A fines de diciembre del 2003 varios dirigentes de la Federación Ancap fueron a Minas, donde había dejado de funcionar la planta de portland de la empresa estatal. Días atrás la ciudadanía había decidido en las urnas derogar la ley que permitía asociar a Ancap con privados y ahora la petrolera debía salir adelante por sí misma. Pero cuando llegaron a Minas la perspectiva era pesimista y los sindicalistas comentaron: “Estos fierros viejos no los levantamos más”.
Juan Gómez, entonces dirigente del sindicato y ahora director de Ancap, recordó aquel episodio durante su discurso en un acto que se celebró el viernes 6 de diciembre para recordar los 10 años del referéndum que derogó la ley de asociación. Al contrario de lo que habían augurado los sindicalistas en Minas, en la década que siguió a la votación Ancap creció y se transformó en una empresa que produce desde biocombustibles hasta alimentos y fertilizantes. Si la ley se hubiera mantenido en el 2003 eso no hubiera ocurrido y la empresa probablemente no estaría buscando petróleo y gas en territorio uruguayo, opinaron durante la ceremonia los directores oficialistas de Ancap.
En el hall del tercer piso del edificio central de la empresa el presidente José Coya y el titular de la Federación Ancap, Artigas González, descubrieron una placa que dice: “A 10 años del triunfo popular en el referéndum por Ancap, nuestro reconocimiento a todos quienes lo hicieron posible”.
En diciembre del 2001 el Parlamento votó una ley que derogaba el monopolio de Ancap en la importación de combustibles y le permitía asociarse con un inversor privado quedándose con la mayoría accionaria pero pudiendo ceder la gestión de la empresa. El proyecto había sido redactado por políticos blancos y colorados pero también por dirigentes del Frente Amplio, en particular los entonces senadores Danilo Astori, Alberto Couriel y Enrique Rubio, quienes luego votaron en contra por disciplina partidaria.
La Federación Ancap inició una campaña de recolección de firmas junto a otros sindicatos y sectores de izquierda y consiguió 685.294, que fueron suficientes para activar el recurso de referéndum contra la ley en el 2003. Mientras el candidato presidencial Tabaré Vázquez apoyó la resistencia a la ley, otros dirigentes frenteamplistas, como Líber Seregni, Astori, Couriel y Alberto Cid, anunciaron que no votarían por la derogación porque consideraban que la ley era “buena”. El 7 de diciembre del 2003 el 62,21% de los votantes decidieron derogar la ley. El resultado es reconocido hasta hoy como un impulso clave para el triunfo electoral del Frente Amplio el año siguiente.
¿“Qué hubiera sido” de Ancap?
Después de que Coya inaugurara el acto del viernes con un breve discurso, el director Juan Gómez sostuvo que “el 7 de diciembre del 2003 es el nombre y el apellido de la transformación brutal que tiene Ancap a lo largo de estos 10 años”.
“Estamos en un proceso de transformación muy positivo de la empresa (...). Producto de que hubo un 7 de diciembre del 2013 es que hoy estamos en esta nueva situación. (...) Nos permitió soñar porque en el 2001 prácticamente no teníamos refinería”, opinó.
El sindicalista González dijo que luego del referéndum “cambia la historia de este país, cambia política y socialmente” y Ancap “inicia un proceso de desarrollo”.
Se refirió a la gestión de Coya, que reemplazó a Raúl Sendic en la Presidencia de Ancap hace dos meses. “Sin duda hasta ahora no habíamos podido dar los pasos para hacer estas cosas en común, un reconocimiento al pueblo uruguayo. (...) Siempre se esquivó el decir que hubo el plebiscito y qué fue lo que cambió en este país. Y este paso que da a partir de la nueva presidencia del Directorio de Ancap es muy importante y tiende puentes que hay que transitar y no dejar que se dinamiten, y cuidar esa situación”, afirmó.
Germán Riet, que entró en 1973 a trabajar a la refinería de Ancap, fue dirigente sindical de la empresa y hoy es su vicepresidente, pronunció el discurso final. Sostuvo que “en ese referéndum se estuvieron jugando por lo menos dos modelos, dos pensamientos, dos estrategias, dos ideas de lo que tenía que ser el país, de qué papel tenía que jugar el Estado, qué papel tenía que jugar el mercado, cuál era el rol de las empresas públicas en una estrategia de desarrollo nacional, en fin, un sinnúmero de elementos esenciales que tienen que ver con el desarrollo del país”.
