Así como al inicio de la década del 2000 muchos empresarios argentinos decidieron invertir en la compra de campos en Uruguay para hacer agricultura, ahora consideran que es momento de “pegar la vuelta” a su país al advertir un posible cambio político en las elecciones en 2015, que les sea “menos hostil” al actual por las políticas adoptadas por el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, que comprenden restricciones para las exportaciones de granos y carne, entre otras medidas.
“No es que se vengan todos (los argentinos) pero hace unos meses comenzó una movida de productores pequeños y medianos que iniciaron la retirada del agro uruguayo, venden alguno de sus campos y hacen una toma de ganancias”, dijo a Campo el vicepresidente de la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR), Mariano Maurette.
“La sensación es que el gobierno que venga y del color que sea, sabiendo que es muy improbable que siga el mismo de ahora, va a ser mejor y menos hostil para los ruralistas argentinos”, señaló.
El factor político jugó a favor de Uruguay en su momento y ahora la expectativa es que haya un cambio de gobierno, lo que incidirá en contra por la menor presencia de inversores argentinos en la agropecuaria, según empresarios del sector consultados por Campo. Este movimiento se suma a la retirada que realizaron en 2013 ciertos grupos de siembra de origen argentino, como el caso de El Tejar y otros.
La llegada de agricultores de la otra orilla del Río de la Plata al agro uruguayo generó un reimpulso de la producción de granos, principalmente de soja y trigo, cuya área de siembra superó el millón de hectáreas en menos de diez años, entre 2002 y 2009.
Año electoral y rentabilidad
En Uruguay, ejecutivos de firmas dedicadas a la venta de tierras reconocen esa situación y resaltan la incidencia que tiene el año electoral, tanto lo que pasa en Argentina como en el país, en las transacciones de inmuebles rurales en lo local.
Los potenciales inversionistas “están atentos a los planes de los diferentes candidatos presidenciales de los partidos políticos, especialmente cuando alguno propone cobrar más impuestos a los propietarios de tierras”, dijo el empresario Luis Andrade, del escritorio rural Andrade Rodríguez. Días pasados, durante una recorrida por el barrio Casavalle, el candidato del Frente Amplio y ex presidente de la República, Tabaré Vázquez, fustigó a los grandes tenedores de campos por su egoísmo y falta de solidaridad al oponerse a pagar el Impuesto a Primaria. “Hemos encontrado muchísima solidaridad en los barrios más pobres, y sin embargo los grandes terratenientes, que estamos pidiendo que paguen U$S 1,20 por hectárea por año, demuestran un gran egoísmo al poner el grito en el cielo”, criticó.
Daniel Dutra, encargado de las transacciones de campos en la firma Dutra Hnos., comentó que actualmente “el mercado está tranquilo, sin movimientos considerables en valores y en cantidad de negocios”. Y “en eso el año electoral también incide, porque los interesados están expectantes de las propuestas de los candidatos”, coincidió.
Para Andrade, dedicado a la comercialización de campos y vacunos en el departamento de Durazno, “la rentabilidad del negocio agropecuario no es la misma, (porque) los precios de los productos bajaron y los costos aumentaron, y eso hace que la inversión se pare”.
“Hoy aparecen ofertas de campos en arrendamiento para ganadería que hace tiempo no se conseguían, y se concretaron negocios de venta de predios ganaderos a valores de U$S 3.000 la hectárea o menos, que son precios que no existían en el país desde hace años”, resaltó.
Consideró que eso se debe a que “algunos productores deciden vender sus campos y dejar la actividad, porque no pueden seguir debido a la edad y a la exigencia que implica en cuanto a la gestión, a la inversión y al conocimiento en las empresas” del agro.
“El negocio en el campo no es fácil y la mayoría de la gente, de otros sectores, que se metió en el agro se fundió y los que sobrevivieron lo hicieron gracias a una gran austeridad, con relación al capital que tienen en sus predios”, opinó.
De ida y vuelta
Algunos argentinos que son propietarios de varios campos en Uruguay están sondeando las oportunidades de hacerse de capital con la venta de uno o dos predios y quedarse con alguno, porque los inversionistas siempre buscan diversificar para minimizar el riesgo, advirtió el vicepresidente de la CAIR. Y aclaró que no se trata de muchos saliendo a vender, porque eso impacta en los precios.
Consultado por Campo sobre ese tema, el empresario Gerardo Zambrano, de Zambrano & Cía., dijo: “Es verdad que algún argentino considera vender el campo que había comprado para hacer la ganancia, y que son atraídos por los buenos precios que se comentan, pero en la realidad (esos valores) no son tan así”.
Andrade, por su parte, compartió la visión de que “hay expectativa de muchos argentinos de que pueda darse un cambio de gobierno allá y eso redujo la inversión acá”.
Dutra manifestó preocupación porque si mejoran las condiciones en Argentina, es posible que el mercado de tierras de ese país les reste compradores a las empresas uruguayas dedicadas a las compraventas de campos.
En noviembre, la CAIR prevé realizar un encuentro en Montevideo con empresarios uruguayos dedicados a las transacciones de campos para analizar este tema. Maurette indicó que la idea es explicarles que “esto es de ida y vuelta, que así como en años anteriores fue una avalancha de argentinos en Uruguay, ahora algunos deciden regresar a Argentina y tal vez el día de mañana vuelvan” a aumentar su participación en el campo uruguayo.
Por el momento, “la aparición de campos ofrecidos en arrendamiento” en el mercado de tierras de Uruguay “es un síntoma del movimiento de los argentinos” que proyectan su regreso “por un factor político”, según el vicepresidente de esa asociación.
Zambrano manifestó que más allá del cambio de gobierno, no será fácil eliminar algunas medidas que hoy afectan al agro argentino, como las detracciones (impuestos) a las exportaciones de granos, por la dependencia en los ingresos del Estado argentino.
No hay “estampida”
Sin embargo, existen otras visiones a la señaladas. Particularmente consultado al respecto por Campo, Gabriel Bertea, director ejecutivo de Solaris, firma vinculada al comercio de semillas, agroquímicos y fertilizantes, señaló que “puede haber algunos argentinos saliendo, pero también hay otros entrando. Creo que la gestión de la tierra no ha sufrido grandes alteraciones en cuanto al origen de los capitales y más o menos se mantiene¨. Agregó que no visualiza un problema de “estampida” de los argentinos, sino que, por el contrario, “más que irse están apostando más al Uruguay”. Bertea dijo, sí, que hay grupos internacionales que pertenecen a fondos, que se van moviendo y tienen más dinamismo porque responden a otros intereses y son modelos de negocios diferentes, pero que el productor argentino que vino a comprar campo hace 10, 12 o 15 años, que ha invertido acá y ha desarrollado la agricultura, cada vez está apostando “con más fuerza”.