—A partir del 13 de marzo se hizo poca cosa a nivel del deporte. Lo que hicimos fue poner todas nuestras infraestructuras al servicio del Ministerio de Desarrollo Social y del Ministerio de Salud Pública. Muchas plazas deportivas se utilizaron como centros de vacunación para no acumular gente en los hospitales, también habilitamos el estadio Charrúa y plazas de deportes donde se llevó a gente con problemas de adicción. Recién después de Semana Santa pudimos comenzar la relación con las 64 federaciones de deporte, conociendo en primer lugar la realidad de esta pandemia y la situación en la cual estaban y qué podíamos hacer para ayudarlos. No hay que olvidar que cada federación tiene diferentes disciplinas y no tienen los mismos protocolos.
—El foco público estuvo y está puesto en el retorno del fútbol profesional. ¿Cree que hubo una presión excesiva para que se produzca esa vuelta?
—Te puedo asegurar que en el básquetbol también hay mucha presión y mucha preocupación porque tiene las dos puntas del problema: el contacto y canchas cerradas. Pero nuestra prioridad es la salud y el gobierno tiene espalda para tomar sus decisiones porque ha hecho las cosas bien. La misma presión que exigió el fútbol la pudo exigir un salón de fiesta, una iglesia o un shopping. Los expertos del gobierno son los que van manejando el tema. Yo sé que muchas de estas cosas son motores de la economía y que hay que recuperarlas, pero los que deciden son los que están en la Torre Ejecutiva. Y la decisión no va por las presiones, porque si fuera por eso estaría todo abierto.
—Que Uruguay tenga hasta el momento buenos resultados en el control del Covid-19, ¿puede ser aprovechado desde el lado deportivo?
—Sí, nosotros estamos trabajando en silencio en la organización de eventos deportivos importantes. Ojalá se puedan realizar este año o a más tardar el próximo. Que estos eventos traigan gente para que conozcan el Uruguay sería muy bueno.
—¿La final de la Copa Libertadores 2020, por ejemplo?
—De todo un poco. Desde fútbol, pasando por rugby, hasta automovilismo. Hoy Uruguay está pensando en organizar ciertos eventos porque otros países están en situaciones que no los pueden plantear. Organizaciones internacionales se han puesto en contacto y estamos trabajando en eso.
—¿Presidencia sigue con la idea de crear un Ministerio de Deportes?
—Con la situación económica en la cual está el país, este primer año va a ser muy difícil de llevar adelante. Ojalá que antes de que termine esta legislatura salga y que el deporte tenga un ministerio independiente, sin aumentar el presupuesto y con el mismo personal que tiene. También está bueno para transparentar todo lo que son los gastos que tiene esta secretaría. Tenemos casi 750 empleados y 114 plazas de deportes. Para el trabajo de gestión que tenemos que llevar adelante nos serviría muchísimo tener una independencia que ahora no tenemos.
—El presidente ordenó una reducción de costos en todos los organismos, ¿A ustedes también se los ha pedido?
—Por supuesto. El problema es que cuando nosotros ingresamos a la secretaría ya el 70% del funcionamiento estaba comprometido en el presupuesto, por lo cual en el funcionamiento no podemos hacer casi nada. Entonces este año recortamos inversiones.
—¿Esas inversiones suponen quitar apoyo a deportistas amateurs?
—No, eso se mantendrá, e incluso tenemos la idea de tener un canal de televisión para potenciar los deportes menores más allá del apoyo a sus deportistas referentes. Para eso estamos trabajando con Canal 5 con la idea de un canal dedicado exclusivamente a eso, porque mostrando surf, mostrando deportes ecuestres, estás mostrando también turismo. Además nosotros queremos analizar los sponsors que estén apoyando a los atletas, queremos hacer rendir la plata que se utiliza para ayudar económicamente a los atletas. Por ejemplo, la marca Inac en el auto de Santiago Urrutia: para el estadounidense que la ve, ¿qué es Inac? El mensaje de que es carne uruguaya tiene que ser mucho más directo. Que el Banco de Seguros del Estado apoye a Urrutia está perfecto, pero que lo haga en una carrera que se ve en Estados Unidos no tiene mucho sentido.
—¿También se mantendrán programas símbolo de la secretaría, creados durante el gobierno de Tabaré Vázquez, como Gol al Futuro y KO a las Drogas?
— Sí, sí… incluso queremos ampliar ciertos programas. Queremos utilizar la estructura de baby fútbol de la Organización Nacional de Fútbol Infantil para crear una organización nacional del deporte infantil. Tenemos 60.000 niños que todos los fines de semana juegan al baby fútbol y solamente un 1% llega a tener un contrato profesional. El resto de los chicos quedan en el camino y muchas veces esos chicos, al no aprender otra disciplina, tienen la sensación de que han fracasado a nivel deportivo. No tienen la posibilidad de aprender otro deporte. Por eso la intención a escala nacional es tener otros tipos de deportes grupales para que los chicos que no se enganchan al fútbol aprendan otras disciplinas. La idea es hacer acuerdos con las federaciones para que las escuelas tengan lugares para enseñar otras disciplinas grupales.
—¿Hay dinero para eso?
—Lo que queremos nosotros es tener una devolución de las federaciones. Por ejemplo, en el básquetbol queremos que parte del dinero que le damos se apueste a la enseñanza del básquetbol en las escuelas. Sin aumentar el gasto, les estamos pidiendo a las federaciones que nos den una mano.
—Más allá de lo estrictamente deportivo, hay un tema como la corrupción ya instalada en el fútbol profesional. ¿Cómo se combate?
