• Cotizaciones
    lunes 17 de marzo de 2025

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
    $ Al año*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
    $ por 3 meses*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * A partir del cuarto mes por al mes. Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
    stopper description + stopper description

    Tu aporte contribuye a la Búsqueda de la verdad

    Suscribite ahora y obtené acceso ilimitado a los contenidos de Búsqueda y Galería.

    Suscribite a Búsqueda
    DESDE

    UYU

    299

    /mes*

    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá

    A los líderes blancos les falta “fútbol” y “Carnaval”; el partido se nutre de pueblo o “corre riesgo” de volverse “pituco”

    El intendente de Cerro Largo, Sergio Botana, se está reuniendo con un grupo de colegas de otros departamentos para impulsar una línea “popular” dentro del Partido Nacional

    No le importa que muchos lo tengan encasillado como un intendente demasiado permisivo con los motociclistas que se niegan a usar casco para no arruinar el encanto de un paseo corto por los alrededores de la plaza. Lo tiene sin cuidado. Invita a repasar las cifras de accidentes y muertes, dice que él se la juega a evitar los siniestros y que con lo que se pone realmente intolerante es con el exceso de velocidad. Hay algo que sí le preocupa al jefe comunal de Cerro Largo, Sergio Botana. Le preocupa que su Partido Nacional no conecte con el pueblo. Que sus dirigentes no estén en las tribunas mirando fútbol o en los tablados disfrutando del Carnaval. Que no paren a comer en un mediotanque con los obreros. Su preocupación, asegura, es compartida con algunos de sus colegas de otros departamentos. Y por eso se están reuniendo periódicamente para desarrollar e impulsar el concepto de “nacionalismo popular” dentro de los blancos. Dice que estos encuentros pueden terminar en alguna expresión electoral, en una nueva corriente nacionalista, pero aclara que todavía no es momento de pensar en eso. Tampoco habla de una candidatura presidencial, aunque no lo descarta con suficiente énfasis. Lo que sigue es un resumen de una entrevista telefónica de Botana con Búsqueda.

    , regenerado3

    —Desde hace un tiempo varios intendentes de Alianza Nacional se están reuniendo para discutir distintos temas políticos. ¿Se puede decir que está naciendo una corriente nueva dentro del Partido Nacional?

    —Yo no hablaría de corriente nueva por ahora. Hablaría de reuniones que lo que pretenden es analizar la vida del Partido Nacional, sus propuestas, y tratar de determinar algunas acciones con el objetivo de beneficiar la postulación de todo el partido. Y con un énfasis especial en el desarrollo de una línea de nacionalismo popular.

    —¿A qué se refiere con “nacionalismo popular”?

    —El gobierno de un país no es una cuestión abstracta: se gobiernan cosas y se gobiernan personas. Es imprescindible, por lo tanto, vivir la vida de todo lo que se quiere gobernar. En el tiempo de hoy no se puede gobernar sin ser. En alguna época había que saber lo que pensaba la gente; hoy hay que ser gente. Antes bastaba con analizar, relevar datos, encuestar. En este tiempo la política se ha vuelto mucho más intuitiva, el lenguaje político es menos estructurado, la gente no comprende el desarrollo de pensamientos abstractos. Ni los comprende ni está dispuesta a perder el tiempo en eso. Y lo intuitivo ha tomado todo ese espacio. Por lo cual nosotros necesitamos que quienes representan la vida popular, que se manifiesta en el fútbol, en el Carnaval, en la música, en la pintura, en el ciclismo, en todos los ámbitos, puedan tener los canales para dar sus ideas, que puedan tener acción política directa, y los partidos deben canalizar esa posibilidad.

    —¿Les está faltando empatía con lo popular a los líderes nacionalistas?

    —Nos parece que es una de las carencias que tenemos. Que nos estamos viendo poco en los partidos de fútbol como hinchas o en las tribunas del Carnaval disfrutando el contenido de las letras y las propuestas.

    —Los dirigentes blancos no bajan al pueblo, dice.

