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    “A Mujica le grité que había foul, penal, y le paramos el partido”, dice Carlos Camy sobre su gestión en el directorio de Ancap

    “Desde la firma de un contrato hasta decisiones estratégicas, en la mayoría de los casos las resoluciones las asumía el ex presidente de Ancap, Raúl Sendic” y “después pasaban por el directorio”, dice el ex director blanco

    Cuando a media mañana miró su celular tenía unas cuantas notificaciones, bastante más que las habituales. El senador blanco Carlos Camy no había prestado todavía atención a las noticias y se desayunó algo tarde con la información que saturaba la agenda matutina de ayer miércoles: su antiguo jefe en Ancap, el vicepresidente Raúl Sendic, no era el licenciado que decía ser. “No lo puedo creer”, repite antes de la entrevista con Búsqueda. Camy integró el directorio del ente petrolero entre julio de 2010 y febrero 2013. Durante ese período se produjeron la mayoría de las presuntas irregularidades investigadas por una comisión especial y que serán enviadas por la oposición a la Justicia. A Camy esto lo tiene sin cuidado. Dice que advirtió sobre la mala gestión, que se negó a votar varias resoluciones y propuso alternativas. También describe a un Sendic autoritario que dejaba con poco margen de acción al resto del directorio y que usó como regla resolver primero e informar después.

    Durante el debate sobre los informes de Ancap en el Senado, el ex presidente José Mujica cuestionó a la oposición por no haber controlado lo que ocurría en el ente. ¿Se dio por aludido?

    —Me sorprendió. Primero porque nosotros establecimos en actas los votos contrarios, establecimos alertas de lo que visualizamos podía significar errores en la gestión de Ancap. Y también porque fundamentalmente propusimos alternativas durante los 31 meses en los que estuvimos en la gestión de Ancap. Yo hablé antes que Mujica en la sesión y especifiqué esto con días concretos y números de acta, por eso también me sorprendió. Pero bueno, lo tomamos como parte de una respuesta política. Estamos muy tranquilos.

    Lo adjudica a una chicana política.

    —Cuando el 4 de agosto se aprobó la conformación de la comisión investigadora, claramente dijimos que era de nuestro interés poder participar, ser convocados para dar nuestra visión de lo que hicimos en esos 31 meses de los 180 que implicaba el período a estudiar por la investigadora. La comisión no resolvió convocarnos y utilizamos la sesión del Senado para dar la cara y decir claramente con seriedad, con actas, con cosas comprobables, qué actitud habíamos asumido. Pero bueno, el senador Mujica dice que no le gritamos foul: yo le grité foul, penal, le paramos el partido más de una vez y le mostramos la reiteración de la jugada.

    El senador Rafael Michelini dijo en la sesión que le llamaba la atención que no lo hubieran citado a usted a declarar en la investigadora. ¿Por qué cree que no lo citaron?

    —En la comisión la mayoría de los miembros eran del Frente Amplio. Por tanto no sé por qué no me convocaron. Michelini tendría que consultarlos a ellos.

    ¿En cuáles de las cuestiones investigadas hubo una oposición férrea suya, cuándo hizo sonar alarmas?

    —En el tema financiero yo advertí dos aspectos. Primero, que Ancap tenía su principal fuente de financiamiento con quien era el principal proveedor: PDVSA. Eso me significaba una alerta y por tanto tomé la determinación no solo de no aprobar la renovación de los acuerdos marco, también la decisión de no acompañar la compra de ni un solo embarque de petróleo a Venezuela, que es parte del endeudamiento que tiene Ancap. Lo otro fue el endeudamiento a corto plazo en dólares a tasa variable, cuando el ingreso de Ancap es en pesos.

    ¿Ahí también alertó?

    —Ahí también hicimos alerta. Y fundamentalmente no acompañamos por esa razón, en innumerable cantidad de veces, distintas operativas. Fuimos señalando y no acompañando esa decisión en lo que tiene que ver con los aspectos financieros. El tema de Pluna fue un tema que también alertamos apenas ingresamos. A los 15 días de ingresar hicimos un pedido de informes de las deudas que Pluna tenía con Ancap. Y en función del trabajo que hicimos terminamos denunciando la situación originada con los cheques aceptados fuera de plazo. Y también voté en contra la renovación del crédito a Pluna, que significó perder 5 millones de dólares más. Aun cuando en el directorio de Ancap recibimos una carta del entonces ministro de Economía, Fernando Lorenzo, donde señalaba que el Estado iba a respaldar la situación de Pluna. Pese a eso, en solitario, no acompañamos y el tiempo nos terminó dando la razón. El tema de Trafigura fue otro que nos preocupó mucho y nos generó sorpresa. Ancap se involucraba en un tema de intermediación que nunca antes había realizado y sometía el prestigio de la empresa a nivel internacional. En dos oportunidades, en el plazo de un año, hicimos planteamientos muy duros hasta que finalmente optamos por denunciar el contrato. En todo el tema del portland y Cementos del Plata tampoco acompañamos. Por tanto tuvimos una actitud de alerta y también de proponer alternativas, propuestas concretas de mejora en la gestión.

