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“El grado inversor no es un tecnicismo financiero, algo que solo miran los economistas o un capricho de este gobierno; tiene consecuencias directas (…) en la economía real, particularmente en la inversión, a través de la inversión extranjera directa y el costo de acceso al crédito bancario. Es bueno destacar en ese sentido (...) que recientemente Naciones Unidas compartió el dato de que la inversión extranjera directa creció un 43% el año pasado en Uruguay, mientras que en otros países de América Latina bajaba”, destacó la ministra Azucena Arbeleche, durante la interpelación conjunta con su par de Salud Pública por la gestión de la crisis del Covid-19, en julio pasado.
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El dato referido por esa jerarca proviene del Reporte de Inversión Mundial 2021, difundido pocas semanas antes por la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y Desarrollo (Unctad, por su sigla en inglés) y destacado en un comunicado por el Ministerio de Economía (MEF) bajo el título Inversión extranjera directa creció en Uruguay 43% en 2020; en América del Sur cayó 54%. El gubernamental Instituto Uruguay XXI replicó la noticia, citando pasajes del informe que aluden al “dinamismo de la industria tecnológica” y la implementación de “incrementos en varios beneficios fiscales otorgados a proyectos elegibles bajo el régimen de promoción de inversiones” en el país.
Por su lado, el jueves 6, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) informó un dato de signo contrario —una caída— al reportado por la Unctad; en este caso, no hubo comentarios al respecto desde el gobierno.
¿Qué ocurrió, entonces, con la inversión foránea en Uruguay el año pasado? Si bien resulta confuso, lo cierto es que pasó lo dicho por ambos organismos de Naciones Unidas, básicamente porque la información refiere a conceptos distintos.
Manual de datos
Usualmente identificada con la sigla IED, este tipo de inversión refiere a aquellos capitales que llegan a un país con propósitos económicos o empresariales duraderos. El inversor —o inversionista— directo puede ser una persona física, un grupo de individuos relacionados, una empresa no residente, un gobierno extranjero, un fondo de inversión u otras figuras. Así como Uruguay es receptor de IED, residentes en el territorio uruguayo también pueden invertir con propósitos productivos en el exterior; se trata de un flujo en dos sentidos.
Las estadísticas informadas por la Unctad en julio cuantificaron la entrada de capitales extranjeros a Uruguay en US$ 2.630 millones en 2020; el año anterior habían llegado US$ 1.837 millones. De allí el aumento interanual de 43%.
La Cepal, en tanto, informó que las “entradas” de IED al país el año pasado fueron por US$ 614 millones. Eso es 53% menos comparado con los US$ 1.307 millones de 2019 y el peor dato desde 2016 (cuando hubo desinversión extranjera); fue por las cifras negativas en la reinversión de utilidades y, en mayor magnitud, en los movimientos de capitales por préstamos entre empresas. Y sobre la base de “cifras y estimaciones oficiales al 27 de julio de 2021”, situó el stock —“acervo”— de IED en Uruguay en US$ 51.800 millones.
En los párrafos referidos a Uruguay en su informe, la Cepal mencionó como inversiones destacadas la de dos empresas canadienses. Boreal, que inauguró una planta de procesamiento de cáñamo medicinal (en torno a US$ 28 millones), y el grupo Constellation Software, que adquirió Infocorp, especializada en servicios financieros y una de “las mayores empresas de tecnología del país”. También destacó al “unicornio” uruguayo dLocal y su cotización en la bolsa de Nasdaq desde este año, como un reflejo de las “oportunidades de internacionalización que brinda la expansión de la economía digital”.
De acuerdo al Sexto Manual de la Balanza de Pagos elaborado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y adoptado por el Banco Central del Uruguay (BCU) y sus pares, los datos de la IED se pueden presentar de dos formas.
Por un lado, teniendo en cuenta simplemente el concepto de activo/pasivo; la información de la Cepal se apega a este criterio de presentación e informa las cifras de IED pasivas (que engloba todos los pasivos que la empresa residente tiene con su casa matriz, empresas emparentadas o subsidiarias), aclaró el BCU ante una consulta de Búsqueda.
Con este enfoque de activo/pasivo, la economía compiladora declara para cada unidad residente todos los derechos y obligaciones financieros de IED que tenga frente a la casa matriz, empresas emparentadas o subsidiarias no residentes. Para eso, se utiliza los datos en el balance que muestra para cada una de ellas, los activos y pasivos brutos (en el caso de las posiciones), y activos y pasivos netos (para las transacciones). La información presentada con este criterio no incorpora ninguna compensación por las transacciones o posiciones mutuas o cruzadas, que pudieran tener lugar entre las empresas de inversión directa y sus inversores directos o entre empresas emparentadas.
El segundo criterio, usado por la Unctad para su informe, refleja la dirección o el sentido de la influencia que subyace a la inversión directa (de acuerdo con el principio “direccional”). Bajo este enfoque, la inversión directa en el país comprende los activos y pasivos de los inversionistas directos y de las empresas emparentadas del resto del mundo con las empresas de inversión directa residentes en Uruguay. Mientras, la inversión directa en el extranjero abarca los activos y pasivos de los inversionistas directos residentes de Uruguay con sus compañías en el exterior, es decir, es la inversión directa en el exterior por parte de residentes. Este criterio de presentación de la información puede resultar particularmente útil para una economía con sumas elevadas de fondos en tránsito u operaciones de ida y vuelta, porque los grandes flujos de inversión que entran y salen tal vez no sean el principal interés a los efectos del análisis.
En su reporte, la Unctad informó una salida de US$ 17 millones en flujos de inversión desde Uruguay al exterior en 2020.
En el caso del BCU, la IED es presentada de acuerdo al criterio de activos/pasivos y los datos están organizados conforme a si una inversión se relaciona con un activo o con un pasivo. Asimismo, en la publicación de la Encuesta Coordinada de la IED, informa la inversión extranjera en el país, abiertos por origen y rubro de actividad. El organismo aseguró a Búsqueda que a fines de setiembre divulgará las estadísticas correspondientes a 2020.