Para sustentar esta iniciativa, la Fundación que lo respalda apela a la donación de empresas privadas, de donde proviene casi el 98% de sus fondos. El objetivo del liceo es reducir la brecha educativa y que estos alumnos tengan “la misma educación de calidad que aquellos de los mejores liceos privados del país”, explicaron a Búsqueda sus autoridades.
Esta metodología de financiación mediante empresas privadas es muy similar a la que aplica hace años en la misma zona el liceo Jubilar, que también es gratuito y que recibe aportes económicos de privados. Esta institución mantiene niveles académicos que —según las mediciones— ya superaron los resultados que obtienen los estudiantes de contexto socioeconómico muy favorable.
Los casos del Jubilar y del Impulso llamaron la atención del presidente Mujica, que el jueves 13 declaró a Búsqueda que su intención es replicar esta idea y que las empresas privadas apadrinen a los liceos públicos (ver Nº 1.717).
“Así como el sector empresarial apadrina y apoya el Jubilar, ¿por qué no replicar eso a nivel de lo estatal? —se pregunta Mujica— Es posible, sin duda que es posible. Hay que aprovechar todas las fuerzas de la sociedad para resolver un tema que no es de la educación, es del país”.
En ese nuevo sistema que plantea el primer mandatario, el Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) sería reducido a un “rol de coordinación” entre los diferentes programas educativos, y los centros tendría “libertad educativa”.
Sus declaraciones generaron dudas entre las autoridades de la educación y un rechazo frontal de los sindicatos del sector.
Sin embargo, Mujica transmitió a su entorno que sigue con la misma idea de replicar el ejemplo del sector privado y que está pensando en la mejor forma de instrumentarlo, dijeron a Búsqueda allegados al mandatario.
En principio, Mujica se inclina por adoptar alguna “experiencia piloto” que alcance a dos o tres centros educativos. Para lograrlo alentará a empresas como clubes de fútbol o comerciantes para que apadrinen liceos públicos que estén ubicados en barrios pobres.
Dudas y rechazos.
Consultado al respecto el ministro de Educación, Ricardo Ehrlich, dijo que el tema “se conversó” en una reunión con el presidente.
Sobre la mayor autonomía sostuvo que ve “con mucho entusiasmo” la idea basada en “la regionalización que está llevando a cabo la UTU” y que los otros sistemas “están en un proceso de transformación” hacia la descentralización.
“Vamos a seguir en ese camino, pero hay que profundizar el compromiso con la descentralización. Para ello deberemos pensar en una adecuación institucional alternativa a la actual”, agregó.
Acerca de la idea del presidente de que empresas privadas apadrinen los liceos públicos, dijo que “es un tema para seguir estudiando y profundizando”, aunque evitó definir si está a favor o en contra.
Durante un desayuno de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas (ACDE), realizado el viernes 21, el presidente del Codicen, Wilson Netto, dijo que está de acuerdo con el concepto de descentralización propuesto por Mujica, pero advirtió que en la educación “no hay recetas”.
Ya en marzo, Netto había declarado a varios medios que no se puede extender el modelo del Liceo Jubilar Juan Pablo II a otros centros de estudio públicos, porque hay algunas características que son incompatibles. “Los alumnos del Jubilar deben demostrar su compromiso con el estudio para permanecer en el centro; en tanto, Secundaria no repara en este aspecto para garantizar la continuidad en el liceo”, dijo el jerarca.
El director Nacional de Educación, Luis Garibaldi, también se mostró escéptico con la idea de replicar el modelo del Jubilar en el sector público. En declaraciones a “El País” dijo que esa propuesta educativa “es difícil de extender al sistema público” y que él apuesta “a una mejora en la gestión de la educación pública para que sea el modelo mayoritario”.
Rechazo sindical.
