Las bajas tasas de finalización de educación media superior es uno de los temas más preocupantes en Uruguay, donde apenas el 40% de los jóvenes consigue terminar ese nivel de formación y donde cerca del 62% de los menores de 24 años de edad no cuentan con enseñanza obligatoria completa. Para encarar este desafío, la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) ajusta los detalles de la primera versión del nuevo plan de estudios de bachillerato, incluyendo la carga horaria y el régimen de pasaje de grado para aplicar a partir de 2024.
El nuevo plan curricular de ANEP apunta a eliminar los bachilleratos diversificados en Secundaria y en UTU como están concebidos, adelantó El Observador. Según ese portal, la intención de las autoridades educativas es aprobar el nuevo plan “provisoriamente” este mes y ratificar los programas en diciembre, previo al receso escolar. Los bachilleratos podrían dejar de llamarse así para denominarse “cuarto ciclo” —en continuación del básico anterior—, que pasará a abarcar décimo, undécimo y duodécimo grado.
Como sea, las autoridades explicaron que el bachillerato será “más general que diversificado”, por lo que las opciones dejarán de ser “Humanístico”, “Biológico” u otras áreas del conocimiento que hoy incluyen pocas asignaturas como tronco común. El objetivo es que a partir de 2024 lo común pase a ser el eje y el área optativa sea una suerte de orientación general.
Por otra parte, los promotores de la reforma, liderados por el presidente del Codicen, Robert Silva, y la directora ejecutiva de Políticas Educativas de la ANEP, Adriana Aristimuño, plantearon la necesidad de pensar la educación media superior alineada a la formación terciaria y universitaria.
Con esa idea, en las próximas semanas se desarrollarán nuevas consultas con el grupo asesor de la ANEP que integran representantes de Ceibal, la Universidad de la República (Udelar) y la Universidad Tecnológica (Utec) junto con los rectores de las universidades privadas. Y es que esta reforma de los bachilleratos impactará directamente en la educación superior y universitaria.
Hacia un sistema integrado
En rondas de consultas preliminares organizadas por ANEP entre marzo y mayo con el fin de recoger insumos para la elaboración del nuevo plan de bachillerato, referentes universitarios destacaron la necesidad de definir “criterios de navegabilidad vertical” entre los niveles educativos con vistas a crear un sistema integrado.
También plantearon facilitar el ingreso de los jóvenes a la formación universitaria más allá de la trayectoria escogida de educación media superior. En este sentido, la Udelar presenta avances importantes dado que cerca del 60% de sus carreras no requieren formación específica.
La Udelar plantea la “necesidad” de coordinar con ANEP los planes que luego impactarán en la educación superior. La idea es entender cómo finalizarán secundaria y con qué herramientas entrarán las próximas generaciones de estudiantes a la vida universitaria, explicó a Búsqueda el rector Rodrigo Arim. “Esta coordinación no es trivial porque puede modificar todas las reglas de juego, incluso la estrategia de ingreso a la universidad”, afirmó, y recordó que varias carreras aún piden bachilleratos habilitantes. Es el caso de algunas de las opciones más tradicionales, de Medicina, Ingeniería, Ciencias Económicas y Abogacía.
Arim dijo que a la universidad le importa saber cómo llegan los alumnos de un bachillerato u otro y para la ANEP debe ser de interés conocer el resultado que tienen sus estudiantes con trayectorias distintas en la vida universitaria. Para eso estimó fundamental contar con “programas estables” entre ambos niveles de enseñanza. También abogó por crear un “sistema de educación pública integrado” que comprenda a la ANEP, la Utec y la Udelar.
La propuesta de Arim busca contar con una plataforma institucional entre ambos entes que atienda las transiciones de un sistema a otro, sobre todo para atender a las poblaciones más vulnerables que cursan secundaria con foco en su inserción en la universidad.
En las primeras mesas de intercambio convocadas por la ANEP —entre 2021 y 2022— sobre la transformación educativa, autoridades del ámbito universitario público y privado ya esbozaron varios planteos sobre la educación media superior.
Para el rector de la Universidad ORT, Jorge Grünberg, el enfoque no debería centrarse en contenidos y recursos. “La cacería del contenido correcto es una búsqueda imposible”, opinó. Y planteó centrarse en los métodos de enseñanza y de aprendizaje, en la producción y transferencia de conocimientos y en los vínculos entre alumnos y docentes, aspectos que consideró esenciales, aunque “menos tangibles” y más difíciles de conceptualizar.
