Cuando los niños comenzaron a crecer ya vivían en el Centro de Montevideo, así que Verónica, la segunda hija, cursó escuela y liceo en el Colegio Sagrada Familia y bachillerato en el Liceo 28, en Pocitos.
Aunque ahora conduce un Mini Morris y vive en una amplia casa en Carrasco, hasta que en el 2000 se casó con el empresario inmobiliario Marcel Gerwer, su vida no fue precisamente cómoda.
A los 16 años comenzó a trabajar en el estudio contable Brandi, Garola & Brandi, donde recibió la tarea de prensar los libros contables.
Aunque no son visitantes asiduos de la sinagoga, el matrimonio entre un joven judío y una muchacha con formación católica, igual que otras veces, terminó con la conversión de Alonso.
La aspirante a presidenta, o al menos a compañera de fórmula de Luis Lacalle Pou, tiene tres hijas —Camila (14 años), Delfina (11) y Violeta (4)— y una licenciatura en Relaciones Internacionales en la Universidad ORT.
El esposo de la senadora, dueño del capital inicial para lanzar la carrera política de Alonso, es hijo de Israel Gerwer, un pequeño comerciante del sector alimentación que en la década de 1980 se reconvirtió con éxito en el negocio inmobiliario, además de ser directivo de los clubes Sporting y Hebraica Macabi en tiempos de brillo deportivo de jugadores como Carlos Peinado.
Marcel Gerwer se dedicó a la actividad agropecuaria —que incluyó un curso de inseminación realizado por su esposa— y luego vendió con ganancias dos campos forestados en la zona de Grecco, en el departamento de Río Negro.
Gracias a la actividad política en los barrios, el apoyo que obtuvo del pastor de la Iglesia Evangélica Jorge Márquez, una inteligente ingeniería electoral y el poderío económico, Alonso logró una buena ubicación en las internas y de ese modo pudo llegar al Senado en la lista 2014 de Jorge Larrañaga, desplazando a Jorge Gandini, quien había realizado un trabajo político similar en Montevideo y Canelones.
El pastor Márquez y su yerno, el diputado Álvaro Dastugue —cuyas opiniones ultraconservadoras llegaron incluso a la Justicia Penal por discriminación—, representan hasta ahora, junto al diputado Pablo Iturralde, un ala importante de los sectores que apoyan a Alonso, algo que aportó votos pero también dolores de cabeza.
Sin embargo, la figura femenina de los blancos busca posicionarse como una política moderna, capaz de saltar por encima de los prejuicios partidarios y que no tiene empacho en elogiar y apoyar al presidente Tabaré Vázquez.
En la interna blanca Alonso es resistida porque la califican de “ambiciosa” e inorgánica. Dos episodios ilustran esto: cuando acordó integrar una mesa con el mandatario sobre el consumo de alcohol sin hacer consultas partidarias y, luego, cuando en una entrevista con Búsqueda se propuso mediar entre Vázquez y Lacalle Pou, a quien definió como “jefe” de la oposición, despertando fuerte rechazo en Larrañaga.
La senadora, que la semana pasada se reunió en su casa con los expertos ecuatorianos Jaime Duran Barba y Santiago Nieto, que dirigieron la campaña de Mauricio Macri que lo llevó a la Presidencia en Argentina, busca encabezar una alternativa a la algo desgastada figura de Larrañaga y para eso necesita el apoyo de varios intendentes blancos.
Hasta ahora solamente el arachán Sergio Botana, que busca una banca en el Senado luego de dos mandatos como jefe departamental y tiene aspiraciones mayores, ha avanzado en las conversaciones con Alonso, al punto que la sostuvo el viernes 15 en el salón Dorado de la Intendencia de Montevideo cuando la senadora se desmayó durante un acto.
Para concretarse, la fórmula Lacalle-Alonso aún tiene mucho camino por recorrer y debe, entre otras cosas, superar el rechazo a colocar dos candidatos de Carrasco.