    —Los estamos viendo poco en esa permanente retroalimentación que tiene que tener el político. No decimos que nunca lo hayan hecho y que no sean gente que no tenga esas características. Pero cuando uno no va renovando esa vivencia popular y solo se dedica 100% del tiempo a la actividad política, lo que hace es alejarse de la realidad popular. Y nosotros no concebimos un partido alejado de la realidad popular. Eso es lo que queremos marcar. Nuestro partido se asienta en unos valores y en una filosofía que si no están nutridos de pueblo terminan comprometiendo la propia existencia del partido. Hay partidos que representan el interés de las corporaciones empresariales, hay otros que representan el interés de las corporaciones sindicales. El nuestro no representa otra cosa que el interés de los vocacionales que hacen las cosas por amor y quieren que el país funcione.

    —¿Esta falta de conexión con lo popular se la atribuye tanto a Luis Lacalle Pou como a Jorge Larrañaga?

    —Hoy no la estamos viendo. No decimos que les falte conexión, el tema es que la tengan todos los días. En algunas manifestaciones vemos que podría estar faltando.

    —En conversaciones informales usted ha dicho que el Partido Nacional corre el riesgo de transformarse en un partido “pituco”.

    —Es el riesgo que hay que evitar. El nuestro es un partido que históricamente ha sido el gran conquistador de derechos de este país, de las libertades individuales, de las libertades de los esclavos, del voto de la mujer. Nuestro partido es eso. Entonces no puede, jamás, más que identificado, no estar confundido en el ámbito del pueblo. Si el partido se “apituca” deja de ser lo que fue el nacionalismo popular que encarnaron Luis Alberto de Herrera y Wilson Ferreira. Pasa a ser otra cosa que nosotros no reconocemos.

    —Pero así como usted marca esto, también hay quienes le critican que en su afán de volverse popular, se vuelva frívolo. Por ejemplo, cuando convoca a los carnavales de Melo a algunas figuras de la farándula de Montevideo o de Argentina.

    —A los que dicen eso, que vengan. Porque las personas esas, todas las estrellas que vienen al Carnaval de Melo, no vienen como tales sino que vienen como personas. Cuando alguna de estas personas se ha puesto muy en difícil le hemos pedido que no venga. Y todas ellas han tenido un trato de nuestro pueblo que ha sido el de mayor educación. Y se van con la enorme alegría de haber participado en una fiesta en la que están en contacto con el pueblo. El que dice esas cosas es porque nunca vino.

    —¿Y usted dice que participando en este tipo de eventos se encarna el discurso de volverse pueblo?

    —Nosotros seguimos yendo a la misma silla de cada corso, a la misma tribuna para gritar los goles y enojarnos con el juez, a seguir el ciclismo directamente con la radio pegada al oído, a emocionarnos con el canto de nuestros coros, a mirar la danza popular, a disfrutar en las criollas, a llorar con un raid de caballos, a comer en un mediotanque junto a los trabajadores de la Intendencia. Esa es una linda suerte, la de poder gobernar y vivir a la vez.

    —Capaz que en Montevideo esto se vuelve más complejo…

    —Porque Montevideo ha perdido su vida barrial. El centralismo que ha afectado al país también ha afectado a Montevideo. Los municipios de Montevideo tienen poca aceptación popular porque no son la manifestación de un barrio en el que votan sus vecinos, son unos agrupamientos que uno no entiende ni siquiera cómo se hicieron. Todo el país evalúa muy bien a sus municipios, salvo en Montevideo, donde se los evalúa muy mal.

    —¿Cómo se pueden bajar a tierra estas preocupaciones que tienen los intendentes? ¿Cómo se pueden traducir en hechos concretos?

    —Nosotros sabemos que en una organización republicana democrática los postulados políticos se tienen que transformar en proyectos electorales para poder implementarse. Todavía no hemos ingresado en ese campo. Estamos bastante lejos. Todavía nos reúne esta alta preocupación. Después veremos si alguien aspira a algo o no.

    —¿Usted aspira a ser presidente?