Grünberg advirtió la influencia de la inteligencia artificial como “una frontera” que a la educación “le pega directamente” y que “dejará obsoleta la capacidad deductiva del ser humano”, lo que a su entender cambiará el paradigma de aprendizaje y los arreglos organizacionales de la educación.
El rector de la Universidad Claeh, Carlos de Cores, dijo que el sistema educativo público y el privado deben funcionar como “un todo integrado en todos los niveles”. Propuso reformular el currículum de secundaria y “no pensar más en contenidos”, sino en una “interfase” que haga más fluido el pasaje de educación media superior a la universidad.
De Cores citó el artículo 23 del decreto 104 promulgado en 2014 sobre el sistema de enseñanza terciaria privada, que establece que para el ingreso a ese nivel los estudiantes deberán haber aprobado la educación media superior en instituciones públicas o privadas habilitadas. Pero allí también se expresa que las entidades, “excepcionalmente”, podrán admitir formaciones equivalentes que instó a considerar como posibilidad paralela a los “carriles acostumbrados”, con base en planes de estudios fáciles de certificar en una nueva época “fluida” que habilite un mayor acceso a la universidad.
Por su parte, Flavio Caiafa, presidente de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), planteó la necesidad de “transferir el valor de la investigación científica, la innovación y el emprendedurismo desde edades realmente tempranas” y con foco en “experiencias reales” como las que ofrece Ceibal en las áreas de pensamiento computacional, programación y robótica. Recomendó, además, “mejorar la enseñanza de las áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas)” en todo el sistema educativo, con incentivos para la formación de planteles femeninos en ese sector.
Para avanzar en estos objetivos, el acuerdo político es esencial, dijo el titular de la ANII. “El mundo va a ser cada vez más fluido y acelerado y esto es un enorme desafío para pasar de un camino al otro las veces que sea necesario y para que las personas se formen muchas veces en la vida”, agregó.
Según un estudio realizado para la ANEP en 2018, citado por El Observador, el 100% de las carreras ofrecidas en la Universidad Católica, el 89% de la Universidad de la Empresa, el 50% del Claeh y el 70% de la Universidad ORT requerían “escasa o nula” especificidad previa. Y de las 111 carreras de grado ofrecidas por la Udelar, el 68% no requería haber cursado un bachillerato específico como filtro para el ingreso; el 11% contaba con algún requerimiento y el 21% restante exigía una alta especificidad.
En las rondas de este año, los expertos coincidieron en que el nuevo plan debería escapar a una mirada “propedéutica” —entendida como una enseñanza preparatoria para el estudio de una ciencia o disciplina— y “fortalecer a los estudiantes en competencias para la vida”. Algunos compartieron la idea de unificar la formación de educación media superior y ofrecer propuestas más sencillas. Primó en general una postura donde la diversificación actual sea reducida y que la decisión de los estudiantes en cuestiones que tengan consecuencias sobre sus trayectorias debe ser postergada lo máximo posible.
Otros exponentes destacaron la importancia de mantener la diversificación en los últimos años de educación media porque permite a los estudiantes tomar decisiones y adquirir competencias específicas para el mundo adulto.
En la administración hay cierto consenso en ofrecer “mayor diversificación” en el último año (duodécimo grado), pensando en un egreso del estudiante que habilite la continuidad educativa. Las autoridades defienden la actualización de la formación recibida en educación media superior, centrada en un abordaje competencial alineado a las exigencias del trabajo. Además, plantean “viabilizar” un sistema de pasantías en diversas modalidades, que estén articuladas con los procesos de aprendizaje de educación media superior y que los centros educativos puedan ofrecer a sus estudiantes.
En todas las mesas se expresó que la diversificación actual requiere de una revisión, así como de mecanismos para pensar estas transformaciones y establecer procesos de revisión y evaluación para la toma de decisiones. Se destacó a su vez la necesidad de implementar estrategias de acompañamiento para los estudiantes en su trayecto educativo, con instancias de orientación vocacional.
La mayoría de los referentes que participaron en estas instancias sostuvieron que para que esta transformación sea efectiva es necesario tener capacidad para generar consensos que trasciendan al gobierno actual. Varios participantes destacaron además la necesidad de escuchar “la voz de los propios jóvenes” y de ofrecer instancias de participación para aportar insumos en la temática, evitando una mirada “adultocentrista”.
Información Nacional
2023-06-01T00:41:00
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