Consciente de que es más popular en Montevideo y Canelones, en las últimas semanas la senadora comenzó a recorrer el país para conocer y hacerse conocer.
Eficiente zarina.
Para lograr avanzar en el tablero político, la hija del director de teatro y actor Villanueva Cosse, nacida el 25 de diciembre de 1961, cuenta con otras herramientas.
Esta ingeniera eléctrica y magíster en Ingeniería Matemática de la Universidad de la República, divorciada y con dos hijos, está detrás de tres proyectos de primera línea lanzados durante el gobierno de José Mujica: la tecnología de telecomunicaciones fibra directa al hogar (FTTH, por su sigla en inglés) que representó una inversión de más de US$ 500 millones, el Antel Arena y el cable submarino, que amplía la capacidad y soberanía del país en Internet.
Como la de muchos académicos y técnicos frenteamplistas, la llegada de Cosse al entorno del MPP se produjo a través del Centro Artiguista por los Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Cadesyc).
La ingeniera se vinculó a ese instituto de análisis, que entonces estaba en Colonia y Eduardo Acevedo, en compañía de quien era su pareja y socio, Esteban Costa, un expreso político. El ingeniero químico Julio Battistoni, que entonces integraba la directiva, mantuvo una breve charla con Cosse acerca de su trabajo en República Dominicana y Venezuela en tecnología de la información.
En 2004 había participado en la implementación del sistema informatizado de votación en Venezuela y según su currículum oficial “lideró el equipo responsable de la capacitación de 18.000 operadores de los dispositivos captadores de huella digital” y otros procedimientos electorales en el país del Caribe durante el gobierno de Hugo Chávez.
Cosse también incursionó con su socio en el negocio de hotelería en Dominicana.
Cuando Battistoni quedó a cargo de la División Planificación de la Intendencia de Montevideo que conducía Ricardo Erhlich, llamó a la ingeniera para pedirle ayuda, porque luego de la crisis de 2002 el sistema informático de la comuna había quedado obsoleto y las soluciones se demoraban. El trabajo que realizó Cosse en la reorganización de la División Tecnología de la Información fue tan eficiente que se ganó muchos elogios y también enemigos, sobre todo debido a su carácter.
El hoy diputado Battistoni, sin embargo, contó a Búsqueda que la recuerda como alguien que sabe escuchar y conducir a un equipo, y que a pesar de tener opiniones fuertes genera un núcleo de incondicionales, además de sumar criterio político y capacidad profesional.
Con esos antecedentes no es extraño que, cuando Mujica llegó a la Torre Ejecutiva, Cosse fuera designada presidenta de Antel.
Después de gobernar esa empresa con mano de hierro, un especial cuidado de los detalles de su imagen —a cargo de un equipo al mando de Silvia García— y mucha audacia para adoptar decisiones, Cosse ganó el apelativo de “La Señora”. Cuando en marzo de 2015 quedó al frente del Ministerio de Industria, informalmente pasó a ser “Zarina”, una referencia irónica a la monarquía rusa.
El carácter fuerte y a menudo “maleducado” con los subordinados, sumado a una deliberada distancia con el MPP no la hacen una candidata fácil de aceptar por el núcleo duro del mujiquismo ni por la opinión pública.
Las decisiones estratégicas, aunque han recibido críticas por los criterios para mantener el monopolio de Antel hasta ahora han pasado con éxito las pruebas, sobre todo porque esa empresa estatal logró seguir en pie frente a gigantes a escala mundial como América Móvil de Carlos Slim y Telefónica.
Cuando Búsqueda le preguntó si aceptaría ser candidata por el Frente Amplio en 2019 como vice o encabezando la fórmula, la ministra respondió: “Como dice mi madre, hay puentes que se cruzan cuando se llega a ellos”.
Información Nacional
2017-09-21T00:00:00
2017-09-21T00:00:00