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    “No podés tener 20 años toda la vida”

    Montevideo Rock y Montevideo Tropical conviven en la Rural

    Cuatro punkies veinteañeros tocan canciones apocalípticas y depresivas. La lluvia cae sobre Montevideo, Flores en mi tumba y La muerte elegante suenan en la Rural del Prado. Las luces comienzan a fallar, pero ellos no paran y siguen destilando rabia por vivir en una ciudad que a pesar de la apertura democrática, ven agonizante. El cantante ve cómo varios tipos “disfrazados de civil” tiran fuerte de los cables hasta que desenchufan todo. “Eran policías camuflados. Nos dejaron sin luz y después cortaron el sonido. Reinaba la confusión. Hacía frío y como había fogatas prendidas y no nos dejaban tocar, la gente se puso tan loca que volaron antorchas prendidas fuego para todos lados. Fue una locura, un signo de los tiempos violentos de los que veníamos. Hoy por suerte volvemos a vivir Montevideo Rock en un marco democrático”, dice Juan Casanova, alma mater de Los Traidores, quien, nobleza obliga, reconoce que la banda no estaba invitada.

    Venían de editar Montevideo agoniza, su primer disco, y estaban prohibidos en eventos oficiales por canciones como Buenos días presidente, Viviendo en Uruguay o la que daba nombre al disco: Uruguayos, la patria o la tumba/ con libertad o con gloria/ igual van a morir. “Estábamos en conflicto con la autoridad (ríe). No estábamos en la grilla pero no recuerdo bien cómo, subimos a tocar”. Hoy, con más de 50 años, es el principal mentor y curador de la nueva edición de Montevideo Rock, que tendrá lugar este viernes 1º y el sábado 2 en la Rural del Prado, donde actuarán las bandas más populares del país, como Buitres, La Vela Puerca, No Te Va Gustar, El Cuarteto de Nos, La Trampa y Peyote Asesino, emergentes como Alfonsina, Julen y la Gente Sola, y consolidados como Pecho e Fierro, Riki Musso, Hablan por la Espalda y Franny Glass. Además estará Rubén Rada, homenajeado como el gran frontman de la música uruguaya.

    Maratón de plena.

    La resurrección del viejo festival es una idea que Casanova y Sebastán Teysera (La Vela) le hicieron al intendente de Montevideo. “La verdad que encontramos un pilar en Daniel Martínez, quien comprendió de qué iba esto”. Traidores no está en la grilla pero sí Enlaces, el grupo que armó con Teysera, entre otros, que hará canciones de Los Tontos, Estómagos, Zero, Sumo y Legião Urbana, los protagonistas de la primera edición. La producción es íntegramente de la Intendencia de Montevideo, en el marco del ciclo Festivales por la Convivencia, y se completará el domingo 3 con Montevideo Tropical, que reunirá a 26 conjuntos y solistas en 10 horas. Según explicó a Búsqueda Christian Di Candia, secretario general de la IMM, la realización es posible gracias al superávit de las cuentas municipales en 2016. Detalló que la producción insumirá unos US$ 400.000, que “buena parte retornará por patrocinios, puestos gastronómicos y merchandising”, y que con la recaudación se financiará el programa Ciudad Segura para las Mujeres. Las 36.000 entradas ($ 300) para los dos días de rock se agotaron rápidamente; las de Montevideo Tropical se venden en la red Abitab, a ritmo más lento.

    ¿Dónde está el rock hoy? Algunos protagonistas de aquella edición, presentes en el lanzamiento, respondieron la pregunta. “Montevideo sigue agonizando y nosotros seguimos dando la pelea”, dice Casanova. “El rock sigue siendo un vehículo para contagiar ideas y reivindicar derechos. El concepto estético ha evolucionado mucho pero hoy sigo encontrando el rock en la actitud de los músicos, y sigue siendo una música muy popular en Uruguay”.

    Gabriel Peluffo tenía apenas 20 años cuando compartió camarines (los vestuarios del Parque Saroldi) con Fito Páez, la banda chilena Los Prisioneros y “un señor pelado, que me hizo OK con el pulgar y me dijo: ¡Los Estómagos! Era Luca Prodan y quedé paralizado”, recuerda el entonces cantante de Estómagos y luego de Buitres. “Subimos al escenario a las cuatro de la mañana y había 16.000 personas. Terminamos de tocar al amanecer. Fue impresionante, un sueño”. Peluffo recuerda cómo se pagaba el éxito entonces: “Estábamos muy cascoteados porque si bien estábamos en la cresta de la ola, nos daban mucho palo justamente por eso, igual que a Los Traidores y Los Tontos. ¡Por Cambalache nos acusaron de sacrilegio!”. Opina que hoy el rock “ha ido creciendo con sus intérpretes, en todos lados. Pasaron 30 años, no podés tener 20 años toda la vida. Hay rock en cualquier género que viene a romper. Hubo rock en el blues y en el tango. Pero el rock como rebeldía, espíritu contestatario y fenómeno de cambio lo tendrán que encontrar los más jóvenes”. Peluffo asegura que era falsa la oposición de rock y canto popular y recuerda que a los 17 escuchaba tango (acaba de lanzar De barro y asfalto) e iba a ver a Larbanois & Carrero. “Nunca me avergoncé de decir que iba a los tablados y que cuando quería que alguna chiquilina me diera bola íbamos en barra a los bailes del Éuskaro. Las orquestas de música tropical siempre tocaban en vivo, como se debe, y sonaban alucinante. Ahora creo que ha bajado el espíritu confrontativo a nivel popular. No hay movimientos que surjan desde la ruptura”.

    Además de tocar con su banda, Tabaré Rivero pasó los tres días en el Prado y fue uno de los refugiados debido a la lluvia torrencial que obligó a suspender el show de Paralamas. “Nadamos en el barrial y aguantamos horas en los galpones del ganado. Habíamos tocado de día y eso me tenía fastidiado. Me presenté al público con una túnica hasta los pies y dije una guarangada: ‘Tengo la túnica tan larga para taparme las bolas porque las tengo por el piso de pagar derecho de piso en estos festivales” (ríe). Ahora le parece bien que haya un festival para los rockeros y otro para los tropicales. “Creo que la música tropical es puro entretenimiento y el rock es, o debería ser, contracultura. Debería tener letras comprometidas, a favor o en contra de lo establecido. La música tropical es nada más que para mover las caderas, cosa que no está mal. Pero también lo podés hacer con un vals vienés”.

    Carlos Bocha Pintos, creador del grupo Bola 8 y director artístico de Montevideo Tropical junto a Fabián Fata Delgado, presente en la conferencia, rechazó los dichos de Rivero: “La música tropical no es solo entretenimiento, tiene una gran diversidad de ritmos y estilos. Antes se le decía cumbia despectivamente pero hoy se nos valora más. Preguntale a cualquier rockero que te toque un wawancó o un seis octavos y seguramente no sabe lo que es.

    Rivero se lamenta y en seguida se ríe: “Creo que el rock conserva más lo formal, lo estético y ha perdido bastante esa esencia contracultural. Es una contradicción, lo sé. Formo parte de una ideología que ya dejó de ser, la defendí con uñas y dientes y ahora me miro al espejo y le digo a mi mujer: ‘Che, he fracasado, he perdido la guerra’. Y también da para tomárselo un poco en broma, hay cosas peores”.

    Vida Cultural
    2017-11-30T00:00:00