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El Covid-19 y las medidas para contener su expansión golpearon a las economías de los países socios del Mercosur. Con ese marco, en la última reunión del Grupo de Asuntos Presupuestales (GAP) del bloque, las delegaciones “coincidieron en su preocupación respecto a la situación generada por la pandemia (…) en las finanzas de los Estados Partes y la necesidad de monitorear la ejecución presupuestal acorde a las restricciones imperantes”.
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En ese sentido, el GAP resolvió sugerir al Grupo Mercado Común que los gastos en que incurran los órganos de la estructura institucional del bloque, así como los proyectos específicos que lleven adelante estos, “se realicen en un marco de austeridad, de acuerdo al carácter de urgencia, priorizando aquellos vinculados al pago de salarios o a los que resulten imprescindibles para su funcionamiento”.
La llegada del Covid-19 afectó los trabajos de auditoría en la Secretaría del Mercosur (SM), que fueron interrumpidos. Por eso, en la reunión ese órgano presentó una versión preliminar de la ejecución presupuestal al cierre de 2019: alcanzó al 78% del dinero aprobado. “Teniendo en cuenta la situación financiera actual” de la SM, el GAP recomendó autorizarla a hacer un uso mayor de los excedentes financieros en “a efectos de solventar gastos a partir de junio, en tanto no se realicen nuevos aportes” de los países socios, se indica en el acta de la reunión.
Las contribuciones a algunos de los órganos permanentes del Mercosur tienen atrasos. Por ejemplo, Argentina pagó en enero pasado US$ 104.164 correspondientes a 2017 y parte de 2018, además de otros US$ 214.982 que completan los aportes de ese último año y parcialmente los de 2019.
El presupuesto de la SM para el ejercicio de 2020, aprobado en noviembre pasado, contempló ingresos por US$ 3,3 millones en total, que surgirían de aportes de US$ 836.788 de cada uno de los socios fundadores del bloque (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay). Además, se podría usar algo más de medio millón de dólares en excedentes de años anteriores.
Los gastos previstos por esa secretaría para este año rondan US$ 3,9 millones, la mayor parte (casi US$ 3 millones) en remuneraciones y otros rubros relacionados con el personal.
Desde que estalló la pandemia, las reuniones de los diversos órganos, grupos de trabajo y comités del Mercosur pasaron a hacerse de manera remota. Incluso la última cumbre de mandatario, efectuada en julio, se desarrolló bajo un formato virtual. Esto supone ahorros para los gobiernos en cuanto a los gastos en viajes y estadías de sus delegaciones.