—El año pasado se votó la Ley Nacional de Deporte, lo que le permite a la Secretaria Nacional del Deporte jugar un papel más importante del que jugaba antes. Es decir, la policía administrativa la vamos a compartir con el Ministerio de Educación y Cultura. Hubo varias intervenciones de federaciones por temas de estatutos y las va a seguir habiendo. Soy un convencido de que en cualquier cargo no puede haber dirigentes que estén mucho tiempo porque piensan que no los saca nadie, que nadie los va a investigar y los ejemplos están en el fútbol internacional, donde los presidentes de la Conmebol y la FIFA cambiaban los estatutos para seguir y eso trajo muchos problemas. Pero una cosa es el fútbol, donde puede haber elecciones y lucha electoral, que otras federaciones donde no hay nadie para trabajar y, sin embargo, se pide cada dos años que cambien las autoridades. Hay que conocer cada federación para ver hasta dónde podés apretar el acelerador.
—¿La mayor preocupación es el fútbol?
—A nivel de las federaciones, los dirigentes de los deportes son gente que trabaja honestamente. Por suerte, la mayoría de los dirigentes son honestos, lo observo ahora que estoy en contacto con federaciones menores y noto el esfuerzo brutal que hacen para mantenerlas. El gran tema de la corrupción está donde están los grandes contratos de televisión, donde está el mundo donde se maneja mucha plata. Por eso se vio todo el escándalo de la FIFA.
—Hasta ahora las distintas gestiones de la Secretaría Nacional del Deporte, y por ende de distintos gobiernos, miraron de afuera las negociaciones en la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) de esos grandes contratos. ¿Este gobierno pretende tener un rol más activo?
—Nosotros vamos a respetar cada decisión de las federaciones, pero nuestra idea es apostar a que la plata vuelva a las federaciones, a los clubes y a los actores principales que son los jugadores. Creo que la nueva estructura de la AUF está dada para eso: para que la plata llegue realmente a donde tiene que llegar. En eso las federaciones van a encontrar un aliado cuando nos llamen.
—¿Por ejemplo, en qué situaciones?
—Está la famosa “ley de medios”, que ya pedimos una reunión con la Comisión de Diputados porque con el presidente de la AUF tenemos línea directa y sabemos cuáles son los problemas que puede traer aparejada la “ley de medios” a la AUF. Acá tenemos que tener bien claro que el principal ingreso de la AUF es la venta de los derechos de televisión, por lo tanto esa venta se tiene que respetar porque si no, el fútbol deja de existir. El proceso de selecciones, que para nosotros es un orgullo, no se mantiene si no ingresan derechos de televisión. Hay que regular bien hasta dónde se puede meter la “ley de medios” en la venta de los derechos de la AUF. Es muy fácil decir que todos los partidos de Uruguay tienen que ser en televisión abierta, pero cuando le exigimos a la AUF que tenga un proceso de selecciones serio necesitás un ingreso. En eso no nos vamos a poner el balde.
—En 2006 Héctor Lescano, como ministro de Deporte, afirmó que era necesario “agua, jabón y cepillo de alambre” para transparentar los manejos de la AUF. ¿Todavía hace falta ese cepillo?
—A nivel de la AUF hubo cambios y hay mayores controles. La nueva estructura ha ayudado muchísimo porque están representados los jugadores, que antes no estaban. Además, el Congreso de la AUF es mayor, entonces la votación para los temas más importantes es más democrática. Están integrados los jueces, los técnicos, los jugadores y el fútbol del interior. Todos esos controles van a ayudar a que sea mucho más transparente la gestión.
—¿Pero queda mugre por sacar?
—La venta de los derechos de televisión es el gran tema donde la sombra tiene que ser lo más transparente posible. La experiencia que llevamos nosotros cuando presidí la AUF (2009-2014) fue positiva: tercerizamos la venta de los derechos por medio de una consultora donde se vio, paso a paso, qué ofertas había, las famosas licitaciones, los llamados a precios… Ese es el camino. Ahí está el gran tema y es donde hay que prestar más atención.
—Francisco Casal es aún uno de los actores fundamentales del fútbol uruguayo. ¿Ha mantenido contacto con él?
—Desde que me fui de la AUF nunca más tuve contacto con él ni con nadie de la empresa.
—¿Le recomendaría a Luis Lacalle Pou que se acerque a Casal, como hizo José Mujica en su período presidencial?
—Los contratos de privados los tienen que manejar los privados y el Estado no se tiene que meter. El Estado lo que tiene que hacer es que nadie salga perjudicado en un negocio de privados. El presidente no se tiene que meter en contratos de privados. Ni ayuda para un lado ni para el otro, como pasó anteriormente. Estoy en contra de que el Estado se meta.
—¿La lista de admisión es la solución definitiva para erradicar la violencia en el deporte?
—En el mundo entero pasa por ahí. Por suerte, lo propuesto ahora por la secretaría en la LUC fue votado por todos los partidos políticos en el Parlamento: seguimos respetando que el derecho de admisión es del que organiza el evento, lo nuevo es que el derecho de exclusión lo puede llevar adelante tanto el que organiza el evento como el Ministerio del Interior, que si ve desde afuera que en un estadio hay problemas, directamente entra para sacar a los revoltosos. Eso va a llevar a que el Ministerio del Interior esté más cerca de los espectáculos y a que podamos bajar los costos de seguridad de los eventos. No queremos perder lo que se ganó en cuanto a la seguridad en los espectáculos deportivos, pero sí bajar los costos. Además, queremos ampliar la lista de admisión.
—¿Para incluir a quiénes?
—Tenemos que sacar a los violentos de la cancha. Volver en etapas a lo que era el fútbol de antes. El violento no tiene que entrar a ningún espectáculo deportivo y no solamente el violento a nivel de deportes, tampoco el violento que tiene antecedentes de violencia de género tiene que entrar. Hay que marcar más eso.
Contratapa
2020-07-02T00:00:00
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