Calloia reconoció que el aval que otorgó para la subasta no fue tramitado “de manera correcta”

REDACCIÓN  
7 minutos Comentar

El aval que el Banco de la República otorgó a la empresa española Cosmo y que está en el centro de la discusión política y de la investigación judicial por el “caso Pluna” no fue tramitado “de manera correcta”. Así lo reconoció el presidente del Banco de la República, Fernando Calloia, que dio la orden de otorgar rápido el aval que el empresario Juan Carlos López Mena había gestionado para la aerolínea que ofertó en la subasta de los aviones.

En una entrevista que concedió el viernes 14 al programa “Tiempo Presente” de radio Oriental, Calloia afirmó que fue insuficiente el plazo de 60 días que dio la ley que creó el fideicomiso para rematar los aviones.

“La ley aporta elementos que van llevando a que no puedan transitarse caminos de normalidad, porque no dio los tiempos suficientes como para tramitar todas las operaciones de manera correcta”, admitió el presidente del Banco de la República.

El jerarca afirmó que “las condiciones que dio la ley hacían imposible que esto tuviese un tratamiento normal, iba a tener que tener un camino extrarrápido para poder salir”.

“Se acercaron algunas empresas interesadas en participar, sobre todo consultando cómo podemos resolver este problema de que tenemos que conseguir un aval, una fianza del Banco República en cuestión de días, muy poquitos días. Entonces, ¿nosotros qué básicamente dijimos? Bueno, usted tráigame una buena garantía y yo razonablemente le doy en un plazo extrabreve a su vez una garantía de mantenimiento de oferta en el remate. ¿Cuál era una de las opciones? Una empresa dijo ¿y si yo hago un depósito de 13.600.000 dólares usted me da una garantía de 13? Sí, le doy una garantía de 13. Entonces uno no analizaba tanto al cliente porque no tenía demasiado tiempo de analizar en profundidad a los clientes, sino que básicamente hacía una revisión rápida del cliente y se aseguraba de que la operación estuviese bien garantizada. Si eso era así nosotros no corríamos riesgos y era de suponer que el cliente que rematara los aviones efectivamente los terminara comprando, no con el dinero que había avalado el banco sino con dinero que iba a traer de alguna fuente que tuviese”, relató.

“¿Usted está seguro de no haber cometido ningún error?”, le preguntó el conductor Jorge Traverso.

“No, yo no le voy a decir eso —respondió Calloia—. Yo lo que le voy a decir es que normalmente las operaciones de crédito son operaciones que no son seguras. Como dice el dicho, a seguro se lo llevaron preso. La operación esta se hizo lo más rápido que se pudo en las mejores condiciones que se pudo. ¿Cuáles eran las condiciones perfectas? Dar esta operación 30 días después. ¿Y de qué hubiera servido?”.

El presidente del Banco República afirmó que “no se puede actuar con neutralidad cuando uno es un banco también estatal (...) que tiene que procurar en lo posible darles una mano a los uruguayos”.

“Si yo hubiera sabido que Cosmo no iba a comprar los aviones no le daba un aval —agregó—. Yo pensé que los iba a comprar”.

En la entrevista, Calloia dijo que el dueño de Buquebus, Juan Carlos López Mena, fue quien tramitó “directamente” el aval en nombre de Cosmo. “Él lo tramitó. El que retiró la fianza fue Hernán Calvo. Dicho sea de paso, bajo indicaciones de él”, añadió.

Calloia dijo que “esperaba una respuesta mucho más positiva” de López Mena, “una responsabilidad de la persona por su apellido”.

“Si él se comprometió a algo para mí lo tiene que cumplir, no porque lo haya firmado, sino por el nombre que tiene cada uno. (...) Yo creo que la palabra cuenta para todos, esa es mi posición y por eso discuto si realmente hay que buscar un papel firmado o sencillamente cada uno tiene que ser responsable de sus actos, sean firmados o verbales, y entonces decir ‘sí me equivoqué, yo también soy responsable a pesar de que no firmé ningún papel’”, opinó el banquero.

