quema y el resto se transforma en energía”.
No es una inversión “chica” y supera los $ 100 millones, añadió, por lo que “la rentabilidad tiene que estar asegurada”.
“Pero estamos de acuerdo en la medida en que sea algo bueno para Ancap y para el país”, agregó Canessa. “Ahora que nosotros estamos capturando el gas y tenemos datos ciertos sobre la cantidad y calidad de ese gas, y cuál es la potencialidad de producción de energía a partir de ese gas, parece más sencillo hacer que ellos estudien si a partir de este biogás es rentable hacer la inversión que hay que hacer para generar energía”.
Desarrollo
2012-08-30T00:00:00
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