    —Cuando uno gobierna al pueblo de uno, con esa linda cosa que tiene la vivencia de la Intendencia, disfrutando de esa magia de la vida del pueblo y la tarea de gobierno, uno no aspira a más. No hay cosa más alta para la vida de la persona que ser intendente de su pueblo. Las demás cosas ya son como parte de la política de lo abstracto…

    —Quiere decir que ya está cumplido con ser intendente.

    —Estamos todos cumplidos con eso. Lo que sí es cierto es que tenemos amor a nuestro partido y a nuestro país.

    —Entonces si las circunstancias lo dicen podría ser candidato.

    —Cualquiera podría. Pero no sabemos ni cuándo y ni siquiera si lo queremos. La gente está cada día más ajena a la política, y si los políticos nos vamos a empezar a preocupar del lugar en la lista antes de hacer las cosas… Sí tenemos que ir construyendo las cuestiones conceptuales, eso sí. Tenemos que conseguir que se vuelva a discutir en profundidad y con ánimo constructivo. Lo vemos en los políticos, que hablan con eslóganes, y en los periodistas, que muchas veces no se sientan a profundizar en los conceptos. Hay que oírse y escucharse.

    —En estos últimos días se definió que la nueva planta de celulosa de UPM no será ubicada en Cerro Largo y hubo algunas declaraciones suyas que sonaron a cierta queja y molestia. ¿Cómo vivió ese proceso?

    Cerro Largo nunca pidió que la planta estuviera en el departamento. Lo que se pidió es que toda esa región, que está entre la Ruta 6 y la Ruta 7, y es la más deprimida del país, fuera favorecida con los derrames de este proyecto. Que pudiera ser un proyecto locomotora para recuperar una zona que viene cayendo hace muchos años y que es donde está la mayor concentración forestal. Que no nos dejen el rol de simples productores de árboles para empeorar más nuestra situación social y económica. Estamos hablando de levantar toda una gran zona que está deprimida, que llegara infraestructura eléctrica a algunos lugares, por ejemplo. Queríamos otro concepto de desarrollo territorial, un concepto de región y no uno de enclave productivo, donde salen los árboles, van rápidamente por el puerto, sin favorecer el desarrollo de nadie, y a nosotros nos quedan los campos destrozados y la plata en otro lugar. Esa era la discusión a la que estábamos invitando al país.

    —¿Y se la llegaron a plantear al gobierno?

    —No, no tuvimos la oportunidad de plantearlo. Queríamos reunirnos para conversar estas cosas. Lamentablemente, todo esto se tomó como una puja por si la planta iba a estar en Tacuarembó o en Durazno o en Cerro Largo. Y en realidad lo nuestro nunca pasó por ese lado. La puja era: economía de enclave o desarrollo territorial integral. Esa era la discusión. Sin embargo, se fue a la discusión ligera. Y el país se perdió una preciosa oportunidad de tener un mayor impacto social. Dios quiera se pueda conseguir de alguna manera superar algo de lo que aquí se ha perdido. El planteo era generar un impacto en una zona que no va a tener otra oportunidad en los próximos 50 años.

    —¿Pasó el tren?

    —Sí, y la idea era que empezara a pasar el tren todos los días. Acá tenemos un precioso ejemplo de cómo pierde la economía y ganan las finanzas. El debate se simplificó por la pobreza conceptual que tuvimos todos los actores.

    —La senadora frenteamplista Lucía Topolansky ironizó que la planta de UPM no iba a Cerro Largo porque ahí no usaban cascos para las motos. ¿Estuvo al tanto de estas declaraciones?

    —Sí, de esas y de cuando dijo que nos íbamos a morir todos los blancos con los resultados de la elección departamental en Cerro Largo. La respuesta fue ganarles por un 60%…

    —¿Y la respuesta a esta declaración?

    —Sinceramente, no me detuve a responder. Primero, porque me dolió bastante que alguien que dirige el país actúe con este simplismo. Me cuesta bastante contestarle a una señora y menos tratándose de quien se trata. Yo no le voy a contestar. Sí me preocupa como un indicador. Porque si ese es el indicador, entonces no vamos bien.

    [ACTUALIZACIÓN] Antía: Expresiones de Botana generan “cosquillas”; “nunca nos desfasamos de lo popular”. Léalo AQUÍ