    ¿De los temas que la oposición enviará a la Justicia, hubo alguno que sospechó podía tener visos de ilicitud?

    —En el plazo que yo ejercí no todos los hechos que se están planteando generaron las sospechas que después llevaron a denunciar. En lo que tiene que ver con presuntos delitos prefiero no opinar porque tiene que opinar la Justicia.

    A medida que se iba desarrollando la investigadora y fueron saliendo cosas a la luz, ¿hubo cuestiones que lo sorprendieron?

    —No, yo en el Senado planteé algunos hechos que fueron claves y determinantes. A mí me parece que fue un grueso error que Ancap haya asumido la decisión de eliminar el cargo de gerente general. Una empresa del porte que tiene Ancap no puede pensarse sin una gestión de un gerente general. La sustitución del gerente por un comité de dirección no me pareció acertado. El presidente de Ancap es a la vez presidente y gerente. Y mientras Sendic fue presidente desnaturalizó el artículo siete del funcionamiento de Ancap, que es el que le atribuye al presidente del directorio la potestad de asumir decisiones y que estas después se trasladen al directorio para ser homologadas. El criterio de esta potestad es para usarla como excepción. O por lo menos no como regla.

    ¿Sendic la usó como regla?

    —Las resoluciones, en la mayoría de los casos, las asumía el presidente de Ancap, las tomaba él, las definía: desde la firma de un contrato hasta decisiones estratégicas. Y después iban a tratamiento en el directorio.

    Cuando ya no había nada más para hacer.

    —Cuando muchas veces no había mucho para hacer.

    ¿Cree que este tipo de situaciones no fueron bien comunicadas por usted, no a su partido, sino a la población como para no quedar como cómplice de una mala gestión?

    —Nosotros asumimos el 5 de julio del 2010. Y en la primera sesión, el 15, hicimos un pedido de informes sobre la deuda con PDVSA. La sesión siguiente lo hicimos sobre Pluna. O sea que inmediatamente marcamos posición en temas que nos preocupaban, dos precisamente de los que se investigaron. Y a partir de ahí votamos en contra y generamos los planteamientos correspondientes. El 6 de setiembre de 2010, a dos meses de haber asumido, concurrimos al directorio del Partido Nacional a dar cuenta de estos temas y del plan estratégico de Ancap, que cuando asumimos ya había sido votado y había sido votado en el anterior período. Hicimos lo que podíamos hacer y lo que teníamos que hacer.

    Recién dijo que el modo de manejarse de Sendic era, si se quiere, un tanto autoritario. ¿No llamó la atención sobre eso?

    —Nosotros en el directorio lo planteamos en más de una oportunidad. Dijimos que no votábamos algo porque nos había llegado el mismo día de la sesión. O porque era la ratificación que se proponía de algo ya definido por resolución presidencial. Era la forma de gestionar de parte de la mayoría, ejercía un poder legítimo.

    ¿Cree que hubo corrupción en Ancap en el período en el que usted integró el directorio?

    —En los 31 meses que yo estuve no puedo señalar que hubo eso.

    ¿Mala gestión?

    —Y a la luz de los resultados surge claramente que no se gestionó bien.

    ¿Cómo era su relación con Sendic?

    —Una relación amable…

    ¿No sintió que él y otros directores lo excluían, que le “jopeaban“ información?

    —Yo soy muy frontal. En más de una oportunidad que planteé esto con frontalidad y franqueza, la decisión que se tomaba era la de convocar al comité de dirección o a los gerentes al directorio. Hay algunas actas donde planteamos que los gerentes debían informar, al tiempo que al presidente y al oficialismo, a los representantes de la oposición. Obviamente que no los podíamos obligar, cada uno utiliza el rol que ocupa como entiende.

    El senador Ernesto Agazzi se preguntó en el Parlamento “para qué sirve tener directores de la oposición en los entes si después van a decir que se fundió, que la empresa no sirve para nada, que está quebrada”. ¿Para qué sirve?

    —Y sirve para controlar. Porque tal vez si en el gobierno, en vez de creer que los directores de la oposición no sirven para nada, hubieran leído las actas y hubieran prestado atención a lo que advertíamos, tal vez hubiera servido para cambiar el rumbo.

    Información Nacional
    2016-02-25T00:00:00