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    Hay bacterias resistentes a antibióticos en aguas de Montevideo

    Estudio detectó los genes de resistencia en playas y saneamiento; apuntan a extender el trabajo

    Mutan por azar, cambian, se adaptan para sobrevivir: así se comportan las bacterias y es natural que lo hagan. Pero estos cambios pueden convertirse en un problema para la salud. Pueden generar resistencias a los antibióticos que existen para tratar las infecciones tanto en humanos como en animales. La resistencia a los antibióticos es un problema en el mundo y un estudio al que accedió Búsqueda confirma que también lo es en Uruguay.

    Un grupo de investigación uruguayo terminó la primera etapa de una investigación única: estudiar las bacterias presentes en el saneamiento y las playas de todo Montevideo para identificar cuáles son y si tienen genes de resistencia a antibióticos. Concluyeron que hay bacterias resistentes a antibióticos.

    “En conclusión, las bacterias más peligrosas y con más potencial de ser resistentes a antibióticos están en el saneamiento”, dijo a Búsqueda el coordinador científico del proyecto, Gregorio Iraola, investigador adjunto de la Unidad de Bioinformática del Instituto Pasteur de Montevideo (IPM).

    Este trabajo, que analiza “la resistencia a antibióticos en los efluentes de una ciudad entera, no tiene precedentes”, es pionero en Sudamérica, destacó el investigador. Ejemplos similares son escasos en el mundo y hay uno reciente de París. Las técnicas aplicadas de genómica y metagenómica, basadas en el análisis (secuenciación) del ADN, y en bioinformática ponen a Uruguay a la vanguardia.

    Este jueves 22 el equipo de investigación que trabajó con fondos de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) y está integrado por el IPM, el Latu y la División de Saneamiento y el Servicio de Evaluación de la Calidad y Control Ambiental de la Intendencia de Montevideo dará a conocer resultados de este proyecto.

    Son resistentes.

    “La resistencia a antibióticos es la capacidad que tienen algunas bacterias de no ser afectadas o no morir ante la presencia de una sustancia antibiótica”, definió Iraola. La bacteria sigue cumpliendo su función normalmente.

    “Es casi un drama a escala mundial. Las bacterias tienen la capacidad de fácilmente adquirir resistencia a antibióticos cuando estos son usados en forma desmedida. Se genera una presión, una selección de aquellas variantes que naturalmente ocurren y que finalmente resultan resistentes” y las que no lo son, mueren, agregó Iraola.

    El uso excesivo de antibióticos por parte de los humanos y animales de producción hace que exista “presión constante y que favorezca que las bacterias resistentes predominen”.

    “La velocidad con la cual se generan los nuevos antibióticos es mucho menor a la velocidad con la que se generan nuevas bacterias resistentes”, indicó Iraola. De hecho, hoy hay bacterias resistentes a todos los antibióticos existentes que se le puedan administrar a una persona de forma segura. “A algunas bacterias no hay forma de combatirlas. Hay que prevenir que se generen”, explicó.

    ¿Cómo evitarlo? Con el uso racional de antibióticos. “Pero primero hay que saber cuál es la realidad que tenemos acá, caracterizar a las bacterias. Y en ese paso estamos hoy”, para luego poder usar esa información en estrategias de prevención y control, detalló Iraola.

    Esta tecnología se podría aplicar para conocer si las bacterias que enferman a la población uruguaya tienen genes de resistencia y para estudiar cuáles son las que afectan al sector agropecuario, de la industria cárnica, avícola e incluso de los efluentes de un frigorífico. A esto apunta el grupo de trabajo, a generar información “concreta para la sociedad”, aseguró Iraola. El proyecto tuvo un presupuesto que rondó los 100.000 dólares, pero la puesta en marcha de esta forma de trabajo es lo que se llevó gran parte del costo y ahora poder continuar con estudios similares sería mucho más económico.

    En Montevideo.

    A través del agua se transmiten muchas enfermedades, por ejemplo, al ingerir alimentos que estuvieron en contacto con agua contaminada. Las aguas urbanas, de saneamiento y playa, están expuestas a la contaminación. Las personas excretan las bacterias en la orina y materia fecal. Por este motivo el estudio analizó toda la comunidad de bacterias presentes en el saneamiento y playas de la ciudad de Montevideo y detectó aquellas que tienen genes de resistencia a antibióticos. Los investigadores tomaron muestras de 20 puntos en playas y salidas de aguas de saneamiento a lo largo de Montevideo, desde la playa de Punta Espinillo, próxima a San José, hasta Carrasco. Harán más muestreos próximamente en 30 puntos y en diferentes épocas del año.

    “Encontramos que en la ciudad de Montevideo hay abundancia y diversidad de genes de resistencia a antibióticos en agua de saneamiento y que son mucho mayores que los presentes en agua de playa”, comunicó Iraola. De hecho, las comunidades de microorganismos de la playa resultaron ser diferentes a las de saneamiento. Allí hay menos genes de resistencia en bacterias y la diversidad es menor y esto es positivo.

    “Ahora sabemos que hay determinantes de resistencia que solamente están en bacterias presentes en el saneamiento”, detalló.

    Algunas de estas bacterias son: Klebsiella, Acinetobacter y Enterobacter. Las más abundantes en saneamiento fueron las enterobacterias, que son las conocidas por causar infecciones gastrointestinales. Las bacterias encontradas tienen una gran abundancia de mecanismos de resistencia al grupo de antibióticos conocidos como aminoglúcidos (como la gentamicina o la kanamicina), que se suelen usar para tratar infecciones, y también a los betalactámicos, una amplia clase de antibióticos entre los que están los carbapenems, habitualmente utilizados en casos de complicadas infecciones bacterianas.

    Riesgo para la salud.

    Haber encontrado estas bacterias es el primer paso. Ahora los investigadores buscarán ver si los médicos las encuentran en la clínica, si están enfermando a la población. El equipo de investigación está en busca de acuerdos con instituciones de salud interesadas en estudiarlo. “Tenemos que dar un paso más para demostrar que esos riesgos se transforman en casos reales, en infecciones reales que están afectando a las personas”, destacó Iraola.

    Además, las infecciones hospitalarias que se dan dentro de los centros de salud son un problema. Estudiarlas con estas técnicas podría permitir identificar en detalle cuáles son las bacterias que están afectando a los pacientes que allí se internan. Asimismo, se podría estudiar si los efluentes de los hospitales tienen el adecuado tratamiento al analizar las aguas que se desechan de los centros de salud y ver si están liberando, además, estas bacterias resistentes.

    “Las instituciones de salud públicas y privadas pueden favorecerse de esta información y les podría interesar para tomar decisiones”, destacó.

    Salud, Ciencia y Ambiente
    2018-03-22T00:00:00