N° 1917 - 11 al 17 de Mayo de 2017
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acá“La plata no alcanza”. Frase que se repite en prácticamente todos los hogares. Para acallarla, surge siempre la misma idea: aumentar los salarios. Pero pocos se dan cuenta de que si aumentan los salarios, eso presiona los precios al alza, genera inflación y en pocos meses volvemos a escuchar nuevamente: “La plata no alcanza”.
¿Pero qué pasaría si intentamos otra solución, basada en un paradigma diametralmente opuesto: en vez de aumentar los salarios, bajar los costos y los impuestos?
Comencemos por la nafta. Cuesta $ 45,90 al consumidor, pero Ancap acaba de importar gasolina a menos de $ 15 el litro, la cual podría venderse a $ 20 sin problemas. Con el combustible a esos precios, baja el precio del boleto y se acaba su subsidio. Además, baja el precio de los fletes y por ende, de casi todos los productos que deben trasladarse de las fábricas al punto de venta. Y también bajan los costos de los procesos industriales que utilizan energía en su producción.
Si bajan los impuestos, el impacto sería similar. En estos momentos Apple tiene cerca 250.000 millones de dólares en efectivo fuera de Estados Unidos (esto es cinco veces el PBI de Uruguay, es decir: ¡cinco años de producción y trabajo de todos los uruguayos!). Pero Apple no los “repatria” porque el “Tío Sam” se quiere quedar con el 35% de ese dinero. Por eso el presidente Donald Trump está proponiendo bajar ese impuesto al 15%, tal como rige en Irlanda, donde Google (que maneja una cifra similar) tiene registrada su empresa y su algoritmo famoso.
Sin embargo, el PIT-CNT propone lo contrario: aumentar los impuestos, en especial “al gran capital”. Pero si hacen esto, por ejemplo, la empresa UPM no va poner un centavo para construir una tercera fábrica de celulosa. Y si no pone ese dinero, no se crean empleos. Si no se crean empleos, el PIT-CNT se queda sin socios.
Las personas en realidad no queremos ganar “más dinero”; lo que queremos es que podamos comprar más cosas con el mismo dinero que tenemos hoy. Es lo que nos sucede cuando alguien viaja a Estados Unidos y compra ropa, tecnología o automotores a la mitad de precio.
Para tener precios bajos de manera sustentable es necesario fomentar la competencia y la eficiencia. Y esto en Uruguay solo se lograría si se termina con las empresas públicas; se reduce el peso del Estado despidiendo al 50% de los empleados públicos; se libera el mercado laboral (derogando leyes que terminan siendo perjudiciales al trabajador); si nos salimos del Mercosur y suscribimos acuerdos de libre comercio con países de primera y si bajamos los impuestos al mínimo: IVA al 10% (en vez del 22%), IRAE al 10% (en vez del 25%) y el IRPF al 10% (pero pudiendo deducir todos los gastos para que sea un verdadero impuesto a la renta y no a los ingresos).
Si así fuera, los alquileres serían más baratos, los gastos mensuales también (luz, agua, teléfono), la ropa, la comida y los servicios. Todo sería más barato y no dependeríamos tanto del Estado ni de los políticos, para llevar una existencia sin sobresaltos.
Y seguramente se volvería a escuchar: “¡Este mes la plata sí me alcanza!”.