Al igual que las personas, las empresas también tendrán que adaptarse al trabajo del futuro, según una comisión mundial

REDACCIÓN  

El desempleo sigue siendo “inaceptablemente alto” y millones trabajan en la informalidad. Unos 300 millones de trabajadores viven en condiciones de extrema pobreza. Y también millones de hombres, mujeres y niños son víctimas de la esclavitud moderna, mientras que para muchísimas personas las jornadas laborales son demasiado largas, la accidentalidad es elevada y el estrés laboral ha exacerbado los riesgos para la salud mental. Además, el crecimiento de los salarios no ha seguido el mismo ritmo que el incremento de la productividad. A todas esas preocupaciones se agregan otras más modernas, las que vienen de la mano de los avances tecnológicos —la inteligencia artificial, la automatización y la robótica—, si bien también traen “oportunidades excepcionales”, como la creación de nuevos puestos.

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