En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
Referentes de universidades de Uruguay, reunidos días atrás para hablar de laicidad en el siglo XXI, coincidieron en que hay en el contexto internacional un avance de lo que algunos llamaron “nuevas formas de radicalismos e intolerancias” y otros, “extremismos ideológicos”. En ambos casos, concluyeron que estas tendencias, que tienen su reflejo local, “erosionan” la calidad de la democracia y forman parte de un desafío que tiene la educación por delante.
¡Registrate gratis o inicia sesión!
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
Como antídoto a estos fenómenos, las universidades plantearon la “reafirmación, ampliación y actualización” de la laicidad en todo el sistema educativo, entendida como una enseñanza libre de dogmas para la construcción de una sociedad democrática, republicana y laica, un principio identitario de la singularidad educativa del país.
El intercambio se dio el jueves 23 en una actividad convocada por el Instituto Universitario Elbio Fernández (IUEF), proyecto educativo de la Sociedad Amigos de la Educación Popular (SAEP). El título del coloquio era “La laicidad en la educación del siglo XXI. ¿Por qué? ¿Para qué?” y participaron representantes de la Universidad de la República (Udelar), la Universidad Católica (UCU), la Universidad ORT y la Universidad de Montevideo (UM).
El evento se organizó en el marco del Día de la Laicidad (19 de marzo) y del natalicio de José Pedro Varela, impulsor de la enseñanza laica, gratuita y obligatoria, a fines del siglo XIX, y a más de 100 años de que la Constitución nacional consagrara la libertad de cultos en Uruguay y la independencia del Estado de cualquier religión (1918), permitiendo todas sin apoyar a ninguna.
Varela fue de hecho el nombre más recurrido por los expositores durante el encuentro, moderado por el periodista Emiliano Cotelo ante un auditorio de más de 200 personas.
ADN de la cultura política
Como reformador educativo, Varela planteó “un marco de valores morales y éticos” que permitieron “la construcción de una sociedad que contempla la dimensión espiritual del ser humano en su absoluta libertad de conciencia, sus reglas de convivencia y las normas que las regulan”, sostuvo al abrir la actividad Enrique González de Toro, presidente de la SAEP.
“Todo esto para poder enfrentar los permanentes desafíos que se presentan a través de nuevas formas de radicalismos e intolerancias, aquí y en el mundo entero”, indicó el anfitrión, y enseguida aludió a sociedades oprimidas y a minorías que no tienen la libertad de expresarse en lo político y en lo religioso. “Viejas y nuevas formas de intolerancias comprometen la libertad personal y colectiva, amputan la libertad de pensar y entender realidades diferentes”, afirmó. Y dijo que, aunque su origen parezca lejano, “la laicidad sigue interpelando a la sociedad uruguaya”.
Allí el padre Gustavo Monzón, vicerrector de la Comunidad Universitaria de la UCU, recogió el guante y dijo que en ese escenario “se juega el futuro de la humanidad y de la democracia”.
“Es cuestión de ver que en el vecindario y en el mundo las democracias están erosionadas”, destacó el sacerdote. “No se trata de hacer una clase de teoría política sobre la erosión democrática”, señaló, aunque invitó a ampliar y revisar la laicidad uruguaya para defender la tradición democrática del país. Para eso, siguió Monzón, se requiere un Estado “neutralmente laico” y “un trabajo educativo” que proteja la laicidad, que “constituye el ADN de la cultura política de los uruguayos”.
Juan Cristina, prorrector de Enseñanza de la Udelar, coincidió con el padre Monzón en advertir “la erosión de las democracias”, que adjudicó a “la falta de educación” sobre aspectos relativos a la laicidad, la ciudadanía, la convivencia y la trasmisión de valores.
“Eso es lo que está ocurriendo no solamente entre nosotros sino en el mundo occidental”, dijo el virólogo y exdecano de la Facultad de Ciencias. “Es un problema dificilísimo que afrontamos en este siglo XXI”, agregó Cristina.
Para Francisco O’Reilly, decano de la Facultad de Humanidades y Educación de la UM, el desafío pasa por rescatar la formación humanística para una nueva comprensión de la laicidad como “reconocimiento del otro en una comunidad”.
“Si sobreviven o si reaparecen esos fundamentalismos o esas posiciones extremas es porque hay agentes socializantes muy organizados que están incidiendo con mayor facilidad y eficiencia, a veces, que el propio centro educativo”, apuntó.
A su turno, Julio Fernández, vicerrector de la Universidad ORT, reparó en que el fenómeno de la laicidad no es universal. Señaló que “la mayoría de los Estados no son laicos, incluso en Occidente”, y que “hay Estados que mantienen dogmas que no serán religiosos, pero no por eso serán menos dogmas y menos autoritarios”.
“Mantener el enfoque de una educación laica donde se respetan todas las opiniones… manteniendo solamente los límites que impone el orden público y el derecho, la ley, es un desafío que tendremos en las próximas décadas, sin dudas”, dijo.
A su vez, Fernández opinó también que “la educación es parte de la lucha contra aspectos de naturaleza humana” que explican el resurgimiento en Occidente de movimientos de corte neofascista, radical y xenófobo. El antídoto, dijo, es estar “atentos” a esos fenómenos para “reconocerlos, acotarlos y evitarlos”.
Juan José Villanueva, decano del Instituto Universitario Elbio Fernández, apuntó que el siglo XXI exige “extremar esfuerzos” para “preservar la neutralidad del Estado y la laicidad en educación”, frente al “potenciamiento de extremismos ideológicos y fundamentalismos que vemos constantemente a nuestro alrededor”.