“Y sin entrar en la discusión de aquel momento de cuál era el mejor futuro, la mejor salida para esta empresa, yo me pregunto si hoy una empresa petrolera internacional estuviera gestionando esta empresa, si Uruguay estaría en este momento apostando en la forma en que estamos apostando a la búsqueda de petróleo y de gas en nuestro territorio marítimo y en nuestro territorio nacional con la importancia que le damos a eso. Porque seguramente el que íbamos a elegir para que viniera a dirigir esta empresa era alguien que nos iba a traer ya el petróleo”, opinó.
“Esta Ancap, la de después del 7 de diciembre del 2003, tomó una decisión de ser la empresa líder y de abastecer y sustituir al máximo el petróleo con biocombustibles por razones ambientales pero por razones también de desarrollo nacional, porque a través de la producción de biocombustibles nosotros estamos generando cadenas de valor integradas (...). Me pregunto (...), si una empresa internacional importante petrolera estuviera hoy al frente de esto, estuviera destinando los recursos y los esfuerzos que ha destinado Ancap en estos últimos años a desarrollar sinergias, a complementarse (...). Me pregunto si la industria del cemento portland de Ancap existiría. (...) Una industria que no tuvo inversiones durante 50 o 60 años, con pérdidas importantes, qué hubiera sido de esa industria, qué hubiera sido del papel de desarrollo que significa esto, una cadena totalmente integrada nacional desde la materia prima hasta su producto”.
Riet sostuvo que lo que ocurrió con Ancap —y antes con Antel— en Uruguay no sucedió en otros países, donde “se privatizaron totalmente las empresas públicas, se cambió su sentido, su propiedad, su función” y si no hubo resistencia ciudadana “es porque esas empresas públicas estaban muy desprestigiadas” y por “la corrupción” y “la ineficacia”. Según el jerarca “ya hay muchos que lloran por haber perdido sus empresas públicas”.
En primera fila estaba sentada la presidenta de Antel, Carolina Cosse. También asistió el director colorado de Ancap, Juan Máspoli, que era diputado del Partido Colorado cuando se votó la ley derogada. La mayor parte de los concurrentes eran funcionarios y sindicalistas de Ancap.
“No todos apoyaron”.
Ese día a las ocho de la noche el Partido Socialista organizó en su sede, la Casa del Pueblo, una charla donde varios dirigentes, como José Luis Blasina, Carlos Coitiño y Daniel Martínez, recordaron el referéndum. Los socialistas fueron uno de los grupos políticos que más protagonismo tuvieron en la campaña para derogar la ley de asociación de Ancap y el único que organizó una actividad para conmemorarlo.
El coordinador del PIT-CNT Marcelo Abdala dijo que el movimiento sindical no defendió a Ancap “para defender un statu quo de carácter burocrático” sino para “levantar el papel de Ancap en el desarrollo industrial y productivo del país”.
“Naturalmente que si no hubiéramos hecho eso tal vez hoy no hubiera planta desulfurizadora, tal vez hoy no hubiera Alur, tal vez hoy no hubiera la enorme locomotora que es hoy Ancap para pensar estrategias de desarrollo”, afirmó.
Artigas González recordó, no obstante, que “no todos los sectores del Frente Amplio apoyaron el plebiscito”.
“Lamentablemente tuvimos que tener debates en algunas instancias con compañeros que son frentistas, lo cual uno respeta, pero que tenían una posición privatizadora y nos confrontábamos duramente. (...) Hoy se acata por una cuestión de disciplina pero en realidad el compromiso fue de un grupo de compañeros muy importantes y valiosos (...). Y eso tenemos que decirlo (...) porque a veces se confunde y aparecen los subidos al carro y acá toda la izquierda defendió a Ancap... no toda la izquierda, queremos ser muy claritos”, dijo.
González adelantó que la campaña para aquel referéndum será rescatada del olvido por un libro que la Federación Ancap, el Directorio de la empresa y la Universidad de la República tienen el “compromiso” de escribir.
Desarrollo
2013-12-12T00:00:00
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