En pleno conflicto con el gobierno por reclamos salariales (ver nota en página 3), los sindicatos de la educación también la emprendieron contra el Jubilar y el Impulso, porque consideran que las exoneraciones impositivas que se les otorga a las empresas que donan a centros educativos “es plata que no llega a la educación pública”.
Fuentes sindicales dijeron a Búsqueda que “lo que faltaba ahora es privatizar camufladamente la educación”.
Al respecto, la Asamblea General de Delegados de Fenapes aprobó una resolución el domingo 30 en la que afirma: “Ya basta de experiencias privatizadoras de la enseñanza, como los liceos Jubilar e Impulso, en los que el Estado asume la responsabilidad de crear establecimientos y además exime de impuestos a empresas que se presentan como benéficas, pero que no hacen sino incrementar sus ganancias lucrando con la educación de los más pobres”.
La posición sindical generó malestar entre los empresarios involucrados en el financiamiento, dijeron informantes del sector.
Fuentes vinculadas a la Fundación Impulso relataron a Búsqueda que el liceo tuvo un costo global de U$S 2 millones entre la construcción y los costos del primer año y que los mismos fueron financiados en un 98% por empresas.
Añadieron que los donantes “no ganan nada” en su acción, ya que “es dinero que iba a ir para impuestos, por lo que tendrían que declararla igual”. Actualmente, las empresas que donan dinero a los centros educativos puede descontar hasta un 75% del monto donado de los impuestos que pagan.
Logros y resultados.
Varios economistas destacaron el ejemplo del liceo Jubilar durante una charla sobre el desarrollo educativo que se celebró el 25 de junio en el salón de actos de la institución.
En la charla, los economistas Javier de Haedo, Gabriel Oddone e Ignacio Munyo resaltaron cómo la autonomía pedagógica y un centro con la capacidad de gestionar sus recursos pueden dar buenos resultados académicos independientemente del contexto sociocultural.
Munyo presentó un estudio propio en el que demuestra, en base a datos de la ANEP, cómo los resultados académicos del Jubilar superaron a los obtenidos por los liceos de los contextos socioeconómicos muy favorables y por más de 15 puntos al promedio de la ANEP.
Además, el Jubilar tiene una tasa de fracaso escolar (entendido por la repetición y la deserción) muy por debajo de la media (30%) del sistema educativo público.
“Hablar de logros hoy es muy prematuro”, dijo a Búsqueda el director del liceo Impulso, Fabrizio Patritti, que está a unas pocas cuadras del Jubilar. Hasta ahora, el liceo privado no tiene mediciones de rendimiento, pero lo que sí se ha comprobado es que la deserción en el primer semestre del año es “nula”.
“De los 100 alumnos que tenemos, más de un 80% tienen cero falta hasta ahora y un porcentaje muy menor tiene más de dos faltas, aunque en todos los casos están justificadas”, agregó.
Más liceos.
Mientras el gobierno no define si adoptará el modelo, los liceos privados gratuitos “apadrinados” por empresas empiezan a multiplicarse. Las autoridades del Jubilar están asesorando al menos a dos organizaciones interesadas en crear centros similares, uno de ellos sería en Tacuarembó y otro en Montevideo, dijeron fuentes de la Iglesia Católica.
El Liceo Providencia —uno de los dos que recibe asesoramiento del Jubilar— se instalará en marzo de 2014 en barrio Casabó, donde ya funciona el Centro Educativo Providencia. La institución dependerá de la Asociación Civil Providencia, creada e integrada por miembros del Movimiento Apostólico de Schoenstatt y “se financiará a través de aportes de fundaciones, empresas, particulares y de las familias de los estudiantes”, relató a Búsqueda la encargada de prensa de la organización, Laura Voituret. “Se apunta a estudiantes que vivan en la zona, provenientes de núcleos familiares que se encuentren viviendo en situación de vulnerabilidad social”.
La Fundación Impulso, por su parte, prevé crear otro liceo en el Casavalle y también analiza construir otra sede en el interior.
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2013-07-04T00:00:00
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