¿Errores?

Aunque Calloia no aclaró cuáles fueron los errores que se cometieron en la emisión del aval, la información que el Ministerio de Economía envió al senador blanco Jorge Larrañaga como respuesta a su pedido de informes ofrece algunos elementos que no cierran (ver recuadro).

Ese documento, al que accedió Búsqueda, confirma que se expidieron dos avales otorgados el 1º de octubre. Uno a 180 días, con acuse de recibo y por U$S 13.885.156 y otro “sustancialmente idéntico” pero a 90 días y “sin la firma de acuse de recibo”.

El informe revela una inconsistencia entre los montos del aval y el seguro: el aval del Banco República fue expedido por U$S 13.885.156 mientras que el seguro de la empresa Boston garantiza ese aval por U$S 13.688.516. La diferencia es de U$S 196.640, monto que el Banco República perdería aun cuando cobrara el seguro.

Además, la empresa que otorgó la garantía que respaldaba el aval, Boston Compañía Argentina de Seguros, “no está registrada en el Banco Central del Uruguay como empresa aseguradora”.

El hecho de que una empresa extranjera haya garantizado el aval no viola la ley que regula los seguros, concluyó la Superintendencia de Servicios Financieros del Banco Central, según informó ayer miércoles “La República” en base a una resolución que esa dependencia aprobó el martes.

“Comprensión lectora”.

Después de más de dos meses de ocultar la información apelando al “secreto bancario”, el jueves 13 Calloia mostró por primera vez un documento oficial que forma parte del trámite del aval que se concedió a Cosmo para participar en la subasta de los aviones.

No lo hizo para rendir cuentas ante la opinión pública sino para negar una información que ese día había publicado Búsqueda, según la cual en la póliza de seguros figuraba como domicilio del “asegurado” la dirección de la sede central del Banco de la República, Cerrito 351. La nota decía que el asegurado era Cosmo, por lo que la empresa española habría constituido domicilio en el banco uruguayo.

Sin embargo, la copia de la póliza de seguros que mostró Calloia ante las cámaras de “Telemundo” decía que “el asegurado” era el Banco República, “el asegurador” era Boston Seguros, y Cosmo figuraba como “el tomador”.

Al día siguiente amplió su versión en la entrevista en “Tiempo Presente”: “Sucedió que le piden informes al Banco Central, le preguntan al Banco Central dónde se haría un juicio y el informe del Banco Central dice que el juicio se haría en el domicilio del asegurado, Cerrito 351, y ahí deducen, porque tienen problemas de comprensión lectora, como dije yo ayer, deducen equivocadamente que el asegurado es Cosmo, y la verdad que el asegurado es el Banco República”.

Búsqueda no dedujo nada, sino que intentó por procedimientos de verificación periodística obtener la información que figura en los documentos que Calloia se negó a mostrar durante meses.

En la semana del jueves 6 de diciembre directores del Banco Central del Uruguay y del Banco de la República dijeron al semanario que Cosmo había constituido domicilio en el Banco de la República, versión que fue publicada.

A la semana siguiente, luego de que Calloia dijera que lo publicado era “absolutamente falso” y acusara a Búsqueda de mentir, los periodistas del semanario obtuvieron una copia de parte del documento que había elaborado el Banco Central, donde decía que para “cuestiones judiciales” se fijaba el domicilio del “asegurado”, Cerrito 351.

Búsqueda volvió a consultar a directores del Banco Central y del Banco República, quienes afirmaron que el asegurado era Cosmo. Como Calloia decidió hace años no hablar con Búsqueda y no responder sus llamados, no fue consultado para confirmar el dato que habían aportado jerarcas que comparten con él el Directorio del banco.

Pese a que la información publicada no concuerda con la que figura en el documento que mostró Calloia, paradójicamente fue esa noticia la que generó que por primera vez el presidente del Banco República, que otorgó personalmente el aval a Cosmo, mostrara uno de los documentos que formaron parte de ese trámite.

Desarrollo
2012-12-20T00:00:00